Tránsito: “En las esquinas de Olavarría se juega a la ley de la selva”

Marcelo Babio, profesor de Comunicación Social, estudia los siniestros viales, las causas que los provocan y cómo los percibe la ciudadanía local


Gabino Roldán* (Agencia Comunica)

En Olavarría hay muchos choques y la ciudadanía lo sabe. La identidad automovilística local, vinculada a la historia de sus éxitos deportivos, influye en la valoración de la velocidad y la elección del automóvil como medio de transporte predilecto. Estas son algunas de las conclusiones que está analizando el docente e investigador de la FACSO, Marcelo Babio, a cargo de uno de los talleres propuestos para la Semana de la Ciencia y la Tecnología y que se concretará más adelante.

“La gente de la ciudad se siente muy identificada con los autos y la velocidad, esto es debido al autódromo, los hermanos Emiliozzi y su historia en torno a las carreras”, revela el científico social que integra el Observatorio de Medios, Ciudadanía y Democracia, creado este año. “Los ciudadanos olavarrienses tienen una gran representación de su ciudad como un gran foco de accidentes viales, la gente considera que hay muchos y están siempre presentes en la memoria de los individuos”, explica Babio, quien, al respecto, además agrega que “todos los entrevistados presenciaron un accidente o tuvieron una referencia de alguno”.

Según Babio, no hay una respuesta concreta de cómo prevenir los accidentes, sino que hay tres vías de respuestas en torno a cómo se podrían prevenir. Uno es la responsabilidad humana, otro importante el agravamiento de las penas y el tercero y no menos importante, el factor de infraestructura, tener una ciudad adecuada al tránsito.

En Olavarría todos los los accidentes fatales quedan marcados con las Estrellas Amarillas, que se utilizan para recordar a las personas que participaron, lo que visibiliza la problemática en el devenir cotidiano. presentes en la memoria aunque esto, sin embargo, no parece mejorar la forma de manejar ni la prevención de los siniestros.

“Según la representación de las personas que entrevistamos, el manejo en Olavarría es horrible. Hay una conciencia generalizada de que se maneja mal y no hay una planificación clara, el ejemplo más concreto es que en las esquinas de Olavarría se juega a la ley de la selva, el que llega primero pasa”, sentencia el investigador quien no ve en las políticas públicas un rumbo claro hacia la resolución del problema. “No hay nunca nada concreto, algunos agregan semáforos, otros los sacan porque son un gasto, entonces colocan rotondas, pero después las quitan y vuelven a los semáforos”.

Además de que la gran mayoría de los ciudadanos vio, vivió o le contaron sobre un accidente, los medios de comunicación son un factor importante en la percepción de los siniestros, ya que las noticias sobre ellos son de las más clickeadas.

Babio define a Olavarría como una ciudad “tuerca”, por su gran vínculo con los autos y la velocidad. Las calles y avenidas tan anchas y su buen estado también inciden en la velocidad que eligen los conductores.

“La misma gente que vive en la ciudad opina que los exámenes, tanto la parte teórica como la práctica, son muy fáciles y que hace falta más rigurosidad”, cuenta el profesor.

Finalmente, Babio aporta una idea para considerarse buena o bueno al volante. “No es como se cree, que el que anda a gran velocidad y no le ocurre nada es bueno, sino todo lo contrario: bueno es aquel que tiene prudencia para poder prevenir los siniestros”.

*Estudiante de Periodismo. Cátedra de Periodismo Científico.

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