¿Inteligencia artificial o zoncera natural? El dilema de Meta AI


Escribe: Dr. Rodrigo Bionda – Juez. Publicación original diario El Tiempo Azul

Casi imperceptiblemente y bajo un cielo encapotado de datos binarios, el phono sapiens ha sido conminado por los dioses del silicio y el concierto de Sillicon Valley, a portear esa pesada carga que le genera un contexto de humanidad ampliada al igual que un sacrificado Sherpa digital, mientras deambula por un páramo donde se disputan bytes a bytes silenciosas luchas libradas mediante el uso de armas masivas de destrucción matemática, por vigilar y controlar el quinto y único dominio gestado por la humanidad: el Ciberespacio.

La actuación en ese ambiente complejo que resulta de la interacción de personas, software, procesos y servicios prestados por medio de dispositivos y redes conectadas que no posee existencia física sino que es un dominio virtual que alcanza a todos los sistemas Tic’s, vuelve a situarnos ante una nueva paradoja generada por una contradicción sistémica y que hasta aquí hemos tenido que resolver autobiográficamente: Meta AI, el asistente de inteligencia artificial que ha irrumpido en uno de los servicios de mensajería instantánea -WhatsApp- más utilizados del mundo.

La paradoja consiste en que en un espacio social contenido en una dimensión binaria, en la que se ha proclamado la Declaración de Independencia del Ciberespacio para que no quepa ninguna duda que no se aceptará el sometimiento al yugo de ningún sistema de gobierno centralizado y en la que los principios del movimiento CipherPunk de finales de los años 80′, brega por lograr obtener mecanismos de interacción descentralizados que funcionen de modo tal que logren preservar la intimidad y el anonimato recurriendo a diferentes herramientas; una empresa multinacional y de alcances globales, presuntamente pretende brindar al usuario un potente asistente gestado con un ADN de inteligencia artificial generativa que será alimentado y entrenado a partir de la apropiación de los datos sensibles que forman parte del acervo que contiene cada dispositivo móvil, poniendo en crisis la privacidad de los usuarios.

¿Que es Meta AI?

De modo muy sigiloso, el uso de la inteligencia artificial en sus diferentes tipos -esto es, sistemas expertos, redes neuronales, Deep Learning o IA Generativa, por mencionar algunos-, ha penetrado cada vez más en los ecosistemas digitales y ya ha irrumpido en el popular servicio de mensajería instantánea WhatsApp de la mano del asistente Meta AI.

Con el fin de simplificar la comprensión, debe recordarse que se puede caracterizar a la inteligencia artificial como un algoritmo -es decir, un modelo de predicción abstracto- de aprendizaje automático que hace inferencias o predicciones basadas en datos. Estos algoritmos mejoran y evolucionan con la entrada de cantidades crecientes de datos, llamados datos de entrenamiento. De este modo los programadores o diseñadores de estos algoritmos eligen un modelo de aprendizaje automático para utilizar un idioma de programación, las bases de datos de donde se extraerá el alimento para su algoritmo y dejan que el modelo abstracto se entrene a sí mismo para encontrar patrones o efectuar predicciones. Los algoritmos de aprendizaje automático dependen de grandes cantidades de datos, motivo por el cual cuantos más datos sean su alimento, más potente será el modelo.

El asistente de inteligencia artificial generativa Meta AI es un chatbot inteligente diseñado para generar respuestas, ya sean bajo el formato de texto o imágenes, que tomó cuerpo mediante un circulo azul tornasolado que aparece en el ángulo superior derecho del servicio de mensajería instantánea y dentro de la barra de diálogo de los chats sugiriendo “Preguntar a Meta AI”, apto para utilizarse sólo en algunos países, también disponible en las redes sociales de la compañía: Instagram, Messenger y Facebook.

Los programadores de Meta optaron por un sistema de inteligencia artificial generativa, que interactúa mediante un lenguaje específico denominado Llama 3.1 y que se nutre de los datos y la privacidad drenada en cada texto, audio o imagen que cada uno de los usuarios del sistema de mensajería instantánea -WhatsApp- o de las redes sociales -Instagram, Messenger o Facebook- propiedad de la empresa de Mark Zuckerberg, derrama a diario en dichos ecosistemas digitales, para entrenar el modelo de predicción abstracta -algoritmo- que lo motoriza.

En efecto, al seleccionar el círculo azul tornasolado que aparece en el menú principal de la aplicación, se abre el chat donde el usuario podrá encontrar un amplio abanico de respuestas a múltiples preguntas, elaboradas con el material aportado por los millones de usuarios con los que cuenta el sistema de mensajería instantánea -WhatsApp- o las redes sociales -Instagram, Messenger o Facebook- a nivel global.

¿Cómo funciona el asistente de inteligencia artificial generativa?

Al abrir WhatsApp, con sólo presionar el botón azul tornasolado de Meta AI se abre el chat para interactuar con el asistente de Meta, por ahora sólo mediante mensajes de texto. La herramienta ofrece la posibilidad de crear contenido, guiando al usuario en el aprendizaje de un área específica y brindar soluciones rápidas en base a las indicaciones o prompts -es decir, la llave de entrada que se materializa en una frase por la cual el usuario pregunta, propone u ordena a la IA- volcados en el chat.

Este tipo de inteligencia artificial generativa funciona como un modelo abstracto u algoritmo que aprende y realiza predicciones a partir de patrones de datos para que las personas puedan usarlo a fin de crear algo nuevo, tal como texto o imágenes que -vale la pena insistir- estar tomados de los datos personales y de la privacidad drenada cotidianamente por cada uno de sus usuarios.

Antes de iniciar la conversación, ya sea mediante la utilización de comandos predeterminados o el prompteo de preguntas, propuestas u órdenes, se despliegan recomendaciones predeterminadas que recorren los temas más heterogéneos: pautas de entrenamiento, listados de artistas musicales, recomendaciones financieras, espiritualidad, ecología, recetas de cocina, planes de vacaciones y muchas otras temáticas, disponibles al seleccionar la opción.

El modelo de lenguaje utilizado por el chatbot es Llama 3.1, una versión de su modelo fundacional que cuenta con 405.000 millones de parámetros (405B) y capacidades en conocimientos generales, orientación, matemáticas, uso de herramientas y traducción multilingüe; lo que lo transforma en el modelo fundacional de código abierto más grande conocido a la fecha, diseñado para impulsar nuevos flujos de trabajo, como la generación de datos sintéticos y la destilación de modelos y que proporciona al desprevenido usuario respuestas a preguntas, crea textos, ofrecer generación de imágenes, asistencia en conversaciones, traduce textos o busca información, entre otras funcionalidades.

Los dilemas que plantea

El dilema que plante la utilización de un recurso, mecanismo o asistente gratuito es que nada de lo que se ofrezca de ese modo, realmente lo es. Por lo general, todas las funcionalidades sin cargo ofrecidas en ecosistemas digitales las pagamos carísimas: con nuestros datos personales.

Esta herramienta no es la excepción, habida cuenta que el tema más controversial que subyace de fondo es el uso de los datos personales de los usuarios en el entrenamiento de la inteligencia artificial generativa que nutre a este asistente y -lo que es peor- sin su consentimiento expreso.

El principal reparo que se puede formular a la utilización de este recurso, surge de observar que las recientes modificaciones en la política de privacidad de Meta, que entraron en vigor el 26 de junio, permiten a la compañía utilizar años de publicaciones personales, imágenes privadas y datos de seguimiento en línea para entrenar su sistema de inteligencia artificial generativa sin el consentimiento expreso del usuario.

Ello motivó una reacción de algunos militantes de una privacidad que se construye colectivamente y decantó en una denuncia formulada ante la autoridad de aplicación argentina encargada de velar por la protección de los datos y la privacidad de los argentinos.

Los alcances de la denuncia

La reciente denuncia presentada ante la Agencia de Acceso a la Información Pública, exige que Meta Argentina brinde explicaciones sobre sus prácticas de recolección y uso de datos personales para entrenar a la Inteligencia Artificial Generativa de la que se vale su asistente.

El requerimiento incluye información sobre la actualización de la política de privacidad de la plataforma y evidencia del consentimiento expreso prestado los usuarios para utilizar sus datos personales para el entrenamiento del modelo de predicción abstracto.

Por otra parte, se solicita que brinde las explicaciones técnicas sobre los procesos de anonimización de datos y garantías de su irreversibilidad; para cerciores fundamentalmente que no sería posible tomar esos datos y reconstruir la identidad de quien los aportó al usar estas herramientas.

Asimismo se pretende que aclare algunas cuestiones vinculadas a la prevención de la reidentificación de datos anonimizados, que proporcione detalles sobre el manejo de los metadatos y datos sensibles en el proceso de anonimización y sobre las políticas de retención y destrucción de datos.

Finalmente, uno de los objetivos consiste en la formulación de una Evaluación de Análisis de Impacto conforme a las pautas argentinas para la recolección, almacenamiento, tratamiento, disposición y eliminación de datos personales.

Epocalypsis

Con este panorama, tenemos la sensación de que el tránsito por una eventual epocalypsis, depende de una urgente intervención estatal y de una gran conciencia de parte del titular de los datos, para resolver autobiográficamente el dilema que le propone una nueva contradicción sistémica.

Es que la mejor sugerencia que detrás de las líneas enemigas podemos susurrar, consiste en que cada usuario decida no utilizar el asistente de Meta AI, mientras nos refugiamos del fuego enemigo que arrecia con formas de ceros y unos, procurando apropiarse de nuestro mayor tesoro: la intimidad o -en algunos casos- la cándida extimidad de centenials y milenialls.

Por otra parte, anhelamos la urgente intervención de la Agencia de Acceso a la Información, poniendo coto a la utilización de los datos de los usuarios por parte de una empresa multinacional para beneficio propio, monetizando imágenes, textos y audios portadores de las alegrías, emociones, anhelos, frustraciones, encuentros y desencuentros que cotidianamente atraviesan a cada uno de los miembros de esta sociedad transparente por la que deambulamos.

De lo contrario, en una hipérbole típicamente Argentina, pasaremos de ser el pretendido cuarto polo mundial de la Inteligencia Artificial a ser los mayores exponentes globales de la Zoncera Natural y -lo que es peor- en un abrir y cerrar de ojos.

(*) Juez en lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires. Docente de Grado y Posgrado en Universidades y Organismos Nacionales y Extranjeros. Investigador. Autor de obras individuales y coautor en obras colectivas. Miembro admitido por la Asamblea General de Naciones Unidas del Comité Ad Hoc para la elaboración de una Convención Internacional sobre la Lucha contra el Uso de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones con Fines Delictivos de la ONU. Profesor invitado en las universidades Santa Marta La Antigua de Panamá, en la Escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla” de Colombia, en el I.N.S.J.U.P. del Órgano Judicial de Panamá, en el Superior Tribunal de Cali en Colombia, en el Rotary de Guadalajara, México. Especialista convocado por las Comisiones de Derechos y Garantías y de Justicia y de Asuntos Penales del Honorable Senado de la Nación. Gerenciador, tutor y consultor en más de treinta organismos jurisdiccionales. Miembro de Red Internacional de Justicia Abierta.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.