Inmaculada: llena de gracia
Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
La Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María que celebramos cada 8 de diciembre, es una de las fiestas marianas más grandes y un maravilloso misterio del amor de Dios que crea la más atrayente de las criaturas: ¡María Inmaculada! Decía San Maximiliano Kolbe: “La Santísima Virgen Inmaculada es blanca como la nieve y resplandece como el cristal. Mejor dicho, ¡Ella es incomparablemente pura, es: la Inmaculada!”. El dogma de la Inmaculada Concepción de María, fue proclamado el día 8 de Diciembre de 1854 por el papa Pío IX, donde afirma que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha del pecado, que está revelado por Dios y por lo tanto, debe ser constantemente creído por los fieles.
“Hoy celebramos con alegría las maravillas que Dios hace en “su criatura predilecta”. María es “la mejor alabanza femenina a la correspondencia de la gracia de Dios, es el signo más perfecto de lo que puede hacer el Espíritu Santo en el corazón de una criatura. En María, la bondad de Dios se acercó y se acerca mucho a nosotros. Así, María está ante nosotros como signo de consuelo, de aliento, de esperanza. Arriésguense a creer. Comprométanse con Dios como lo hizo María y así, sus vidas se ensancharán e iluminarán de infinitas sorpresas, porque la bondad infinita de Dios no se agota jamás”. (Benedicto XVI).
«La Virgen de Nazaret es saludada por el ángel de la Anunciación, por encargo de Dios, como «llena de gracia»» (Constitución Lumen gentium, n. 56). Este saludo da a conocer la manifestación del misterioso plan salvífico de Dios con relación a María: “La plenitud de gracia indica la dádiva sobrenatural, de la que se beneficia María porque ha sido elegida y destinada a ser Madre de Cristo» (Encíclica Redemptoris Mater, n. 9), esa gracia, María la recibe como primicia de la Redención (cf. Redemptoris Mater, 10). Cuanto le ha sido concedido no proviene de ningún título de mérito, sino únicamente de la libre y gratuita predilección divina.
¿Cuál es el mensaje que nos revela este misterio? Nos lo recuerda al papa Benedicto XVI: “… esta fiesta nos anima a vivir en plenitud el estado de gracia que nos otorga el Bautismo”. Nos motiva a estar alegres, nos invita a alegrarnos porque, por el Bautismo se nos otorgó la gracia de hijos e hijas de Dios de quien somos sus criaturas predilectas. Que sea la Inmaculada, la Llena de gracia quién “ … nos encienda de entusiasmo por el ideal de santidad, que no es una cuestión de estampitas, sino de vivir cada día lo que nos sucede con humildad y alegría , que nos ayude a hacer de toda nuestra vida un sí a Dios, un sí hecho de adoración a Él y de gestos cotidianos de amor y de servicio a los hermanos”. (Papa Francisco).
(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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