Sacerdote de Tandil imputado por abuso: El Obispo se mostró abierto a recibir a la mujer que realizó la denuncia
Aclaró que el sacerdote, a cargo de la parroquia San Cayetano de Tandil, no está expulsado sino suspendido.
El Obispo de la Diocesis de Azul, Hugo Manuel Salaberry, confirmó en las últimas horas que se encuentra dispuesto a recibir a la mujer de Bolívar que denunció a un sacerdote de Tandil por abuso sexual.
Salaberry, en el marco de las tradicionales entrevistas por la Navidad, habló con el periodista Martín Miguel Rodríguez (Lu32).
Si bien el Obispo no ahondó en detalles de la denuncia, dejó aclarado que el sacerdote (que era párroco de San Cayetano en Tandil) se encuentra «suspendido» del Ministerio y «tiene que estar a disposición de la Ley.»
Hugo Manuel Salaberry dejó aclarado que la mujer de Bolívar hizo la denuncia civil pero no formalizó, al menos por ahora, la denuncia canónica.
Los hechos
Los hechos que derivaron en la denuncia penal contra el Sacerdote de la ciudad de Tandil datan de finales del mes de octubre, cuando una mujer, que tiene 26 años y vive en Bolívar, denunció que este hombre la abusó durante un viaje en un colectivo de larga distancia.
El colectivo unía las ciudades de Tandil y Bolívar.
La mujer, desde que sucedieron los hechos, brindó declaraciones periodísticas sólo a los colegas de Presente Noticias de la ciudad de Bolívar. En esa conversación brindó precisiones del viaje y en un principio qué sucedió desde que se subió al colectivo, “cuando me termino de acomodar vino otra persona que le tocaba el asiento de al lado. El hombre se sentó, me miró bastante, se sacó la campera y me dijo que tenía calor, hizo un bollo con la campera y se la puso en la parte de las piernas, como tapándose las partes íntimas. Traté de no darle mucha importancia.”
En esa misma entrevista, la mujer contó que en el inicio del viaje se «entre durmió» y siguió con su relato, «en un momento siento que me tocó la pierna y pegué un salto, cuando veo tenía la cara del tipo al lado mío que enseguida se acomodó en su butaca. Lo que estaba haciendo era ver si yo estaba dormida. La dejé pasar porque pensé que era sin querer.”
La mujer logró dormirse profundamente pero se despertó sobresaltada porque algo le interrumpió el sueño. Según sus palabras, “este tipo me había metido la mano, me estaba tocando toda la parte de la cola y justamente me desperté por la incomodidad de sentir esa mano ahí. Cuando me di cuenta grité, la preguntó qué estaba haciendo y el tipo guardó la mano debajo de la campera. Después la pasajera de al lado pudo ver que se estaba masturbando y por eso se había cubierto.»
Ante la acusación, la actitud adoptada por el hombre fue «negar la situación», argumentando que estaba dormido él también. “Todos los pasajeros empezaron a gritarle, insultarlo, yo atiné a agarrar mi mochila y salí corriendo para una butaca que vi vacía atrás”, continuó su relato la víctima.
La imputación endilgada por el fiscal Marcos Eguzquiza, de la UFI 16, sostiene que el acusado abusó de la joven. “Luego de tocarle intencionalmente una de las piernas y aprovechando que la víctima se estaba durmiendo, la tocó en la zona de los glúteos sin su consentimiento en forma sostenida, actos abusivos realizados por el sujeto con ánimo libidinoso”, menciona la acusación notificada al párroco.