Especial En Línea / un domingo en Fazenda La Esperanza, dónde se busca al hombre nuevo
Una breve reseña de una jornada en una comunidad de recuperación de adictos que se instaló en Carhué al margen de la RP N° 60. En las próximas semanas un grupo de integrantes de Fazenda La Esperanza estarán en Olavarría.

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Una recorrida por una comunidad de recuperación de adictos ubicada a 300 kilómetros de Olavarría. Para esta nota pensamos sacar muchas fotos para compartir, pero el tiempo en el lugar se pasa muy rápido como para distraerse captando imágenes.
«Somos una comunidad terapéutica dedicada a la recuperación de personas con problemas de adicción. El trabajo es una herramienta fundamental en el proceso de rehabilitación que además nos permite subsistir», con esa sola presentación emprendimos el viaje.

El domingo 28 se inició temprano. El desafío era llegar a Fazenda La Esperanza, ubicada en la localidad de Carhué, a 300 kilómetros de Olavarría. Emprendimos el viaje alrededor de las 7:30 horas y viajamos durante algo más de tres horas para llegar al kilómetro 660 de la Ruta Provincial N° 60, donde nos esperaba un predio perdido en la Pampa Húmeda. Allí, hoy, más de treinta hombres se recuperan de distintas adicciones.
Cuando nos bajamos del vehículo en el que viajábamos, todo fue alegría. Fluyeron los abrazos entre desconocidos y, desde ese momento, por toda la jornada, fuimos hermanos.
Lo que propone la Fazenda es un cambio en el estilo de vida, basado en la convivencia, el trabajo y la espiritualidad. A partir de ese cambio de vida, como consecuencia, la persona deja la adicción que la llevó hasta allí.
En la Fazenda prima la esperanza, como su nombre muy bien lo indica. Esa esperanza que hoy, por todo lo que somos como sociedad, parece que perdemos. En Fazenda quien busca recuperarse y quien va de visita logra lo más importante: encontrarse con uno mismo. «Si me tengo que imaginar el cielo, creo que el cielo es esto«, dijo uno de los hombres que está buscándose y esa frase nos llevó a la capilla ubicada en el lugar.
En ese marco, este domingo, cerca del mediodía, Fray Jorge Peixoto fue quien celebró la Santa Misa. En un clima de absoluta espiritualidad, los más de treinta hombres que actualmente integran la comunidad vivieron a pleno ese momento.
«Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos», fue una de las frases que aparecieron en las canciones entonadas durante la Santa Misa, y sin dudas es una invitación a encontrar a ese hombre nuevo, a ese hombre que buscan quienes llegaron a este lugar en búsqueda de ayuda para sanar.

“Estoy acá para curarme, y también curar a mi familia. Una familia donde todos consumimos”, fue una de las frases que surgió después de la Misa y unos minutos antes del almuerzo compartido en fraternidad.
En Fazenda La Esperanza hay reglas claras, trabajo mancomunado y esfuerzo por lograr ese hombre nuevo. Quienes allí se están recuperando viven en distintas casas dispuestas en el gran predio. Esas viviendas están numeradas y allí conviven hombres de distintas edades y de diferentes puntos del país: hay bonaerenses, neuquinos, mendocinos. Distintos orígenes, un mismo objetivo: sanar.
El pollo al disco con arroz que se sirvió en el almuerzo fue preparado por las manos de estos hombres, quienes hoy tienen la responsabilidad de cocinar. Los ingredientes utilizados para la comida se producen en la propia comunidad: hay pollos, una huerta y una enorme chanchería. Hay producción, hay trabajo.
La sobremesa se realizó en el amplio comedor, aunque poco a poco nos fuimos dispersando: algunos caminamos, otros conversaron, y algunos de los hombres que allí viven continuaron lavando su ropa y contando sus historias. Hubo también tiempo para disfrutar del partido entre Racing e Independiente. Todo en armonía, en paz.
Si bien existen reglas bien marcadas, el ingreso a la Fazenda es por plena voluntad, no tiene candados, ni llaves. La persona que consume tiene que estar decidido a querer rehabilitarse.
Cada uno de los que ingresa puede irse cuando lo desee, ahora bien, el tiempo que se recomienda para poder lograr la recuperación dura por lo menos un año.
La medicación, en La Fazenda no ocupa un lugar central dado que la centralidad la tiene la convivencia y la espiritualidad. No se mira a la persona desde el lado médico sino más bien desde la centralidad de la espiritualidad.
Entonces: ¿Qué es Fazenda? Es una asociación de fieles reconocida por la Iglesia Católica que trabaja en diversos campos sociales, siendo el principal la recuperación de jóvenes adictos. Nació en Brasil en 1983 y ya existen más de 116 centros diseminados en todo el mundo.
La recuperación es a través del trabajo como fuente de autoestima y de autosustento, y la vida en comunidad, respetando el espacio del prójimo como instrumento de cambio de valores, bajo la luz de la espiritualidad del Evangelio como moral de principios, lo que lleva a un cambio de mentalidad y comportamiento.