Los descuidos en campaña y la doble vara con los controles de precios
Escribe: Sergio Di Pino.
Por: Sergio Di Pino
Descuidos y errores no forzados. El ritmo frenético que candidatos y dirigentes políticos tratan de imponerle a la campaña electoral los lleva a no prestar atención a las formas. El éxito, es medido en función de acumular la mayor cantidad de actividades, actos, recorridas y reuniones para influir en la agenda mediática o ganar visibilidad en las redes sociales. En esa vorágine, subestimar detalles puede transformar a algo secundario en una noticia central.
Un buen ejemplo de ello, es la insólita situación ocurrida durante el acto de entrega de viviendas en el barrio UOCRA. El evento, en el que estuvo presente el Administrador del Instituto de la Vivienda, Agustín Simone, ponía fin a un periplo de 16 años de los adjudicatarios que sufrieron en carne propia el fracaso y la burocracia de las distintas administraciones políticas.
El clima era festivo y nadie quiso perderse la foto. Hasta el intendente Ezequiel Galli, que no había sido invitado oficialmente al convite, dijo presente y buscó capitalizar las gestiones realizadas con anterioridad a la llegada al gobierno de Axel Kicillof. “Este barrio lo reactivé yo”, le dijo a En Línea Noticias.
Frente a los vecinos y dispuestos a dar sus discursos, se pararon Agustín Simone, el subsecretario de minería bonaerense, Federico Aguilera, el candidato a concejal del Frente de Todos, Maximiliano Wesner, la diputada nacional y candidata a senadora provincial Liliana Schwindt y la titular del Instituto de Vivienda de los Trabajadores de la Red Social UOCRA, Cristina Nieto.
El primero en tomar la palabra fue Maximiliano Wesner, otra vez en su rol de candidato a concejal por el Frente de Todos. Presentó y agradeció a cada uno de los dirigentes que se encontraban a su alrededor pero no mencionó el nombre de Cristina Nieto. Ese primer detalle, ofuscó a la dirigente de la UOCRA, quien se sintió ninguneada. Su labor permitió motorizar varias de las gestiones para que avanzase la construcción del barrio y consideró que no fue suficientemente reconocida.
Tras su discurso, habló Federico Aguilera. Su inclusión como uno de los oradores nuevamente estuvo más emparentada a su rol como candidato que a su función como subsecretario de Minería. En orden seguían la Liliana Schwindt y Cristina Nieto, pero la organización no tenía previsto que tomaran la palabra y, al parecer, esa la situación no había sido charlada de antemano.
En pleno acto, la titular del IVT se despachó con una serie de críticas a los organizadores y esgrimió cuestiones de género. “Haberle negado la palabra a una diputada – por Liliana Schwindt- me parece un grave error. Por lo menos entendamos los peronistas que tenemos autocrítica y venimos militando hace años y sabemos del respeto hacia las mujeres. Esto es una falta de respeto. Y quiero aclararlo” lanzó ante la mirada atónita de los presentes.
Una breve interrupción, enfureció más a Cristina Nieto “¡A la diputada! No sé por qué no la dejan hablar” agregó. Allí se produjo la escena más tensa y evidenció la falta de “cintura política” que se necesita para timonear una situación inesperada. El sentido común indicaba que había que asumir el error, cederles la palabra a las dos dirigentes presentes y salir del paso con decoro. Pero sucedió todo lo contrario. Se magnificó.
Maximiliano Wesner decidió defender lo pautado. “Liliana es suficientemente grande…” adujo. La contestación, hizo elevar el tono de voz a Cristina Nieto quien advirtió: “cómo verán el machirulismo sigue estando. Tenía razón Cristina” expresó. Su reacción cosechó algunos aplausos y un murmullo generalizado.
Finalmente, le cedieron la palabra a Liliana Schwindt. La diputada nacional, que había quedado en medio de una situación incómoda, intentó salir del paso. “quiero que dejemos de tomar sol y entreguen las casas” concluyó, para darle continuidad al acto.
La ausencia del Intendente en Sierras Bayas y el reclamo de los autoconvocados
El “faltazo” de Ezequiel Galli en el acto por el 142 aniversario de Sierras Bayas, podría pensarse como lo contrario al primer ejemplo. Sin embargo, allí también se subestimaron las formas: la noticia principal pasó a ser la ausencia del Intendente.
Aunque se aduzcan cuestiones de agenda – luego trascendió que estaba de viaje-, la presencia del Jefe Comunal debió ser una prioridad. Hubiese evitado especulaciones. No solo porque venía de participar en festejos similares en Colonia San Miguel o en Espigas, sino porque hubiese significado un gesto de apertura y buena voluntad para la escucha de los reclamos realizados por algunos vecinos.
En la previa al acto protocolar, familias autoconvocadas que demandan al Municipio el avance del expediente para la construcción de viviendas en el barrio ETA, dieron a conocer una irónica carta en la que “dispensaron” al Intendente de tener que desmentir sus dichos y pronosticaron que los saludos del mandatario local no pasarían más allá de las redes sociales. Presagiaban que el mandatario local no llegaría a la cita.
“Sierrabayanses, en este día no hay lugar para quejas. Solo para agradecimientos” expresaron, como preámbulo a la enumeración de una catarata de quejas; problemas de acceso a la salud, pavimentación, red cloacal, transporte y la vivienda, fueron algunos de los reproches planteados.
Al acto protocolar por el cumpleaños de Sierras Bayas, asistieron funcionarios del gabinete, encabezados por el secretario de Gobierno, Hilario Galli y algunos candidatos. En la previa, decenas de sierrabayenses los interpelaron y les pidieron explicaciones.
Pese al cansancio que provoca en los vecinos ver como se pasan la pelota entre Municipio y provincia, al menos hubo conformidad ante la posibilidad de encontrar una instancia de diálogo. Se trata de gestos y los gestos no pueden quedar forzados por las circunstancias. Cualquier persona que ostente un cargo público, tiene la obligación de responder y dar soluciones a sus ciudadanos. Especular sobre sus pertenencias políticas es inoportuno e innecesario.
Controles de precios y la doble vara de Juntos
Al igual que la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que en el 2018 quería mostrar los nombres de los empresarios que especulaban con los valores de las mercaderías y hoy considera que controlar precios es «un enfoque equivocado», el intendente Ezequiel Galli cambió de postura.
A coro con otros intendentes del PRO, se expresó en redes sociales – desde Mendoza- y rechazó el llamado de Axel Kicillof para sumarse a monitorear el cumplimento de los precios congelados por el Gobierno. Hace un año, había tomado una actitud distinta al sacar a sus funcionarios y concejales a recorrer los comercios.
“Es una receta vetusta e impracticable. Ya fracasó en otra época. Además de ser unilateral, por lo que va a llevar a la Argentina a sufrir desabastecimiento en el corto plazo” advirtió en un hilo de Twitter.
Tiempo atrás, Ezequiel Galli señalaba todo lo contrario: “En estos momentos tan complejos vamos a estar supervisando que se respeten los precios máximos estipulados” decía. Una de sus actuales candidatas, la concejala María José González, destacaba en sus redes la “buena recepción” de los encargados de los comercios en Sierra Chica. “Los precios que estaban por encima fueron corregidos en el acto” decía y llamaba a proteger los derechos de los ciudadanos. ¿Funcionaba la medida en ese momento o el contexto político era otro?
Su cambio de posición, provocó críticas de dirigentes opositores que le enrostraron capturas de imágenes de los funcionarios mirando los precios, allá por marzo del 2020. “Cuando les conviene a ellos sí. Cuando lo propone el Gobierno para cuidar el bolsillo de la gente, no. El doble discurso de siempre” lanzó Liliana Schwindt.
El propio Ezequiel Galli salió a atajar algunas de las críticas y ensayó una explicación: “Son recetas que ya se implementaron y que sabemos que no funcionan” justificó a uno de los usuarios que le recordó su contradicción.
Desde el entorno del intendente, se mencionaron una resolución por parte de la Provincia que obligaba a cada uno de los gobiernos municipales a efectuar los controles y las dificultades en la práctica como la escasez de los productos de los listados en las góndolas.
Más allá de las explicaciones y las “chicanas”, está claro que cambió el contexto. La cuestión de los precios se transformó en uno de los ejes de la discusión electoral. El gobierno de Alberto Fernández trazó como eje discursivo a la “recuperación” de la economía a partir de la mejora de los indicadores sanitarios en su búsqueda por revertir el resultado electoral de las Primarias. Y la oposición, observó en la inflación un talón de Aquiles para desmoronar ese planteo axiomático.
Sumar un argumento económico al debate resulta clave para Juntos. Los lugares de indignación moral, que tan hábilmente explotan para interpelar a los sectores medios, necesitan ser complementados desde la materialidad: les hace falta atacar por la cuestión del bolsillo.
En ese marco, cualquier interpretación que no considere esa dimensión de análisis sería ingenua. Como tantas veces, la elección local estará nacionalizada y en esa lucha, poco importa si alguien resiste o no a su propio archivo.
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