La casta no se puso colorada


Por: En Línea Noticias

La política de Olavarría, o un sector de la política para no caer en generalizaciones, no se sonrojó en los últimos días del año y llevó adelante un movimiento inédito para el Concejo Deliberante de Olavarría.

Para entender lo que sucedió hay que remontarse al debate del Presupuesto 2025, cuando el concejal Marcelo Pethes, pidió un ajuste en el Concejo Deliberante y puso en palabras la sobrepoblación de personal que existía en el órgano legislativo de la ciudad.  Si bien no habló específicamente del gallismo, las miradas se posaron sobre los “gallistas” que se encontraban “trabajando” en el HCD y que llegaron a ese ámbito tras la estrepitosa derrota electoral de Ezequiel Galli, hoy refugiado al calor de la empresa Corredores Viales en el gobierno de Javier Milei.

Marcelo Pethes en ese discurso fue mucho más claro para fundamentar esa sobrepoblación al hablar de los tres asesores que tenía otro espacio liberal y pidió que este espacio lleve adelante acciones para cambiar esa situación y dar el ejemplo, ejemplo que –según Pethes- viene dando el presidente Javier Milei.

Como viene sucediendo en el último tiempo, un discurso libertario, se convirtió en funcional para el peronismo y, al calor de los últimos eventos, para el peronismo de Olavarría.

Dos bloques para garantizar la bolsa de trabajo

Enzo Russo deja una dirección y se queda como administrativo.

Si bien aún faltan ver los decretos y los actos administrativos que lo terminen de confirmar el bloque del gallismo que tenía seis concejales se partió en dos y aquí comienza la puesta en marcha de la bolsa de trabajo.

Con la chicharra del fin del año administrativo en el Concejo Deliberante de Olavarría, el gallismo llevó adelante una movida inesperada con un solo interés: seguir manteniendo el trabajo, los sueldos y los beneficios de cuatro integrantes del espacio que, sin esa movida de fichas, en el mejor de los casos hubiesen sido reubicados como empleados municipales o bien hubiesen tenido que salir en búsqueda de nuevos horizontes laborales.

El gallismo contaba en el Concejo Deliberante con seis concejales: Guillermina Amespil (Presidenta de bloque), Hilario Galli, Bruno Cenizo, Miriam Mosescu, Carlos Coscia y María José González. En la órbita de ese bloque se desempeñaban, con cargos de asesores o secretarios, Marcelino Quinteros, Maite Salerno (ex concejala y referente de una Asociación Civil que busca acompañar a familias con trastorno del espectro autista) y Daiana Copero (ex directora de prensa de Ezequiel Galli).

Además de esto, dentro del Concejo Deliberante, el gallismo contaba con tres funcionarios que dependían de manera directa del presidente del HCD, Guillermo Santellán. Estos eran Enzo Russo, director de Relaciones Institucionales, Juan Ignacio Fal (prosecretario) y Federico Alem. Los tres casos son distintos y hay que hacer salvedades. Juan Ignacio Fal venía desempeñándose como Prosecretario del Concejo desde la presidencia de Bruno Cenizo. Transcurrió en su puesto los dos años de presidencia de Cecilia Krivochen y los acuerdos de la superestructura política local permitieron que siguiera en esa silla con el advenimiento del peronismo al gobierno municipal en diciembre de 2023. Ahora, Juan Ignacio Fal dejará de ser prosecretario, pero no se quedará sin trabajo. Los otros dos gallistas que eran funcionarios del HCD y cumplían órdenes de Guillermo Santellán eran Enzo Ruso y Federico Alem. Estos dos llegaron a la estructura funcional del Concejo después de la estrepitosa derrota de Ezequiel Galli en los comicios de 2023. No hubo ninguna comunicación pública ni justificación sobre las designaciones, aunque las mismas se concretaron. Hay que decirlo, Enzo Russo y Federico Alem fueron funcionarios del HCD porque lo decidió la superestructura de la política (la casta diría Milei) y los designó Guillermo Santellán. Esto significa que el peronismo aceptó y avaló que los gallistas sean funcionarios.

Algo cambio en el final de este año

HIlario Galli estará al frente de uno de los dos bloques del «gallismo»

Tras el discurso de Marcelo Pethes, creemos que las autoridades del HCD quisieron dar muestra de autoridad y como bien dijo Marcelo Pethes el último lunes en una entrevista radial se tomaron medidas libertarias.

En concreto a partir del 31 de diciembre se caen todos los contratos y designaciones al mínimo.

Desde hace algunas semanas ya se hablaba de estos recortes y la mirada se empezó a posar en los funcionarios gallistas en el HCD y también en los asesores del bloque. Era inminente la salida de Juan Fal, Enzo Russo, Federico Alem, Marcelino Quinteros, Daiana Copero y Maite Salerno, aunque como se dice vulgarmente “los salvó la chicharra” o la creatividad de quienes piensan la política del gallismo.

En las últimas horas del lunes 30 de diciembre se conoció que el gallismo romperá su bloque de seis concejales y pasará a tener dos bloques de tres personas. Uno se llamará PRO y el otro “Juntos por Olavarría”, parafraseando el partido vecinal que fundó Ezequiel Galli y que nunca utilizó hasta ahora.

Según la información que se conoce hasta ahora, en el bloque del PRO se sentarán, desde el año próximo, Hilario Galli, María José González y Miriam Mosescu. Mientras que en “Juntos por Olavarría” las bancas sería de Guillermina Amespil, Carlos “El Tano” Coscia y Bruno Cenizo, dado que este pidió licencia quien integrará ese bloque será Javier Frías.

¿Qué se rompió en términos políticos? La respuesta es unánime: nada. Los seis gallistas, ahora divididos, harán lo mismo que vienen haciendo y no tomarán decisiones sin que las mismas sean avaladas por todos. Una organización legislativa con el único objetivo de abrir la bolsa de trabajo. Hasta acá no existe un solo motivo valido que lleve a pensar que el gallismo se haya fracturado. Este quiebre parlamentario nada tiene que ver con otros que sí tenían fuertes razones políticas y que se han visto en el HCD. Este resquebrajamiento de concejales tiene un solo motivo: mantener los beneficios de la casta.

Si bien dos de los funcionarios o empleados gallistas se quedan sin trabajo en el HCD, se entiende que la política aplicará la creatividad y les garantizará un lugar y un sustento.

Lo que dicen que pasará con los que sí se quedan en el HCD es lo siguiente: Juan Ignacio Fal, Enzo Russo, Daiana Copero y Maite Salerno serán distribuidos, con distintas funciones, como empleados públicos a las órdenes de los dos nuevos bloques. Dos irán al PRO y otros dos a “Juntos Olavarría”. Quizás el comunicado del PRO o de “Juntos por Olavarría”, cuando se emita, lo explique mejor.

Los antecedentes que no existen

Guillermina Amespil al frente del otro de los bloques «gallistas»

Que se rompan bloques en el Concejo Deliberante no es una novedad y tampoco es novedad que algunas personas que militan en política hayan garantizado sus fuentes laborales por decisión de la política, lo que es inédito es que un espacio que, aparentemente, no tenía fisuras ideológicas o de funcionamiento se rompa. Ya lo dijimos, fue parar abrir la bolsa de trabajo y eso es lo novedoso. Con categoría se puede decir que esto no sucedió en el HCD de Olavarría desde el regreso de la Democracia. Si alguien cree que estamos equivocados, lo podemos considerar para un análisis futuro.

El Concejo Deliberante ha tenido rupturas políticas y muchas han sido emblemáticas. En el 2009, en medio del violento conflicto del campo contra el kirchnerismo, Julio Héctor Alem (h) deja la presidencia del Concejo Delibernate y enfrentado políticamente con José Eseverri (entonces Intendente) arma su propio unibloque. Algo parecido, antes, había hecho Gustavo Álvarez cuando fue candidato en una boleta del curismo y escinde su bloque.

Más acá en el tiempo se recuerda la decisión de Celeste Arouxet de romper con el bloque del gallismo. Esa ruptura fue escandalosa por los términos que se conocieron de la misma y fue el punto de inicio del altísimo perfil de la ahora Jefa Regional de la ANSES y concejala suplente.  También hubo rupturas menos traumáticas, por ejemplo, en la elección de medio término del año 2021, Sebastián Matrella armó un bloque propio dentro del HCD junto con Belén Vergel aunque deberían haber integrado el bloque del gallismo dado que eran candidatos en la misma boleta. La decisión fue política, y si bien derivó en designación de personal nadie puede inferir que armaron dos bloques para dar trabajo.

Más atrás en el tiempo hubo más rupturas, hay que recordar la de las concejalas Celeste Amarante y Florencia Juarez quien rompen el bloque del entonces Frente para la Victoria que conducía José Eseverri. En este espacio otras de las rupturas más emblemáticas fue la de Eduardo Rodríguez, quien después de varios años de presidente del HCD rompe con el bloque eseverrista y le da nacimiento al Foro Olavarría.

En su momento también han roto bloques dirigentes como Juan Sánchez, se recuerda el bloque de “Los Trabajadores” o Saúl Bajamón que rompe con Unidad Ciudadana considerablemente molesto por la forma en que se conducían los destinos de ese espacio parlamentario.

Rupturas hubo siempre, pero no primaba la bolsa de trabajo, primaban las diferencias ideológicas o metodológicas.

¿Hubo acuerdos laborales en el HCD? Indudablemente la respuesta es sí. En el año 2021, con el recambio de autoridades parlamentarias, Margarita Arregui fue elegida por el gallismo para desempeñarse como Secretaria del cuerpo y acompañar a Cecilia Krivochen. Con ella llegó como funcionario, a cargo de prensa, Fabricio Lucio. Arregui y Lucio venían trabajando en el HCD pero la desaparición del eseverrismo dentro del Concejo los dejaba fuera. La política los cobijó, aunque esas designaciones eran frecuentes – no quiere decir que este bien – dentro de la administración del Concejo. También se recuerda, en época del Intendente Galli, los nombramientos de Gerardo Ripoll y Fernanda Araneo dentro de la administración del HCD.

En síntesis, si existen acuerdos políticos o políticos personales para darle espacios a dirigentes que se quedan sin ellos, pero lo que está pasando con la división del PRO es inédito, solo está pensada para garantizar trabajo.

Dicho de otra manera, la casta con las copas arriba a punto del brindis, realizó una jugada maestra, digna del análisis y lo hizo sin ponerse colorada.

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1 comentario
  1. Dorian Wallen dice

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