Las computadoras nunca nos ganaron a los humanos

Desde mi adolescencia hemos venido asombrándonos del “triunfo” de las máquinas sobre las personas, pero… ¿es fue tan así?


Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  2:00 minutos    

  Hace unos días estaba viendo una charla en donde un científico argentino contaba cómo es que inteligencia artificial ha ido mejorando más y más desde aquellas famosas partidas de ajedrez donde, de acuerdo a la versión oficial, un programa le ganó a un campeón de ajedrez. El científico también cuenta que bueno, una cosa es un juego de ajedrez y otra un juego aún más complejo, en donde hay más variedad de combinaciones, y, luego de hacer una pausa comenta que efectivamente ya existe una I.A. (inteligencia artificial) capaz de ganarle a un humano y, de hecho, ya le ha ganado a un campeón.

  Visiblemente emocionado, el científico cuenta que no se sabe hasta donde va a llegar el desarrollo de éstas I.A.

  El científico se llama Rodrigo Quian Quiroga, es un neuro-científico argentino y la exposición la pueden ver en el siguiente video.

  Ahora bien, para poder explicar mi punto de vista, me voy a retrotraer a la época en que no existía la fotografía (uno de los grandes desarrollos humanos), supongamos que yo afirmara que una máquina de tomar fotos le ganó a los humanos por su capacidad enorme al momento de realizar un retrato. Por la exactitud al momento de reflejar y “eternizar” una imagen. ¿Podríamos decir que los resultados de una “competencia” así serían válidos?

  Supongamos que se hiciera una “competencia” en donde se le entrega a una persona un trozo de plomo de unos 3 o 4 gramos y se le pide que lo lance con la mayor fuerza posible para ver si puede alcanzar una distancia de 1.500 metros (1 kilómetro y medio), obviamente es imposible que lo pueda hacer. Luego colocamos una bala calibre .22 dentro de la recámara de una carabina y la accionamos. El proyectil de una bala convencional calibre. 22 es de plomo, pesa unos pocos gramos y es potencialmente capaz de llegar a 1.500 metros. ¿Podríamos decir que la máquina le ganó a la fuerza humana?.

  Es difícil que alguien pueda comparar dichos resultados porque claramente son incomparables y lo mismo si organizáramos una carrera entre un auto y un ser humano, etcétera.

  Como se trata de competencias relacionadas directamente con lo físico es como que se puede intuir rápidamente lo falaz de la comparación.

  Pero, sucede que cuando nos vamos al campo de lo mental tenemos la sensación que  es justo comparar el rendimiento de nuestro cerebro con la capacidad de procesar datos de una máquina…

  Quizás podamos hablar de competencia justa entre humanos y “máquinas” cuando creemos una que sea capaz de sobrevivir a todos los traumas que sobrelleva la mente humana, cuando tengamos una I.A. que, además de jugar al ajedrez, pueda llevar adelante procesos biológicos y cognitivos que no están para nada relacionados con el juego pero que, aún así, deben mantenerse en condiciones para mantener con vida al individuo. Además no habría que descuidar al esfuerzo mental que lleva lograr una concentración tal que nos aísle mentalmente de las discusiones, los ruidos y demás sensaciones y pensamientos contra los que se batalla a diario.

  Sólo si algún día se llega a ese nivel de complejidad, podremos decir que hay igualdad de condiciones para efectivamente hacer que una máquina pueda disputar una competencia contra un ser humano.

Abrazo digital.

Arq. Jorge Hugo Figueroa.


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