Carlos Menem y su “prisión vigilada” en Tandil

Lo contó al Diario El Eco Roberto Mouillerón.


Al conocerse la noticia de la muerte del expresidente Carlos Menem, fueron varias las repercusiones incluso en nuestra región. Tal lo que sucedió con Alberto Lestelle en Olavarría también hubo un recuerdo para el expresidente en la ciudad de Tandil donde “El Turco” llegó a cumplir una pena de prisión vigilada en Tandil, en plena dictadura militar.

Roberto Mouillerón tandilense y exdiputado nacional recordó aquellas viviendas con el dos veces presidente de la República Argentina.

“Él era un gobernador joven y apuntaba ya para ser candidato a presidente, estuvo preso en el barco en el que estuvieron detenidos gran cantidad de dirigente políticos, y después le dieron la posibilidad de que eligiera un lugar para estar con prisión vigilada, así que primero fue a Mar del Plata”, indicó.

Recordó que estaba con prisión vigilada entre 1979 y 1980 en Mar del Plata, en la casa de una prima llamada Zulema Menem, igual que su esposa.

“Se escapaba, se iba a un bar que había ahí muy cerca y finalmente, le pidieron que se fuera de Mar del Plata. Entonces se vino a Tandil y paraba en un departamento en la esquina de San Martín y Constitución, que era de Luis Macaya”, explicó.

Contó que lo vio en diversas oportunidades en el club Santamarina, porque “él se escapaba un poco de la vigilancia que tenía y aparecía por el club, le gustaba tirar al aro de básquet, ver boxeo, le gustaba la cancha de bochas, y a veces entraba al cine, porque funcionaba el cine Alfa, ahí lo vi muchas veces”.

En tanto, señaló que la persona que estaba a cargo de vigilarlo se terminó haciendo amigo de él y tiempo después, fue jefe de la Policía en La Rioja, provincia de la cual Menem fue gobernador.

“Estaba vigilado pero de alguna manera no significaba ningún peligro. Cumplía un poco con las órdenes que se le daban, aunque a veces se excedía con las salidas. Los domingos iba a jugar al fútbol y mucha gente de Tandil iba a jugar al fútbol para verlo, solía jugar en el club Independiente”, indicó.

Un gran seductor

Por otro lado, rememoró haber estado con Menem en dos o tres reuniones en las que “no se habló demasiado de política, pero que ya hablaba por ese entonces que iba a ser presidente. A veces nos daba un poco de risa, porque uno lo veía tan sencillo y despreocupado por algunas cosas que pensaba que difícilmente pudiera hacerlo. Sin embargo, fue presidente”.

Estimó que estuvo en Tandil entre un año y medio y dos, y explicó que “él iba a cazar patos al arroyo del campo de Macaya. Un día cayó el Ejército y lo encontraron ahí, lo venían siguiendo, entonces pidieron que fuera trasladado, así que de aquí se fue a Las Lomitas, en Formosa, que fue el último lugar de exilio que tuvo. Era una reclusión vigilada, pero tenía ciertas prerrogativas. No sé en verdad si las libertades las tenía o se las tomaba”.

Lo definió como “un hombre que cautivaba, uno se sentaba a charlar con él y era un gran seductor, era una persona distinta sobre todo en la política. Era un hombre al que nadie le podía quitar ese don, yo le vi hacer cosas que no vi hacer a ningún otro político”.

Y recordó una anécdota que refleja esa característica. “Cuando era gobernador de La Rioja y Alfonsín presidente, fueron a la Fiesta del Ternero en Ayacucho, donde se hacía un gran desfile todos los años. Nosotros también fuimos de invitados y lo acompañamos a Menem, estábamos en el estrado con él. Los gauchos pasaban con la boina blanca, todos radicales, lo saludaban a Alfonsín y le alcanzaban la gorra para que la firmara Menem. Fue una cosa que a todos nos llamaba poderosamente la atención, tenía ese atractivo, ese tipo de seducción que no sé si hoy algunos se lo reconocerán pero era así”.

Respecto a con quién solía juntarse en Tandil del ámbito de la política, aseguró que “con casi nadie, porque no se podía. En alguna oportunidad vino el hermano, también vino Zulema, su esposa, a visitarlo. Sí tenía amistad con Luis Macaya, paraba en su departamento, eran amigos, y otro amigo era Pancho Vistalli, que era presidente del Partido Justicialista y hombre ligado a la política desde siempre. Por eso también apareció por el club Santamarina, porque nosotros en esa época estábamos todos refugiados en el club”.

Fuente y foto: El Eco

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