Entrevista a Fermín Eloy Acosta: «Me gusta trabajar en los límites del lenguaje»
Libros / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)
El escritor olavarriense Fermín Eloy Acosta acaba de ganar con su novela “Las visiones venenosas” la edición 2024 del Premio Hebe Uhart de Novela.
El premio fue otorgado a partir del fallo por unanimidad del jurado, compuesto por María Teresa Andruetto, Hernán Ronsino y Miguel Vitagliano. La novela de Acosta, nacido en 1990, será publicada dentro de la colección Nuevas Narrativas de Ediciones Bonaerenses, el sello editorial de la Provincia de Buenos Aires.
En entrevista con En Línea Noticias, el autor nos cuenta sobre su nueva novela y la marcha de su carrera literaria. A continuación compartimos un extracto de la charla:
Hablamos con vos, Fermín, por última vez en 2019 a propósito de la obtención del premio del Jurado en la Bienal de Arte Joven con la novela “Bajo lluvia, relámpago o trueno”. ¿Cómo siguió tu carrera literaria durante este tiempo?
Lo cierto es que ese libro para mí fue una entrada a la escritura y me trajo muchas alegrías. Un tiempo después arranqué varias versiones de lo que terminó convirtiéndose en este otro libro, Las visiones… Soy lento, escribo lento, corrijo mucho. No podría decir que le dediqué mucho tiempo a otras cosas propias en este plano. Fue un tiempo de mucho esfuerzo para hacer que este proyecto tomara forma. En el medio puedo comentarte que tuve que robarles tiempo a otros trabajos para poder terminar este, es decir, encontrar tiempo para escribir mientras me repartía por varias ocupaciones. En el campo audiovisual, en paralelo, cerré mi primer documental, también un proyecto de largo aliento que recién logré terminar este año y que se llama “Museo de la noche”. Un proyecto que costó mucho. Ahí la escritura entró en suspenso.
¿Qué nos podés adelantar de “Las visiones venenosas”?, novela con la que acabás de ganar el premio Hebe Uhart.
Es un texto que dialoga con el registro de la ciencia ficción o de la ciencia ficción paranoica. Es la voz de una chica en primera persona que ha sido convocada, junto a otras, a una casa, en medio del bosque, en algún lugar de la Argentina y a fines de los años sesenta, por unas fuerzas extrañas, unos seres que en sueños les prometieron llevarlas a otro lugar. Para que eso ocurra ellas tienen que pasar una prueba y es justamente ahí donde se planta la novela, en esa espera donde se crea un clima de paranoia, de sospechas cruzadas, intrigas. Cada noche una de ellas toma la palabra para contar un relato de algo que le sucedió en el pasado y ese relato está también dentro del registro de lo asombroso.
Así intenté trabajar con un juego en el que los personajes van cambiando de posturas o incluso adoptando posturas que van intercambiándose. Hay un intento de salirme de cierto registros naturalistas o coloquiales y avanzar sobre voces que buscan cierta sonoridad, corridas de los registros más convencionales.
La narrativa argentina actual se caracteriza por su gran cantidad de vertientes y por ofrecer una producción variada, heterogénea, variopinta en la que pujan las influencias que nos dejaron grandes escritores de generaciones anteriores. ¿En qué lugar de ese collage narrativo te ubicás o con qué escritores de tu generación te sentís más identificado?
Me gusta pensarme dentro de una literatura que juega en los márgenes, sobre todo en relación al modo en que se construyen las voces de los narradores. Siento admiración por escritoras como Elvira Orphée, Libertad Demitrópulos y me resultan atractivas las voces de Juan José Saer, José Donoso o Carlos Droguett. Novelas como las de Elena Garro me resultan interesantes porque van tensando cierto universo del orden lírico con el trabajo narrativo. También pienso en el trabajo de Felisberto Hernández, João Guimarães, todas voces que fueron tejiendo grandes proyectos narrativos en el límite de la palabra, de la oración, donde la construcción no apunta tanto a un relato cerrado sino más bien a un relato que parce dispersarse en sus límites, más bien poroso. Escritores que parecen plantarse en una vanguardia experimental, pero a veces pensada desde un lugar de retaguardia, ornamentada pero que puede parecer vieja o anacrónica, en ese lugar me gusta pensar mis textos o dialogar con ellos cuando escribo.
En relación a los textos de escritores de mi generación, me gusta pensarme en sintonía con escritores como Manuel Moyano, Pablo Farrés, con ideas como las de Agustina Pérez, Agustín Conde De Boeck, Marina Closs, Hernán Ronsino, Roque Larraquy, Diego Muzzio, Diego Vecchio, Ignacio Bartolone, Carlos Ríos y Sebastián Martínez Daniell.