2 de julio, Nuestra Señora del Huerto
Escribe: Horacio Robirosa, Voluntario de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María Turquina Quercio, piadosa mujer, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si los mantenía inmune a la peste.
Superado el flagelo, encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de la Santa Madre y el Niño junto a San Sebastián y San Roque, santos protectores de los enfermos.
El pintor logró expresar de manera admirable la bondad de la Virgen y la fuerza de su protección: María tiene en su regazo a Jesús, nos lo muestra, nos lo entrega, y toma la mano de su Hijo para bendecir. Es Ella, Jardín de Dios donde florecen todas las virtudes, es Fuente de gracia y santidad.
La imagen en el muro era venerada por los transeúntes que, en su diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar. “María, si eres tan hermosa por un mortal pintada, ¿qué será contemplar tu rostro, Hija de Dios, tan amada?”. (Gianelli). Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero pero la bella pintura mantuvo su aspecto y tonalidad llamando la atención de quienes pasaban por el lugar.
En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, hecho que acrecentó la devoción por la imagen. Las autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los fieles inclinarse y orar ante ella. Tiempo más tarde comenzaron las apariciones.
La noche del 18 de diciembre de 1609, Gerónima Turrio, una lavandera del barrio de Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa; el 2 de julio de 1610 se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones.
Esta fecha – 2 de julio – es la elegida para celebrar la advocación mariana de Nuestra Señora del Huerto. Cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias. Poco tiempo después, comenzaron los milagros: una rajadura que atravesó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Frente a su imagen, dos enemigos se reconciliaron dándose el abrazo de la paz. Hubo curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones.
Fue declarada patrona de la población y del distrito de Chiavari y el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario, inaugurado el año anterior. En 1892, el papa León XIII elevó el santuario a Catedral y el 3 de julio de 1907 San Pío X la elevó a Basílica.
En 1829 San Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, se inspiró frente a la sagrada imagen para fundar la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, que, desde Italia y España hasta Palestina y la India, pasando por América del Sur y las tierras del Congo, difundió por el mundo su sagrada devoción. “Confíen en María, abandónense en sus manos con toda confianza… Ella es Madre tan tierna y bondadosa que no puede ver las miserias de sus hijos sin remediarlas. Es Madre de Misericordia no puede permitir que se pierda ni uno solo de sus hijos que confían en Ella… ”.
(*) Horacio Robirosa, Voluntario de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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