El padre Opeka: La capacidad extraordinaria de generar cambios que perduran en el tiempo

Escribe: Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.


Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  4:04 minutos

“Trabajo, escuela y disciplina”. Padre Opeka.

 ¿Cuál es el límite de una persona decidida a cambiar la realidad?  Es increíble como el fijar un objetivo primero y el diseñar las estrategias y las tácticas para alcanzarlo pueden rozar lo inverosímil.

El hermano Pedro, el Padre Opeka, es un caso exitoso en el que, ante un desafío gigantesco, produjo y produce mejoras incalculables en el medio y en los que habitan dicho medio.

 En un lugar de Ramos Mejía nació, un niño que se crió en un hogar donde era habitual ayudar a los más necesitados y seguramente ésta empatía por quienes tienen poco y nada fue la que lo llevaría a misionar fuertemente en una isla tan alejada de nuestra patria, como puede ser Madagascar. La consigna que se practicaba en su casa era la que indicaba que ningún pobre que fuera invitado a su casa se iría con las manos vacías.

Luego de haber pasado algunos años ayudando a gente en Neuquén y en Formosa leyó una carta del siglo XVII en donde promocionaban la llegada de misioneros a la isla de Madagascar. Eso bastó para animarlo a viajar en el año 1975.

Cuenta Pedro que no fue nada sencillo en un principio y es que su cabello rubio, sus ojos claros y su piel blanca les recordaba a los nativos la figura de la dominación, de la esclavitud que habían sufrido.

Como buen argentino improvisó con lo que tenía más próximo y siendo él un futbolista bastante bueno, sacó una pelota y comenzaron jugando varios partidos en un potrero africano. Y realmente funcionó el plan aunque lo castigaron muy duro entre patadas, empujones y codazos.

El deporte los fue uniendo, se fueron tendiendo lazos con aquellos habitantes y así fue que pudieron comprobar que éste gigante había llegado a trabajar en la búsqueda de un mundo mejor.

Otra gran habilidad del hermano Opeka era la albañilería (que aprendió de su padre) y así comenzó a planificar la construcción de viviendas dignas para los nativos. Claro que sólo no iba a poder hacerlo, por ello entre sus primeras tareas estuvieron la de ayudar en diversas tareas como el cultivo del arroz.

Fotograma de documental “Buen amigo – Pedro Opeka” (“Good friend – Pedro Opeka”)

Al principio, con varios curas de la misma congregación construyeron varias pequeñas salas de salud. Por aquel tiempo se enfermó de paludismo y parasitosis.

Con la llegada de los años 90 funda Akamasoa que en idioma nativo significa “Los buenos amigos”. En total construyeron 3.000 casas, 22 barrios y una infraestructura que da cobijo a 29.000 personas.

Fotograma de documental “Buen amigo – Pedro Opeka” (“Good friend – Pedro Opeka”)

También construyeron instalaciones de agua potable, hospitales, parques, plazas, centros culturales y grandes centros de salud.

El padre Pedro dice que “aquí había un lugar de exclusión, sufrimiento, violencia y muerte. Después de treinta años, se ha creado un oasis de esperanza en el que los niños han recuperado su dignidad, los jóvenes han regresado a la escuela, los padres han comenzado a trabajar para preparar un futuro para sus hijos”.

Fotograma de documental “Buen amigo – Pedro Opeka” (“Good friend – Pedro Opeka”)

 Opeka ya tiene 72 años, éste año 2021, cumple 73.

Cuando el Papa Francisco los visitó, descubrió que Opeka había sido su alumno. “Cada rincón de éstos barrios, cada escuela o dispensario son un canto de esperanza que desmiente y silencia el destino”. “Hemos demostrado en Akamasoa que la pobreza no es un destino ineludible, sino que fue creada por la falta de sensibilidad social de los líderes políticos que han olvidado y dado la espalda a las personas que los eligieron”.

Fotograma de video visita del Papa Francisco. Canal oficial Vatican.

Después de tanto tiempo el padre Opeka ha sido llamado de diversas formas “El santo de Madagascar”, “El albañil de Dios” o “La Madre Teresa con pantalones”

Por todo esto muchas instituciones lo impulsan como candidato al Premio Nobel de la Paz.

Opeka también trabajó para mejorar la explotación de una cantera de granito.

En Argentina, el escritor, doctor en economía y licenciado en Administración de empresas Gastón Vigo Gasparotti fundó la sucursal argentina de Akamasoa.

Durante el festival de cine de Brooklyn se estrenó el documental “Opeka” y es una manera más de llevar su inspiración a todas partes del planeta y a las generaciones del futuro.

Se encara ésta gran empresa basada en enseñar a trabajar por un futuro teniendo como herramienta principal la disciplina.

Para concluir comparto éste video para que, sin intermediarios, conozcamos las palabras  de un argentino dedicado full time a trabajar junto a los más necesitados.


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