¿Todos y Juntos?: La difícil tarea de la unidad en la Legislatura

Tímidamente, los pasillos de la Legislatura bonaerense van recobrando vida. Tras un año en el que prácticamente no hubo actividad, diputados y senadores en funciones y electos ya comenzaron a diseñar el nuevo mapa de poder.

La nueva Legislatura tendrá al oficialismo en minoría, dependiendo de otros sectores para aprobar cualquier ley. El gobernador electo Axel Kicillof contará con el apoyo de 45 diputados, mientras que Juntos por el Cambio sumará 44. En el Senado, en tanto, serán 26 las bancas de la futura oposición, contra 20 de los legisladores del Frente de Todos.

Este escenario ideal, no obstante, podría no plasmarse el 10 de diciembre: ambos espacios presentan dificultades para unificar a los diferentes sectores que compusieron las alianzas electorales. En Juntos por el Cambio, la derrota llevó al radicalismo a plantear un reparto del poder más igualitario. En el peronismo, en tanto, enfrentan la difícil tarea de unir bancadas que permanecieron separadas durante más de 7 años.

A esta situación se le suma la puja por los espacios de poder: ¿cómo lograr conformar a todos si solo hay una presidencia de bloque y un puñado de vicepresidencias en juego? Frente a esta pregunta, comenzó en las últimas horas a cobrar fuerza una posibilidad: la conformación de interbloques.

El sistema de interbloques, que funciona en el Congreso nacional, consiste en un conjunto de bancadas con identidad y autoridades propias, aglutinados bajo una presidencia común. En la Legislatura esa figura no existe, pero ya empezaron las conversaciones para avanzar con una reforma del reglamento que las institucionalice.

La posibilidad le cierra tanto a un sector del Frente de Todos como de Juntos por el Cambio, que no creen posible la unidad por la heterogeneidad de los espacios y el acotado número de cargos para repartir. Es por eso que un grupo empezó a empujar para que el tema se trate en una próxima sesión de Diputados (cámara que no funciona desde hace seis meses), antes del recambio. En el Senado exploran el mismo camino.

Los nombres de Todos

En el Frente de Todos, el reparto forma parte del rompecabezas de poder de la nueva alianza peronista. “Es imposible hablar todavía de nombres concretos, porque no hay ninguna definición sobre quiénes van a integrar el Gabinete, no pueden separarse ambas negociaciones”, expresó un legislador.

En el peronismo hay tres sectores bien diferenciados. Por un lado el kirchnerismo, dominado mayormente por La Cámpora, busca impulsar a Facundo Tignanelli como presidente de la cámara de Diputados. También suena Santiago Révora, primo de “Wado” De Pedro, quien suma poder al lado de Alberto Fernández y ocuparía el estratégico ministerio del Interior. Muchos también ponen los ojos sobre el experimentado Carlos “Cuto” Moreno, quien estuvo muy cerca de Kicillof durante toda la campaña, al punto que se lo ve como el “vocero” del gobernador electo en la cámara baja. Falta ver si ese título deviene en un cargo concreto.

En el Senado, con la presidencia en manos de la vicegobernadora Verónica Magario, el bloque podría seguir en cabeza de Teresa García.

Otro polo de poder importante es el de los intendentes: marginados de la carrera por la Gobernación, el grupo es encabezado por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y el presidente del PJ bonaerense, Fernando Gray (Esteban Echeverría). Los jefes comunales conversaron este viernes durante el encuentro entre Fernández y la CGT (del que también participó Kicillof) y quedaron en empezar a delinear su estrategia la próxima semana.

En Diputados, el grupo propondría al actual intendente de La Costa, Juan Pablo De Jesús, como presidente de la Cámara. También se escucha el nombre de Federico Otermín, con terminal en Lomas de Zamora. En el Senado aún no dieron pistas de sus movimientos.

Finalmente aparece como tercer polo de poder el massismo, revitalizado tras la vuelta y con un importante número de legisladores propios en Diputados. Aunque no descartan pelear por el premio mayor, en el espacio saben que la designación (ya confirmada) de Sergio Massa como presidente de la cámara de Diputados de la Nación prácticamente los margina de buscar ese cargo en la Provincia. Con algunos nombres mencionados como posibles miembros del Ejecutivo (Malena Galmarini y Jorge D” Onofrio, por caso), tallan fuerte en el bloque el actual presidente, Rubén Eslaiman, y el intendente de Miramar, Germán Di Césare, que ingresará en diciembre. En el Senado solo mantendrán a José Luis Pallares.

El Frente Renovador es el sector que más insiste en la idea del interbloque: así lo resolvieron esta semana sus miembros tras reunirse con Sergio Massa. Del otro lado, el kirchnerismo y los intendentes intentarán la unidad: creen que siendo oficialismo no pueden darse el lujo de seguir divididos.

Las tensiones en la oposición

La gobernadora María Eugenia Vidal les hizo un solo pedido a sus legisladores: que mantengan las bancadas unidas. Sin embargo, la situación de la futura oposición es compleja, ya que el radicalismo impulsa una relación de mayor horizontalidad, con pedidos de reparto de “50 y 50”. Al interior del PRO y la UCR también aparecen diferencias respecto del rumbo opositor: en ambos casos, son los intendentes quienes reclaman un mayor protagonismo, teniendo en cuenta que tendrán en sus manos el principal factor de poder del espacio.

“Va a ser imposible contentar a todos, lo mejor sería un interbloque como en Nación”, analizó un dirigente boina blanca. La movida podría no darse en diciembre, como todos creen, sino que las negociaciones podrían prolongarse hasta marzo.

En la hipótesis de la unidad, el radicalismo propone, como ya contó DIB, un esquema de reparto cruzado, con la presidencia de una bancada y la vicepresidencia del cuerpo para cada sector. En Diputados Maximiliano Abad (UCR) pretende continuar al frente, pero Gustavo Posse impulsa, sin demasiados consensos, a Walter Carusso. En el PRO, Vidal quiere que sea el actual subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, resistido por los intendentes del espacio.

En el Senado, la Gobernadora quiere la continuidad de Roberto Costa, quien mantiene una “guerra interna” con Salvador, que por su parte impulsa a un joven de su riñón, Emiliano Reparaz. (DIB) JG

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