Los santos y nosotros
Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
Cada 1º de noviembre se celebra la Solemnidad de todos los santos, al mismo tiempo, la 26º Jornada de Oración por la santificación del Pueblo argentino y la glorificación de sus Siervos.
Recordemos juntos quienes son los santos , lo hacemos con un episodio vivido por la Madre Teresa de Calcuta… En una rueda de prensa en la BBC –la televisión Inglesa-, sobre la vida de la Madre Teresa, (un reportaje con conexión con muchos medios de comunicación); en un momento determinado un periodista –quizá con una intención de llamar la atención, o incluso pretendiendo poner en aprieto a la Madre Teresa-, le dirigió la siguiente pregunta: «Madre Teresa, dicen que usted es una santa viviente. ¿Usted qué opina de eso…?”. La Madre Teresa respondió: «La santidad no es el privilegio de unos pocos, la santidad es la vocación común de todos los cristianos; de usted como periodista, y la mía como religiosa. Y si no somos santos nuestra vida está frustrada. A la santidad estamos llamados todos los bautizados: nuestra vocación es la santidad”.
Nuestro Padre Dios, nos eligió desde antes de la creación del mundo “para ser santos e inmaculados en su presencia, por el amor” (Ef. 1,4). Él envió a su Hijo Único por nuestra salvación y redención, se hizo Camino para que lo transitemos, Verdad para creerle y anunciarlo, y Vida para gozar del amor de Dios en nosotros y darlo a los demás. Este es el itinerario de la santidad: seguir a Jesús, pues aunque el camino sea arduo y esté repleto de contrariedades, nos basta su gracia para animarnos con confianza y alegría a seguir tras sus huellas que nos llevan a la verdadera felicidad. El camino de santidad es único y personal, según la vocación con la que fuimos creados, los dones que Dios nos ha dado y la gracia particular de cada día, pero lo común a todos, es el llamado a buscar siempre la caridad en todo lo que hacemos, emprendemos y vivimos… sin la caridad, nuestras acciones, obras, pensamientos, por más buenos que parezcan no darán frutos.
“La fiesta de «Todos los Santos» es una bocanada de esperanza en medio de nuestras miserias y pecados; a pesar de nuestras debilidades la victoria es de nuestro Dios y de Jesucristo, que se ha entregado por nosotros y ha vencido a la muerte para que nosotros seamos santos”. (Demetrio Fernández, obispo español).
(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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