El Mundo: Derrame en el Golfo de México de 2010 dejó secuelas



Por SETH BORENSTEIN y CAIN BURDEAU
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Desde el aire, cinco años después de la explosión en un pozo
de BP, el Golfo de México luce limpio, verde, lleno de vida, en un
reflejo de la fuerza de la naturaleza, pero lo que se ve debajo de la
superficie no es nada alentador.

Tortuga marina liberada en aguas del Golfo de México
frente a la costa de Louisiana el 29 de enero del 2015. Cinco años
después del desastroso derrame de petróleo de BP, el Golfo luce muy
recuperado, pero quedan secuelas. (AP Photo/Gerald Herbert, File)

Datos del gobierno y numerosos
estudios científicos revelan problemas. Todavía hay manchas de petróleo
en el mar y en los pantanos de la Bahía Barataria abundan los bultos con
alquitrán. Las muertes de delfines se han más que triplicado. Las
tortugas marinas casi no anidan desde el derrame. Algunos peces han
desarrollado enfermedades cutáneas y otras internas. Los corales de
aguas profundas también han sido afectados.

En algunos casos la
conexión con el derrame de BP es clara, en otros resulta más difícil
demostrar una relación directa con el derrame de millones de litros de
petróleo durante 87 días.
«La naturaleza respondió bien a un gran
desafío. Debemos considerarnos afortunados», sostuvo Chris Reddy, del
Instituto Oceanográfico Woods Hole, pero agregó que «lo que preocupa es
las cosas que no vemos».

Para analizar la salud del Golfo de
México la Associated Press entrevistó a 26 científicos marinos, quienes
dijeron que, en términos generales, la salud del golfo se resintió en un
12%.
Coincidieron en que antes del derrame, la salud merecía 73
puntos en una escala del 0 al 100 y en que ahora recibe 65. Las áreas
más afectadas son las de los delfines, las ostras, las tortugas marinas,
los pantanos y el lecho marino.

The Associated Press entrevistó asimismo a más de dos decenas de científicos de otros campos.
«El
derrame fue, y sigue siendo, un desastre», declaró la profesora de
ciencias marinas de la universidad Oregon State Jane Lubchenco, quien
era la directora de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera
cuando se produjo el derrame. «El petróleo es algo feo. Si, el Golfo
tiene un gran poder de supervivencia, pero recibió un golpe muy duro».

BP
difundió en marzo un informe de 40 páginas según el cual el Golfo se
había recuperado mayormente y que menos del 2% de los sedimentos de las
aguas y el lecho marino exceden los límites de toxicidad del gobierno.

«La
información recogida hasta ahora indica que la catástrofe ambiental que
muchos temieron no se ha producido y que el Golfo se recupera más
rápidamente de lo esperado», sostuvo el portavoz de BP Geoff Morrell,
vicepresidente de la empresa, en un correo electrónico. «Esto se debe en
buena medida al poder de regeneración del Golfo, a procesos naturales y
a la efectiva respuesta y la limpieza realizada por BP siguiendo
directivas del gobierno federal».

De hecho, algunos expertos se
muestran sorprendidos por la recuperación del Golfo. Samantha Joye, de
la Universidad de Georgia, dijo que en 2010 visitó un sector que «había
sido muy golpeado», en el que no se veían animales de ningún tipo. El
año pasado regresó y encontró un panorama muy distinto.

«Me puse a
bailar al ver cosas vivientes en el fondo del mar», relató. «El sistema
es muy fuerte. Gracias a Dios por eso. El gran interrogante es si va a
volver a ser lo que era, y eso no se sabe por ahora».
El gobierno nacional no cree que el Golfo se haya recuperado totalmente.

«Obviamente
no está tan saludable como antes», dijo el jefe del cuerpo de
científicos de la Administración Oceánica y Atmosférica Richard Spinard,
quien recuerda la muerte de delfines y de otros peces y los problemas
en el lecho marino.
A continuación algunos interrogantes sobre el estado de cosas en el Golfo de México:
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¿QUÉ PASÓ CON LOS DELFINES?
Los
delfines han estado muriendo a un ritmo récord en partes del Golfo
desde el derrame de BP, según la Administración y otros científicos.
Entre 2002 y 2009 hubo un promedio de 63 delfines muertos por año. en
2010 hubo 125 y al año siguiente 335.
Desde abril de 2010 ha habido un promedio de más de 200 muertes por año, la mayor cantidad jamás registrada en el Golfo.
Pero la epidemióloga Stephanhie Venn-Watson, de la Fundación de Mamíferos Marinos, dijo que las muertes están mermando.
En
un informe publicado poco después del derrame, BP sostuvo que «no hay
pruebas de que el accidente en el pozo Deepwater Horizon haya tenido un
efecto adverso en la población de delfines».
¿QUÉ PASÓ CON LAS TORTUGAS?
Los
anidamientos de tortugas marinas se redujeron un 40% en un año, en
2010. «Nunca habíamos visto una caída tan pronunciada», expresó Selina
Saville Heppell, profesora de la Universidad Estatal de Oregon. La
población repuntó en 2011 y 2012, para volver a decrecer los dos años
siguientes.
No hay suficiente información que vincule esa
reducción al derrame, «pero es una coincidencia notable, ¿no les
parece?», dijo Heppell.
¿QUÉ PASÓ CON LOS PECES?
El
científico marino de la Universidad del Sur de la Florida Steve Murawski
observa tumores, lesiones y otros rastros del petróleo en los órganos
de peces como el pargo rojo, anguilas y, sobre todo, el pargo rayado.
Carcinógenos asociados con el petróleo parecen haber penetrado la piel
de estos peces, afirmó.
«Los peces de aguas profundas siguen siendo afectados», dijo Joye. «Tienen petróleo en el hígado».
El informe de BP asegura que se sigue pescando «más que antes del derrame».
¿QUÉ PASÓ CON LAS AVES?
Ha
habido por lo menos dos estudios de la población de aves en la bahía de
Barataria, importante escala en las migraciones de distintas especies.
Esos estudios no encontraron problemas obvios.
BP dijo que «el
impacto (del derrame) en la población de aves y su anidamiento fue
limitado y estuvo seguido de un fuerte repunte».
¿QUÉ PASÓ CON LOS PANTANOS?
El
petróleo bañó unos 1000 kilómetros (620 millas) de pantanos en
Luisiana, en los que aparecen con frecuencia masas de alquitrán. No se
permite pescar en partes de la bahía.
Una importante isla de
manglares donde había colonias de aves casi desapareció debajo del agua.
Imágenes satelitales muestran que ha desaparecido más de 30 centímetros
(un pie) en los bordes de los manglares. Los científicos han detectado
contaminantes del petróleo en plantas y animales.
BP sostiene que «solo poco más de un kilómetro (0.7 millas) sigue registrando grandes cantidades de petróleo».
¿QUÉ PASÓ CON LAS PLAYAS?
Hubo
intensas limpiezas y cuesta encontrar petróleo en las arenas blancas de
la Florida, Alabama y Mississippi, pero hay sitios, sobre todo en el
sur de Luisiana, donde se observan extensas alfombras de petróleo que
comprometen los depósitos de arena en un ecosistema frágil que se ve
amenazado por la crecida de los mares, los huracanes y una serie de
acciones del hombre.
¿CUÁNTO PETRÓLEO FUE DERRAMADO?
El
gobierno dijo que fueron derramados unos 651 millones de litros (172
millones de galones) y la cifra es aceptada por la comunidad científica.
BP afirma que fueron unos 378 millones (100 millones de galones).
Un juez federal partió la diferencia y dijo en enero que se habían derramado 507 millones de litros (134 millones de galones).
¿A DÓNDE FUE A PARAR ESE PETRÓLEO?
«No
todo el petróleo ha desaparecido», expresó Marcia McNutt, ex directora
del Geological Survey. Su equipo calculó que la mayor parte se evaporó,
disolvió o dispersó. Otros dos estudios de científicos prestigiosos
revelaron que quedan unos 38 millones de litros (10 millones de galones)
en el lecho marino, algo que BP no acepta.
«Lo vi, tenemos videos», aseguró Joye, de la Universidad de Georgia.
¿QUÉ SE DEBE HACER AHORA?
Spinrad,
de la Administración Oceánica y Atmosférica, dijo que el gobierno
espera terminar su análisis de la salud del Golfo luego de cinco años
hacia fines de 2015, por lo que es demasiado temprano para sacar
conclusiones finales. Hizo notar que a veces los problemas tardan mucho
en aparecer. Los científicos detectaron una reducción en la población de
arenques recién 10 años después del derrame de Exxon Valdez en 1989.
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Borenstein informó desde Washington, Burdeau desde Nueva Orleans
En este despacho colaboró la reportera Stacey Plaisance desde Nueva Orleans.

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