Viernes: Columna económica

Gabriel Schmale

En su último micro económico de la semana para “En Línea”, el contador se refirió a la situación agro-ganadera actua, en la ciudad y el país. Asimismo, hizo hincapié como es habitual, en el dólar en relación a la inflación, y las condiciones económicas de la Argentina hoy.

Agricultura y ganadería en Olavarría y en todo el país

En cuanto a la agricultura, la proyección de la bolsa de cereales estima un incremento en 900 mil hectáreas adicionales para la próxima siembra de trigo; siempre que las lluvias sigan siendo favorables. Ha llovido bien, la reserva hídrica del suelo en Olavarría no está para nada mal, se está cosechando la gran parte de la soja en los campos de nuestra ciudad. En números absolutos, podrían implantarse 4 millones y medio de hectáreas. Un 28,5 % menos de los últimos 5 años, y un porcentaje muy lejano de la máxima histórica de 1982, pero un índice superior al del año pasado. Schmale espera que, a nivel país, Argentina siga de a poco diversificando la siembra, para evitar el monocultivo con el consecuente desgaste de las tierras.

Respecto a la ganadería, el contador repasa que el estallido de los precios de la carne ocurrió en enero, donde el kg de animal vivo en los remates pasó de 3 a 6 pesos abruptamente. Ayer el Mercado de Liniers mostró que el kg vivo se cotiza a 7 pesos. No hay solución en el mediano plazo para esta situación, según el contador.

En el primer trimestre de 2010, se redujo en una quinta parte el consumo interno de carne vacuna. La cifra se traduce en 12 kg menos de consumo de carne por habitante en relación a 2009. La gente en un primer momento se volcó al cerdo y al pollo, pero luego también esta mercadería comenzó a incrementar su valor, y en esos dos sectores hoy no hay inversión.

Cotización del dólar, inflación. Situación económico-financiera actual

A partir del 2002, el remedio para la crisis económico-financiera combinó tres factores: tipo de cambio alto, superávit fiscal y superávit comercial. El soporte fue la fuerte devaluación en su momento del peso, lo cual logró fortalecer el superávit y alcanzar un proceso de crecimiento virtuoso con ganancia de productividades en las empresas. Asimismo, mediante la implementación del mecanismo se sustitución de importaciones; bajó el índice de desempleo. El consumo interno en aquellos años pegó un salto, y la renegociación de la deuda completó un ciclo de crecimiento interno.

El panorama comenzó a cambiar en 2006 y se profundizó la variante en 2007. Por no modificar condiciones estructurales de esos cambios, entramos en una zona de riesgo, según explicó el contador.

Basta mirar el valor del dólar a cierre de marzo de 2009 para comprobar que el billete verde subió menos del 7% en un año. Los precios crecieron más del doble. Excepto un cambio brusco en las condiciones externas, existe un margen para anclar el tipo de cambio nominal. Si esto se combina con mayor endeudamiento, el atraso cambiario es sostenible, por lo menos hasta las elecciones de 2011. A mediano plazo, el próximo gobierno va a tener que afrontar la corrección de la competitividad de la moneda extranjera. La inflación rompe otro pilar del modelo como es el tipo de cambio. Se perdió el superávit fiscal, por lo que se utiliza el tipo de cambio como ancla para la inflación. El único medio posible para recuperar algo de la competitividad perdida, es bajar la inflación, si no quiero subir el dólar. Pensar una devaluación hoy, sin un plan anti-inflacionario, sería un desastre, porque los precios estallarían. El gobierno hoy está en condiciones de manejarlo gracias a las reservas del BCRA. No se sabe hasta cuándo. No habrá devaluación brusca porque sobran dólares, pero el gasto público se torna insostenible con este tipo de cambio. Nos estamos alejando del modelo competitivo del 2003 al 2005, aunque por el lado de las cuentas externas, parece no haber problemas, siempre que la salida de dólares sea manejable y este canje de deuda sea exitoso. Nos Rige hoy en el país un modelo inverso al que se puso en marcha en 2003. Sin superávit fiscal que absorba los dólares de la balanza comercial, no hay solución, pero el tipo de cambio alto solo es posible con superávit fiscal y bajas tasas de inflación. Con déficit y suba de precios, se produce un tipo de cambio bajo, esto significa altos salarios en dólares, y por ende, desempleo.

Los comentarios están cerrados.

error: Content is protected !!