Nuestra Señora de Fátima
Por: Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

El Papa Pío XII consagró la humanidad al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María en 1942. El mismo Pontífice concedió el decreto de coronación canónica a la estatua de Nuestra Señora de Fátima el 25 de abril de 1946 mediante la bula Celeberrima Solemnia y posteriormente elevó su santuario a la categoría de Basílica en 1954.
El primer Sucesor de Pedro en peregrinar a Fátima fue San Pablo VI, y lo hizo el 13 de mayo de 1967 con ocasión del 50° aniversario de la primera aparición en Cova da Iría. “Queremos pedir a María una Iglesia viva, una Iglesia verdadera, una Iglesia unida, una Iglesia santa”.
El segundo en visitar Fátima fue San Juan Pablo II el 13 de mayo de 1982, en acción de gracias por haber sido salvado por la mano materna de María en el atentado. También viajó a Fátima con ocasión del Jubileo del año 2000 para beatificar a los videntes Francisco y Jacinta Marto. “El mensaje de Fátima es una llamada a la conversión, alertando a la humanidad para que no siga el juego del ‘dragón’… La meta última del hombre es el Cielo, su verdadera casa, donde el Padre celestial, con su amor misericordioso, espera a todos”.
Benedicto XVI también peregrinó al Santuario de Fátima, al conmemorarse los 10 años de la beatificación de los pastorcitos, el 13 de mayo de 2010 celebró una multitudinaria Misa, en la que dijo: “Nuestra Madre bendita ha venido desde el Cielo ofreciendo la posibilidad de sembrar en el corazón de todos los que se acogen a ella el Amor de Dios que arde en el suyo. Al principio fueron sólo tres, pero el ejemplo de sus vidas se ha difundido y multiplicado en numerosos grupos por toda la faz de la tierra”.
En 2017, el Papa Francisco peregrinó a Fátima y presidió la canonización de los hermanos Francisco y Jacinta Marto. “Fátima es sobre todo este manto de Luz que nos cubre, tanto aquí como en cualquier otra parte de la tierra, cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen Madre para pedirle, como enseña la Salve Regina, ‘muéstranos a Jesús’”. Y en el 2023 vuelve y se encuentra con más de 200.000 peregrinos. “Las peregrinaciones a Fátima son “marianas” porque la primera en hacer una peregrinación después de la anunciación de Jesús, fue María: “Apenas se enteró que su prima estaba embarazada, era muy mayor la prima, salió corriendo. Con ese afán de ayudar, de estar presente. Cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda, viene, se apura, “Nuestra Señora apurada”. “Recordemos esto – dijo el Papa – María aquí en Fátima se hizo presente de una manera especial, para que la incredulidad de tantos corazones se abriera a Jesús. Miremos la imagen de María y pensemos: “¿qué me dice María como Madre? “Nos señala a Jesús, a veces nos señala también alguna cosita que en nuestro corazón no funciona bien, pero siempre señala”. Hagamos “un pequeño instante de silencio” y que cada uno en su corazón diga: “Madre ¿qué me estás señalando a mí? ¿Qué hay en mi vida que te preocupa? ¿Qué hay en mi vida que te conmueve? ¿qué hay en mi vida que te interesa?” y allí “nos señala el corazón para que Jesús venga, y así como a nosotros nos señala a Jesús, a Jesús le señala el corazón de cada uno de nosotros”.