Catamarca y “ la Morenita”

Colaboración de Angélica Diez, Misionera del Padre Kolbe.


                 Catamarca  y la Virgen del Valle son  una  única  expresión  de  fe. El sábado 15 de abril, se  dio  inicio al septenario de las fiestas. Una gran cantidad de fieles y devotos desbordó el templo para participar de esta tradicional ceremonia. Con unción, rezaron los misterios del Rosario y luego acompañaron a la Madre, llevada en brazos por monseñor Quintana, hasta la urna ubicada en el Paseo de la Fe.

            En su homilía, Mons. Urbanc – obispo  de  Catamarca –  destacó que “es la primera vez que iniciamos el septenario -con el que conmemoramos la coronación pontificia de la sagrada imagen- en este solar, donde se comenzó a manifestar con gracias especiales la Madre de Dios a sus hijos en este Valle. Y para todos resulta ser muy novedoso e impactante, pues ha cambiado sustancialmente todo lo que rodea  y cobija la imagen cuatro veces centenaria de nuestra querida Morena del Valle”. (…)  “Hoy estamos agradecidos a la Providencia Divina que los trabajos de remodelación, pero sobre todo de profundas mejoras, han llegado a término, posibilitándonos volver a este entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y confiarle todos los secretos y deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado para que sea un ámbito de oración, encuentro, meditación, penitencia, santificación, celebración, silencio y gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que así sea por siempre!”.  (… ) “Éste es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda. Que la Virgen Santa nos ayude a perseverar y crecer en nuestros compromisos bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos los ambientes la luz del Evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia de Jesús Resucitado”.

            Dirigiéndose a la Madre del Valle,  “la  Morenita”, expresó: “Aquí nos tienes, donde tú te comenzaste a manifestar a tus hijos y donde, después de tanto tiempo, vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y paz”.  Socórrenos en nuestras luchas diarias y en los desafíos que nos presenta la realidad cultural, que no nos quejemos ni nos amilanemos ante ellos, siendo esos discípulos-misioneros que las actuales circunstancias ameritan. Madre, ¡que no nos cansemos! Madre, ¡despierta en nosotros renovadas ilusiones de evangelizar! ¡Viva la Virgen del Valle!”. (Mons. Luis Urbac, obispo de Catamarca).

(*)  Angélica  Diez, Misionera  de la  Inmaculada  Padre  Kolbe, Olavarría.

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