Causa por torturas en la Seccional Primera: los testimonios que comprometen a los imputados

La causa que investiga los hechos ocurridos en la Comisaría Primera entre el 12 y 13 de mayo pasados, cuando Diego González resultó con serias quemaduras con agua hirviendo que afectaron el 22% de su cuerpo, suma numerosos testimonios de policías que comprometen mayormente la situación procesal de los imputados Néstor Rodríguez y Eduardo Manuel, actualmente detenidos en la Unidad Penal 30 de Alvear.
Cabe recodar que la causa tiene además como imputados a Edgardo Constancio, también detenido, y a Pablo Blúa, quien está en libertad.

La investigación que lleva adelante la Fiscalía 7, a cargo de Susana Alonso, sumó las declaraciones de más de una veintena de policías, la mayoría de los cuales se desempeñan en la Seccional Primera.

Néstor Leiva y Diego Gonzále presentaron los testimonios más destacados de la causa que ya alcanza unas 200 fojas de documentación, y dejaron en claro su rechazo a los dichos de los familiares de los detenidos que cuestionaron tanto a la víctima como al avance de la investigación. Leiva apuntó a la contradicción de las versiones de los familiares, que por un lado señalan que González no sufrió quemaduras en la dependencia policial, y al mismo tiempo, admiten que el hecho sucedió pero aducen que los responsables de las torturas son personas diferentes de los detenidos, “se quieren sacar la culpa de encima”, estimó el tío de la víctima.



Los momentos clave de la investigación son tres y a través de los testimonios quedan comprometidos los imputados: la detención, cuando Diego González quedó en carácter de aprehendido en la comisaría y su atención en el Hospital Municipal. 

Sobre la detención declararon los cuatro policías que intervinieron: Vanesa Lado y Matías Poyo, los primeros en llegar al Golf de Estudiantes donde se produjo la aprehensión, y Jorge Peralta y Maximiliano Alcaraz, quienes arribaron en segunda instancia. Los policías expusieron que al momento de la detención González estaba seco, es decir, no tenía la ropa mojada, ni tampoco presentaba lesiones.

Lado afirma que cuando fue informada del caso en el que debía intervenir, le indicaron que González había ocasionado disturbios, hecho que negaron tanto su tío Néstor Leiva, que estaba en la sede deportiva en ese mismo momento, como el starter Walter Vega, autoridad deportiva del área de golf. La misma referencia a “disturbios” fue repetida por Poyo.


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Por su lado, Poyo expone claramente las condiciones de González al momento de la detención: señala que no tenía la ropa ni su cuerpo mojado, y que no ejerció acciones de violencia física puesto que no podía mantenerse en pie por su estado de ebriedad.






Acerca del momento en que González fue ingresado a la Seccional Primera, todos los testimonios ubican a Néstor Rodríguez en la cocina, espacio utilizado para alojar a los aprehendidos tras la clausura de los calabozos. La cocina está junto a la oficina que ocupa Néstor Rodríguez.

Según su relato, fue finalmente Jorge Peralta el encargado de dejar a González en la cocina. Expuso que allí se encontraban Rodríguez y Manuel y que fue Manuel quien le ordenó primero dejar al aprehendido sobre la mesa y luego salir de la habitación y cerrar la puerta. Peralta relata que al alejarse del lugar oyó un grito como un quejido.



La sargenta Lado dijo que, tras dejar a González en la dependencia, salió del lugar junto con Poyo y regresaron unos 30 minutos después. Ubica en ese momento en la puerta de la cocina a Edgardo Constancio, y dentro de la cocina al aprehendido González y a los policías Néstor Rodríguez y Eduardo Nicolás Manuel.



Parte de la declaración de Vanesa Lado sobre la situación en la Comisaría.


Por su lado, el oficial principal Manuel narró que al momento del arribo de González a la seccional, se encontraba durmiendo en una habitación del primer piso. Se despertó porque oyó gritos y observó en el patio a González con los policías Lado, Poyo y Néstor Rodríguez. Refirió que Diego González gritaba y los efectivos intentaban llevarlo a la cocina. A su arribo a la cocina, unos 10 minutos después, Manuel señala a Lado y Poyo en la puerta y a Néstor Rodríguez con González en el interior.

El oficial principal agregó que Néstor Rodríguez calentaba agua en la tetera y que el aprehendido tenía los pantalones mojados. Manuel afirmó que habló con González quien no respondió y tampoco entendía sus dichos porque balbuceaba, con lo que se retiró de la habitación. Esta versión no incluye el diálogo con Jorge Peralta que este expuso en su declaración ni el ingreso de Vanesa Lado a la cocina que la sargento narró.



Parte de la declaración de Eduardo Nicolás Manuel sobre la situación en la Comisaría.


El oficial subayudante Edgardo Constancio coincide con Manuel en varios puntos: ubica a Néstor Rodríguez en la cocina, junto a la pava; a González con los pantalones mojados dentro de la cocina, y señala también que no se entendía lo que decía el aprehendido. 

En su caso, relató que ingresó a la cocina cuando estaba de guardia Miguel Rodríguez en la puerta de esa dependencia. La tarea de guardia se denomina “imaginaria” y fue cumplida por numerosos policías durante las 24 horas de detención de Diego González. Miguel Rodríguez también declaró en la causa y dijo que era Néstor Rodríguez quien calentaba agua en la tetera que se encontraba en la cocina.



Parte de la declaración de Edgardo Constancio sobre la situación en la Comisaría.


El tercer momento de importancia en los testimonios fue la derivación al Hospital Municipal de González. La aprehensión se produjo poco después de las 14:00 y ese traslado para su atención médica se produjo a las 20:00. Estuvo a cargo de los policías Iván Zanazzi y Andrea Resentera, ordenados por Eduardo Manuel.

La situación compromete al policía Manuel, tal como relatan los encargados del traslado. Ambos policías expusieron que recibieron la orden de devolver a Diego González a la comisaría sin importar el resultado de la atención médica. También sostuvieron que el médico de policía, Briscioli, constató las quemaduras que presentaba el entonces aprehendido y ordenó su internación. Los policías Zanazzi y Resentera obedecieron a Manuel y devolvieron a González a la dependencia. Informaron que en ese momento expusieron al oficial la decisión del médico y la respuesta de Manuel fue “yo me encargo”.






Con estos relatos, González habría resultado quemado en sus primeros instantes de aprehensión en la Comisaría Primera. Los policías que estuvieron en distintos momentos en la dependencia declararon que no se les permitía entrar en la cocina. Uno de los que cumplió la imaginaria, Mario Peralta, informó que observó al aprehendido mojado y con manchas rojas en la piel cuando se cambió de ropa para ser trasladado al Hospital por Zanazzi y Resentera.

Diego González sigue con curaciones

El propio González le contó a Infoeme que tras su internación en el Hospital Municipal, que se extendió del 14 de mayo al 8 de junio, mantiene actualmente las curaciones en las partes afectadas, mayormente la zona genital y piernas.

Agregó que durante su internación, era sedado y trasladado a un quirófano para las curaciones dada la gravedad de las heridas.


Su tío, Néstor Leiva, relató que además necesita asistencia psicológica, servicio que ha solicitado a la Fiscalía aunque aún no ha obtenido respuesta.

Leiva se mostró conforme con el avance de la investigación. Subrayó la importante cantidad de declaraciones de policías sumadas por la Fiscalía y consideró que debería imputarse también al policía Miguel Rodríguez, el primero que cumplió guardia en la cocina donde estuvo detenido su sobrino.

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