La prevención de ciberdelitos comienza en el hogar: guía para padres y madres

Por Lucas Moyano, Fiscal Especialista en Ciberdelitos y Evidencia Digital. Autor de Ciberdelitos como Investigar en Entornos Digital. Edición 1 y 2 Editorial Hammurabi

​Como fiscal especializado en ciberdelitos, mi trabajo diario me enfrenta a la cruda realidad de los peligros que acechan a nuestros jóvenes en el mundo digital. Desde estafas hasta acoso y delitos de gravedad, la red es un espacio complejo. Sin embargo, no podemos quedarnos de brazos cruzados. La prevención empieza en casa, y la mejor herramienta es el diálogo y la educación.

​A continuación, les brindo una pautas o guía orientativa, no como un manual de prohibiciones a nuestros menores , sino como un camino para construir un escudo protector  para acompañar en lavida digital de nuestros hijos.

Pilar Pedagógico: Construyendo un Vínculo de Confianza

​El primer paso no es técnico, sino humano. Antes de hablar de riesgos, debemos asegurarnos de que nuestros hijos confíen en nosotros. Si nos ven como un juez, o alguien que los reproche, no nos contarán sus problemas. Siendo la clave el diálogo abierto.

  • La pregunta clave: No basta con un «¿cómo te fue en la escuela?». Hoy, la pregunta fundamental es: «¿Cómo te fue en internet hoy?». Esto abre la puerta a una conversación sobre lo que vieron, con quién hablaron, qué les llamó la atención o si sufrieron una situación incomoda. Saber que los divierte, que redes sociales utilizan, porque usan esa red social. Teniendo como premisa acompañar sin invadir.
  • Fomentar el pensamiento crítico: En lugar de dar respuestas, hagamos preguntas. «¿Qué pensás de esa noticia?» o «¿Qué harías si alguien te pide información personal?». Esto los entrena a ser escépticos y a tomar decisiones informadas.
  • Ser un modelo a seguir: Los chicos aprenden con el ejemplo. Si nos ven continuamente conectados o con conductas digitales irresponsables, nuestro discurso perderá credibilidad. Nuestra conducta digital responsable es la mejor lección que podemos dar.
  • Validar sus sentimientos: Si nos confiesan que fueron víctimas de algo, nuestra primera reacción debe ser de apoyo. Frases como «no es para tanto» o efectuarle reclamos o reproches solo los cerrarán. Decir «entiendo que te sientas mal» o «gracias por confiar en mí» los hace sentir seguros y valorados.
  • Enfoque positivo: Internet no es solo una amenaza; es una herramienta de aprendizaje, socialización y entretenimiento. Hablemos primero de sus beneficios y luego presentemos la seguridad como el medio para disfrutarlos sin riesgos.

Pilar de Prevención: Conocer los Riesgos

​Ahora sí, una vez que el vínculo está establecido, es momento de abordar los riesgos. El objetivo es que entiendan que el ciberdelito es un delito real, con consecuencias reales, y que ellos pueden ser tanto víctimas como, sin quererlo, partícipes.

  • Identidad y Huella Digital: Explíquenles que todo lo que suben (fotos, comentarios, información) deja una «huella digital» que no se borra fácilmente. Es un registro que puede ser usado por otros. Por eso, es vital pensar antes de compartir.
  • Privacidad vs. Exposición: Ayúdenlos a diferenciar lo privado de lo público. Un ejemplo simple es efectivo: «¿Le darías la llave de tu casa a un extraño? Entonces, ¿por qué le darías tus datos personales a alguien que no conocés?».
  • Phishing y Estafas: Deben ser escépticos. Enséñenles a desconfiar de mensajes que prometen regalos o premios que no pidieron. La regla de oro es: nunca hacer clic en enlaces sospechosos ni dar información personal.
  • Grooming y Sexting: Este es un tema crucial. Si un perfil desconocido les pide fotos o videos íntimos, o les comienza a hablar de temas sexuales, se deben encender todas las alarmas. Dejen claro que se debe evitar el envió de imágenes íntimas, porque una vez que se envían, se pierde el control y pueden ser difundidas sin control o usadas para extorsión o exposición.
  • Ciberbullying: Que entiendan que las ofensas o difamaciones en internet no son un «juego». El ciberbullying tiene consecuencias penales y civiles. Si lo sufren o lo presencian, la acción correcta es bloquear al agresor y contárselo a un adulto de confianza.

Reflexión final: Acompañemos a nuestros hijos en entornos digitales y evitemos que sean «huérfanos digitales»

​Nuestros hijos navegan en un universo digital que nosotros como adultos muchas veces nos encontramos vulnerables. No podemos dejarlos a la deriva, como «huérfanos digitales». Debemos involucrarnos, saber qué los divierte, por qué usan ciertas redes sociales y acompañarlos sin invadir su privacidad. Que sepan que si algo sale mal, nuestro hogar es su refugio seguro, donde no serán juzgados sino contenidos.

​Recordemos siempre: La mejor manera de educar es con el ejemplo.

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