¿Cómo es que la arquitectura puede ayudar a prevenir la violencia?
Escribe: El Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Escribe: Arq. Jorge Hugo Figueroa. Tiempo de lectura estimado: 5:01 minutos. Audio Nota
Al cumplirse en éstas fechas un aniversario más del último golpe de estado en la Argentina, quise traer las palabras de un colega que hace unos años expuso sobre la importancia de los memoriales, sobre el rol fundamental del arquitecto y la arquitectura para prevenir, para evitar los errores del pasado de nuestras sociedades.
El arquitecto Sergio Beltrán – García es especialista en procesos de verdad, justicia y memoria en contextos violentos. Ha diseñado variados memoriales en la ciudad de México (como el memorial dedicado al Incendio de la guardería ABC), también es cofundador de la plataforma “Verificado 19S”, una plataforma de inteligencia colectiva que brindó información veráz y oportuna para apoyar los esfuerzos de rescate en edificios colapsados durante los sismos del 2017 en México.
¿Es lo mismo un monumento que un memorial? El arquitecto forense Sergio Beltrán García nos cuenta que, así como una escuela, educa y un hospital, sana; un memorial, previene y por último, un monumento sirve para recordar (tanto monumento como memorial se suelen confundir). De éste modo el arquitecto pregunta: Si un hospital tiene una enorme infraestructura, un gran recurso humano pero “no cura”… ¿Sirve ese hospital? O si acaso, existiera una escuela que teniendo todos los recursos habidos y por haber “no educara”… ¿Serviría esa escuela?, en concreto, ¿habría servido el trabajo del arquitecto en lo que corresponde a su labor en la obra? Pues, en la medida de la labor arquitectónica, no sirvió.
Del mismo modo, el arquitecto nos recuerda que en su país una gran variedad de memoriales (por atentados narco terroristas o ataques represivos estatales) no parecen haber servido de nada puesto que los ataques se siguen sucediendo.
Dadas las evidencias, el arquitecto Beltrán García afirma que “recordar no sirve para prevenir” y que los memoriales no son para recordar, son para prevenir y agrega que los monumentos son para recordar.
Es decir, para ser más claros, los memoriales son para usar esa memoria para prevenir. Por lo tanto “los memoriales son lo opuesto a los monumentos”.
Arq. Beltrán García: En realidad el estudio sobre la memoria surge luego de la segunda guerra mundial como una forma de evitar que se vuelvan a cometer los mismos errores, llegar a un enfrentamiento armado, llegar a la violencia.

La sociedad primero construye un cuerpo mítico en una zona, progresivamente, esa sociedad edifica, necesariamente y ahí aparece el factor arquitectónico. Eventualmente cambiará la identidad de quienes la habitan y éstos cambiaran la arquitectura para que los refleje. Así, “Los habitantes cambian el entorno y el entorno los cambia a ellos”.
Arq. Beltrán García: El primer medio por el cual se procura retener el pasado es la piel, pero ésta muta… Usamos el cuerpo para contar historias, expresarnos, bailar, etcétera, pero en unos años ya no se bailará un ritmo, se bailará otra cosa. La tecnología desarrolló el papel y así podemos transmitir nuestra memoria al futuro.
¿Cuál es la función de la memoria? Es la de asegurar nuestra supervivencia. Afirma Beltrán – García.


Fuente: Memorial a las víctimas de la violencia en México. Publicada en la Bienal internacional del paisaje en Barcelona.
Diferencias fundamentales entre Memorial y Monumento:
El monumento se acepta pasivamente en sociedad, es ajeno, pues pertenece a todos y a la vez a nadie.
El memorial se ejerce activamente en sociedad, es apropiable y es colectivo.
El monumento se contempla y se observa. Su significado no está abierto a la interpretación.
El memorial se recicla cotidianamente, su significado está en movimiento.
El monumento tiene, “una escala monumental” tiende a la verticalidad y generalmente excede la escala humana.
El memorial armoniza con la escala humana, tiende a la horizontalidad pues la idea es que pueda acoger a los habitantes.
El monumento sanciona lo ya acontecido, lo experimentado y comprobado, es un objeto de comportamiento predecible. Su objetivo es transmitir un mensaje, es crear un monólogo y espectadores.
El memorial es actual y presente, vivo y creciente, es un objeto de comportamiento incierto y su objetivo es el de provocar reuniones y el diálogo entre los ciudadanos de todos los sectores. Tiene por objeto la verdadera participación ciudadana.
En definitiva, concluye el arquitecto, “Se trata de recuperar el pasado para reinterpretarse en el presente y seguir transformándose en el futuro”.

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