YPF: “Hay una reprivatización y ha sido engañado todo el pueblo argentino”

Este fin de semana se desarrolló la charla “YPF: no es una nacionalización” en Olavarría, impulsada por el Partido Obrero en el marco de una campaña sobre el tema que contó con la asistencia de César Raineri, ex trabajador de YPF.
Junto al dirigente partidario Daniel Rapanelli, brindó una entrevista en la que expuso su experiencia de trabajo en la petrolera, donde se desempeñó entre 1975 y 1992, en Salta, y desarrolló también una carrera sindical con la que fue parte de la oposición a la privatización que impulsó el Estado en la última década del siglo pasado.

Inicialmente, Rapanelli expuso que el PO se opuso a la ley aprobada en el Congreso que dio nacimiento a la llamada “Nueva YPF”. Manifestó “somos muy críticos y rechazamos la ley que se ha votado en el congreso. Lo hacemos porque hemos luchado toda la vida por la nacionalización de YPF y de toda la industria petrolera, sin indemnización y para colocarla al servicio de los trabajadores”. Centralizó el cuestionamiento en la creación de una sociedad anónima y definió “lo que se ha votado en el congreso, particularmente por la oposición, creo que básicamente son dos cosas: una reprivatización o reasignación del negocio petrolero y un cheque en blanco y un indulto a la política petrolera del kirchnerismo”. 



Rapanelli apuntó al rol de Néstor Kirchner y Cristina Fernández hacia 1991 cuando, baj la gestión de Carlos Menem, se decidió la privatización de la empresa: “aquellos que permitieron la continuidad de Repsol, el saqueo, el vaciamiento, que introdujeron a Eskenazi, quien compró acciones sin plata a condición de remitir el 90% de las utilidadese al exterior, todos los que permitieron este saqueo y vaciamiento y han llevado a déficit energético y a esta factura de 12 mil millones de dólares para importar petróleo este año, ¿estos son los que recuperan la soberanía petrolera? De ninguna manera”.

Asimismo, consideró que “hay una reasignación o rediscusión de quiénes van a entrar en el negocio. Nosotros notamos que hay una fuerte presión, y esto tiene que ver la reunión de la presidenta con Obama, hacia las petroleras norteamericanas en este nuevo reparto del negocio”, y agregó, “esta asociación está muy determinada por el artículo 17 de la ley que plantea que YPF va a establecer contratos y asociaciones con el capital privado nacional y extranjero y además a crear mecanismos de endeudamiento. Esto es lo que hay detrás”. Más adelante en la charla, agregó que la ley recientemente votada “habilita la posibilidad de que el Estado se desprenda de las acciones que tiene, porque si hubiera mayoría especial en el congreso, dos tercios, el Estado puede deshacerse del 51%”.

Por su lado, Cesar Raineri indicó “esto es una versión empeorada a la que teníamos porque si bien respetan a rajatabla el nudo de la cuestión, que es mantener la empresa como sociedad anónima, ese solo dato nos muestra que no podemos hablar de estatización”.


El ypfiano, como él mismo se definió, recordó el proceso legislativo que se sucedió en 1991, “vemos ahora como reproducen no solo la burocracia de la empresa que se recicla con estos cargos gerenciales, por ejemplo Espinoza que es gerente interventor y es gerente de Enarsa, y varios de los geólogos del staff que ha reunido Galicchio, sino que también reproduce a la vieja la burocracia sindical. Casia por ejemplo fue junto con Crespi los principales cabecillas de la entrega avalando la política de Menem”.

Señaló además que “reproducen también el movimiento de los bloques políticos de la época totalmente. Es decir, si un Pino Solanas hoy hace esto, Chacho Álvarez lo hizo en el 91. Salió por los medios de Mosconi, y reflejaba la posición del Grupo de los 8 y era el progresismo de esa época. Dijo que mientras saliera por el Congreso, la ley era democrática -que no saliera por decreto la privatización- él estaba de acuerdo, y en todo caso se corrían con la posibilidad de que los trabajadores fueran parte del paquete accionario. Como la zanahoria al conejo para que no hubiera resistencia. Todos los bloques jugaron a lo mismo”. 

Cesar Raineri también se refirió a Néstor Kirchner y consideró que “sin ellos no se hubiera podido privatizar. Menem no podía, los radicales dieron quórum, pero estaba dividida la propia tropa del justicialismo, entre ellos y el kirchnersmo. Bastó para que se reunieran y dos meses antes de la privatización Kirchner fue presidente de la Organización de Provincias Productoras de Hidrocarburos, Ofephi, que era de manera tal de nuclear a todos los diputados patagónicos, entre ellos, el actual secretario de presidencia Oscar Parrilli, que era diputado de Neuquén y fue vocero entre la Ofephi y Menem para habilitar con su voto a cambio de los 600 millones que terminaron en escándalo, depositados en el bancos suizos”. Para el ex empleado, la problemática central son los trabajadores: “la maniobra esa costó 35 mil despidos, nadie se hizo cargo de eso, ni hoy”. 


Además, apunto a que “la nueva ley no habla de vender combustible barato” ni tampoco “garantiza cantidad, porque las área están devastadas”, con lo que estimó que “es muy probable que vayamos en una nueva vuelta de tuerca sobre la reprivatización. Ese es el punto central: hay una reprivatización y ha sido engañado todo el pueblo argentino”.

Por su lado, Rapanelli agregó que la tercerización laboral en las destilerías, implementada desde los años 90, continuará con la nueva administración de YPF, “para los trabajadores petroleros la nueva YPF tampoco existe en términos de terminar con la precarización laboral”, sostuvo.

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