El Palacio San Martín se iluminará de azul por el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que sufren el trastorno. Como forma de adherir a la iniciativa, El Palacio San Martín se iluminará de azul este domingo.

En todo el mundo, monumentos y edificios gubernamentales y emblemáticos se iluminarán de azul, color característico de la concientización sobre el autismo.

El objetivo de esta propuesta es difundir las necesidades de las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), la importancia del diagnóstico precoz y la intervención temprana; y propender a la inclusión social de las personas con autismo y sus habilidades y talentos distintivos.

El autismo consiste en un complejo trastorno neurobiológico que altera las capacidades de comunicación y relación de las personas. Los síntomas pueden ser desde muy leves hasta muy graves, según el grado de pérdida de las habilidades sociales y de comunicación, y la aparición de comportamientos repetitivos y/o obsesivos. El crecimiento de este síndrome a nivel mundial es muy significativo, alcanzando según algunas estadísticas a 1 de cada 110 niños. Si bien la Argentina no posee estadísticas, se calcula que se cumplen estas mismas tasas de incidencia.

Se trata de una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de edad. La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un fuerte impacto en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad.

El autismo no se puede detectar ni curar médicamente, pero el diagnóstico y la intervención a tiempo producen importantes mejorías en la calidad de vida.

Si a los 18 meses su bebé presenta alguna de estas señales, solicite un examen inmediato a su pediatra:

– No responde al llamado por su nombre o dejó de hacerlo
– No mira a las personas cuando le hablan.
– No dice ninguna palabra o perdió palabras que decía.
– No señala con el dedo para pedir cosas que desea.
– No señala para mostrar personas u objetos.
– No hace juegos de ficción (jugar con muñecos, hacer que habla por teléfono, jugar a darle de comer a un muñeco u otra persona).
– No comparte con otros el interés por juguetes, objetos o situaciones cotidianas.

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