La marcha del #9J y su sentido político, la vacunación y el cierre de listas
Escribe: Sergio Di Pino.

Por: Sergio Di Pino
Sorprendió por su institucionalidad. El banderazo «multisectorial» realizado el 9 de julio en Olavarría estuvo repleto de sellos. Dirigentes de sectores rurales, profesionales y del comercio dejaron de lado el “anonimato” y llamaron a la protesta desde la formalidad y el peso de sus organizaciones.
La manifestación en la plaza central no fue solo un acto de adhesión a una marcha de productores «autoconvocados» como sucedió, a nivel nacional, con las entidades rurales que “se sumaron” a la protesta de San Nicolás. En Olavarría, la estrategia comunicacional fue sin rodeos. Convocaron a la movilización, de forma directa, la Sociedad Rural y la Asociación de Ingenieros Agrónomos; la Cooperativa Agropecuaria e Industrial, el Círculo de Veterinarios, el Centro de Apicultores y la Cámara Empresaria de Olavarría: “Por el comercio, por el campo, por la industria pero fundamentalmente por nuestra patria y nuestro futuro” fue la consigna que los agrupó en el reclamo.
Definida por sus organizadores como una marcha “apolítica” fue básicamente todo lo contrario. No solo porque el sentido de la protesta era pronunciarse contra las medidas económicas y sanitarias del gobierno de Alberto Fernández, sino porque varios de los reclamos coincidieron con la agenda electoral de la oposición.

Lo sucedido en Olavarría, podría emparentarse, en todo caso, con el término “apartidario”. A diferencia de la concentración en San Nicolás, donde se vio a Patricia Bullrich manifestarse a caballo y con poncho, en nuestra ciudad hubo poca presencia de funcionarios o dirigentes políticos (a excepción del radical Franco Cominotto, de militantes del Partido “Nos”, Partido Libertario o del POT). Pero si se analizan los puntos principales de la convocatoria, las pancartas alzadas y los rituales desplegados durante la protesta, la identificación ideológica de los manifestantes con los planteos de la oposición resultan más que evidentes.

Con la “argentinidad” como lema y bandera, cientos de olavarrienses formaron parte de la caravana de automóviles que recorrió las calles céntricas. Otros se movilizaron a pie e hicieron sonar sus cacerolas. Un pequeño grupo marchó a caballo y garantizó esa cuota de simbolismo que requería la fecha patria elegida. La actividad concluyó con la entonación del Himno Nacional, los aplausos cerrados de los manifestantes y el grito final de “Argentina, Argentina”, que dio paso a la desconcentración.
“Fue una respuesta bárbara de la gente. Hay mucho descontento y la gente se quiere manifestar de alguna manera. Esto es multisectorial, no solo del campo. Era una buena manera y buena fecha para manifestarse” resumió el titular de la Sociedad Rural de Olavarría, Sebastián Matrella, una de las caras visibles de la actividad.
Ante la consulta de los medios sobre los reclamos y la proximidad de las elecciones legislativas, el dirigente rural opinó que “hay que votar bien y buscar opciones que nos den mayor previsibilidad. Hay que terminar con esta famosa grieta que tenemos que nos está haciendo un daño tremendo y empezar a trabajar todos por el país” sostuvo.
El férreo posicionamiento de la Sociedad Rural, desentonó con las últimas señales que mostraban un inédito diálogo local con el Frente de Todos. Ese espacio de colaboración, se había gestado a partir de la escalada de los hechos de abigeatos. Los dirigentes políticos olavarrienses mediaron y facilitaron reuniones con funcionarios del área de Seguridad bonaerense y hasta con el ministro Sergio Berni, con el fin de buscar soluciones a la problemática.

“Es coherente lo que hacen. Siguen las instrucciones de la fuerza política a la que defienden” reflexionó un integrante del Frente de Todos, respecto a la convocatoria y movilización de las entidades locales. Además, consideró que el evento no modifica en nada la postura política de su espacio: “el acercamiento se produjo en función de los problemas sectoriales que son abordados con políticas públicas. No hay que poner a disposición las políticas de Estado solo a los que piensan como uno” reflexionó.
La participación de la Cámara Empresaria también fue inesperada. Se trata de una institución que, a diferencia de la Sociedad Rural, no se ha caracterizado por expresar descontento a través de las movilizaciones. A lo sumo, sus opiniones políticas han quedado sentadas con los tradicionales discursos de inauguración de la “Expo Olavarría”. Pero muy rara vez, con una protesta en la calle.
Por otra parte, hubo instituciones productivas que no se sumaron a la convocatoria y que compartieron, un día antes, actividades con las autoridades de la provincia de Buenos Aires. Una de ellas fue la Unión Industrial de Olavarría. La entidad que preside César Longo formó parte de un encuentro junto al gobernador Axel Kicillof y el ministro de Producción, Augusto Costa, en el que se anunciaron medidas de apoyo a la producción, el trabajo y la industria bonaerense. “El principal objetivo es poner a Olavarría, a sus pymes y sectores industriales, en el mapa y en la agenda de la provincia para poder lograr el acceso a las herramientas para el crecimiento y la reactivación de los distintos sectores” destacaron desde la UIO. En el evento también participó, de forma virtual, la agrupación “Comerciantes Unidos de Olavarría”, un grupo que mantiene marcadas diferencias con la conducción de la Cámara Empresaria.

La evaluación de la marcha en Olavarría, tampoco pudo escapar a la grieta que atraviesa y divide a la sociedad. En la calle y las redes sociales, hubo opiniones irreconciliables entre quienes adherían a las consignas de los organizadores en pos de una “Argentina Republicana, Productiva y Libre» y aquellos que catalogaron a la manifestación como “un desfile de oligarcas” que tocaban bocinas en “autos caros y camionetas 4×4”.
Vacunación récord, largas filas y otra polémica

Las largas colas de jóvenes que esperaban para vacunarse en el Centro Cultural Universitario originaron un inesperado debate político. Funcionarios municipales reflotaron sus diferencias acerca de cómo y dónde implementar la campaña de inmunización pese a que, para la mayoría de las personas que hacían la fila, la demora nunca constituyó un problema.
El escándalo de las vacunas pérdidas, ocurrido a comienzos del año, había llevado al gobierno de Ezequiel Galli y a la oposición a moderar públicamente sus diferencias y buscar algún mensaje conciliador, de cara a una sociedad incrédula ante una evidente falta de articulación entre los diferentes niveles del estado.
La foto de la recorrida entre el intendente Ezequiel Galli y el titular de la Región Sanitaria IX, Ramiro Borzi en el Banco de Leche, a mediados de enero, parecía haber zanjado las diferencias pero, en la práctica, la decisión provincial de instalar las postas de vacunación por fuera de los centros de salud de los que dispone el Municipio (a excepción del Servicio Territorial 2) nunca se modificó.

La queja por la no utilización de la infraestructura sanitaria municipal, resurgió en el momento de mayor dinamismo de la campaña de vacunación. Las cifras diarias de olavarrienses inmunizados – en su gran mayoría con primeras dosis- superaron todos los récords.
En ese marco, la Región Sanitaria IX decidió concentrar la logística de la campaña (para los jóvenes sin comorbilidades), en el Centro Cultural Universitario de la UNICEN. Por la sede, ubicada en calle San Martín al 1900, circularon más de mil personas en cada jornada y fue allí donde se produjeron las mayores aglomeraciones.
Ante esa postal, la crítica fue planteada por el subsecretario de Gobierno, Emilio Vitale. El funcionario se refirió a las “tres cuadras de cola para vacunarse en el Centro Cultural Universitario a la vuelta del Banco de Leche” y consideró que “sería importante y un gran gesto que la Provincia habilite los centros vacunatorios municipales que pusimos a disposición con personal calificado”.

¿Fue una opinión personal o un mensaje que el Municipio utilizó para sondear el terreno? La jugada fue contrarrestada con una dura respuesta de Natalia Álvarez, coordinadora de la posta de vacunación del Centro Cultural Universitario. Contra todos los pronósticos, su réplica se alejó de lo técnico y tuvo un fuerte contenido político. De forma directa, acusó al intendente Ezequiel Galli de “mandar a hacer política a sus funcionarios” con “una clara intención política electoral” y le pidió al jefe Comunal que “se acerque a los dispositivos a presenciar la extraordinaria labor que vienen desarrollando todos los trabajadores de las postas y la satisfacción con la que salen cada uno de los vecinos del partido Olavarría al recibir la vacuna”.
En igual sentido, se pronunció el Director de la Región Sanitaria IX, Ramiro Borzi. En declaraciones al programa radial “Desayuno de Noticias”, que conduce Claudia Bilbao, sostuvo que “la gente se quiere vacunar, no le importa esperar. No le importa esperar veinte minutos o media hora. La cola no genera inconvenientes, ni a nosotros ni a la gente. La protesta viene de afuera” advirtió, en referencia a las críticas pronunciadas desde el gobierno municipal.
La cuenta regresiva para el cierre de listas

Quedan menos de dos semanas para que los frentes políticos definan a sus precandidatos, de cara a las Primarias legislativas de septiembre. Parece poco tiempo, pero para la política falta una eternidad y las negociaciones se sostendrán hasta el último día.
En Juntos por el Cambio, el lanzamiento del neurocientífico Facundo Manes fue la señal que necesitaba la UCR para convencerse de que podía discutir “de igual a igual” con el PRO. Además de la organización territorial, los radicales precisaban un candidato de consenso, con suficiente liderazgo y llegada a otros sectores de la sociedad.

El ordenamiento de los radicales, se produjo mientras en el PRO siguen las disputas por la conducción bonaerense. Aunque todas las fichas se centran en Diego Santilli, aún persisten las diferencias con Jorge Macri, quien no se resigna y amaga con impulsar su propia lista. En los últimos días, mantuvo al menos tres reuniones con el Jefe de Gobierno porteño, Horario Rodríguez Larreta. Aunque todos creen que habrá una nómina común, la incógnita pasa por saber cuál será el precio que tendrá que pagar el larretismo para que el presidente del PRO Provincia se baje de la contienda.

Lo que suceda a nivel provincial, reestructurará el escenario en las secciones y los distritos ¿Habrá PASO entre el PRO y la UCR? o ¿Primarias en la provincia y listas de unidad hacia abajo?
En la séptima sección, el intendente Ezequiel Galli encabezó una recorrida por los distritos de Saladillo y 25 de Mayo. Lo hizo acompañado de los diputados provinciales Alex Campbell y Juan Carrara y el Secretario de Gobierno Municipal Hilario Galli, su máxima apuesta como potencial candidato.

“Vamos a hacer un gran esfuerzo para sostener las tres bancas en el Senado” lanzó, a propósito de una elección cada vez más polarizada. Las dificultades del randazzismo para fortalecer su armado seccional (Monzó y el del exintendente Joaquín De la Torre se muestran cerca de la UCR) llevan a pensar en un mano a mano con el Frente de Todos. Sin el impacto de una “tercera vía” que lime varios puntos, el escenario de 2-1 para alguna de las dos fuerzas predominantes parece inevitable.
Pero antes de esa disputa, el gran enigma pasa por saber si habrá una lista de unidad con el radicalismo seccional o si todo decantará en una PASO.
“Ezequiel no te ofrece una alternativa de una mujer” insisten algunos boinas blancas a propósito de las dificultades para acordar el 1-2 de la nómina. El radical Alejandro Cellillo, busca renovar su banca como senador y sabe que ocupar un tercer lugar en la lista significaría entrar en una “zona gris” que lo deja con pocas chances de ingresar a la Legislatura.

Dentro de Juntos por el Cambio, además especulan con que Lilita Carrió quiera sostener su banca seccional y que el peronismo azuleño de Hernán Bertellys, pida la renovación de Lucrecia Egger. Todo ese complejo escenario, anticipa que las discusiones serán intensas hasta las últimas horas. Una interna facilitaría el armado, pero debilitaría sensiblemente al sector derrotado.

A nivel local, el oficialismo incrementó la presencia pública del actual presidente del HCD, Bruno Cenizo, quien finaliza este año su mandato. Algunas versiones no descartan la presencial “nominal” de Germán Caputo, el funcionario de Ezequiel Galli con mejor imagen pública. De todas formas, el propio secretario de Salud señaló al programa “Desayuno de Noticias” que está “enfocado en cuidar a la población y al personal de salud. Son cosas que uno no piensa y no se la pasa por la cabeza (en relación con una posible candidatura). No es mi naturaleza y no me veo” sostuvo.

Por su parte, la UCR Olavarría se aseguró la única representación de la séptima sección en el Comité Provincia y la Convención Provincial, con las designaciones de Francisco González y Franco Cominotto. Pese a la derrota seccional en las internas partidarias, los integrantes de “Evolución Radical” confían en el peso electoral de Olavarría y en el encolumnamiento del espacio, detrás de la figura de Facundo Manes. Estos factores, señalan, les permitirán tener un rol protagónico en las discusiones para los armados locales y seccionales.
“Hace tiempo que el radicalismo de Olavarría viene mostrando un crecimiento sostenido, no sólo en cuanto a construcción política, sino también en la conformación de los equipos técnicos, sumando nuevos actores y apostando a la formación de nuevos liderazgos» explicó Franco Cominotto.

En el Frente de Todos, existe un mayor hermetismo. Las discusiones seccionales concentran las expectativas de La Cámpora, los intendentes peronistas de la Séptima y el massismo, aunque también crece la figura de Alejo Supply, actual subsecretario de Transporte bonaerense. Hombre del riñón kicillofista – por su cercanía con Carlos “Cuto” Moreno- Supply sería una opción que prioriza el gobierno bonaerense.

Durante la semana, referentes locales del Frente Renovador obtuvieron un claro respaldo de Sergio Massa. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación recibió a Eduardo Rodríguez, quien estuvo acompañado por la concejala Inés Creimer y Gastón Sarachu, subdelegado de la CNRT Olavarría. Si bien fue una reunión de gestión, en la que se destacó “el intenso trabajo comunitario y social que viene realizando el Frente Renovador en Olavarría», significó un claro aval político a sus referentes, de cara a las discusiones locales y seccionales que permitan consolidar el rol del massismo en el Frente de Todos.
En lo local, tampoco hay demasiadas certezas. Entre otros, suenan los nombres de Guillermo Santellán y Maximiliano Wesner, para encabezar la nómina en el Concejo Deliberante.

La dirigencia política se apresta a transitar dos semanas de una intensa actividad para cerrar los armados electorales. A nivel social, el tema es irrelevante o hasta genera rechazo. La ciudadanía evidencia signos de cansancio ante los graves efectos de la pandemia que alejan el interés por una elección. El avance de la vacunación, hizo recobrar la esperanza en amplios sectores de la población y podría modificar, en parte, ese clima de desencanto.
Mientras esto sucede, las principales discusiones en el espacio público siguen entrampadas por la grieta ideológica que divide a la sociedad. Esta lógica de pensamiento, lleva a interpretar cada nuevo acontecimiento desde alguna de las posiciones antagónicas. La protesta de los sectores rurales y comerciales, no pudo escapar a esta dinámica. Aunque los organizadores buscaron convencer a la población sobre el origen “apolítico” de la marcha y la intención “superadora de la grieta” que los guiaba, nada de esto pasó. La lectura social del evento, osciló entre quienes reivindicaron la marcha como un gesto de patriotismo y republicanismo y quienes la entendieron como un acto egoísta y especulador de los sectores más privilegiados de la sociedad.
Tan solo este ejemplo, nos enseña que superar la grieta es algo mucho más complejo que denunciar su existencia desde uno de los lugares antagónicos a los que se adhiere. Transformar esa realidad, requiere reflexión, empatía y voluntad de diálogo. Exige gestos que antepongan el bien común a los beneficios sectoriales. Y, sobre todo, demanda un enorme compromiso democrático.
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