Panorama político bonaerense: Cristina y Axel, en tiempo de descuento

Por Andrés Lavaselli
La pelea entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner se aceleró notablemente en las últimas horas: “traición”, “intento de golpe institucional”, las acusaciones que se cruzan de un sector a otro dan cuenta de un estado de virtual quiebre político en el oficialismo provincial. Ese es el marco dramático en el que se activó un último intento de lograr un entendimiento que permita una estrategia electoral unificada, pero que arranca con un condicionante de hierro: el tiempo. Si en 48 horas no hay al menos un principio de acuerdo, el gobernador firmará el decreto de desdoblamiento de las elecciones, que se fijarán para el 14 de septiembre. Y si eso ocurre, la disputa sobre quién manda en el peronismo se trasladará casi seguramente a las urnas.
“Nosotros estamos dispuestos a negociar”: la frase es repetida tanto en la gobernación como el Instituto Patria. Y, de hecho, en las últimas horas se activó nuevamente la “mesa de los seis”, que integran dos delegados por Kicillof, Cristina y Sergio Massa, para tratar de transformarla en realidad. Son los mismos actores que fracasaron en un primer intento, hace apenas diez días. El problema es que los márgenes de éxito son aún más exiguos que entonces. El punto de no retorno podría ser la sesión de Diputados convocada para el martes: si allí se aprueba el proyecto de ley que impulsan camporistas y massistas para establecer elecciones concurrentes, Kicillof se sentirá liberado de la responsabilidad de una ruptura y desdoblará por decreto.
La crónica, publica y secreta, de las horas previas a ese encuentro parece justificar el escepticismo de la mayoría de los negociadores, por varios motivos. 1) En el entorno de Kicillof consideran “un intento de golpe institucional” que kirchneristas y massistas hayan negociado -y recibido- apoyo opositor para habilitar el tratamiento del proyecto de elecciones unificadas con una mayoría simple, por lo que podrán aprobarlo con 46 votos. 2) En gobernación creen que la clave final para un deshielo es que Cristina llame a Axel, lo que parece una utopía si se tiene en cuenta que él la contactó a ella hace unos días y recibió la instrucción de hablar con su hijo Máximo. Un interlocutor de alto nivel que le mencionó al gobernador a la expresidenta hace unas horas, escuchó solo una alusión ofuscada.
Parte importante de la dificultad, además, está relacionada con razones de fondo que van más allá de la táctica electoral. En el cristinismo aseguran que la expresidenta no le perdona al gobernador la falta de apoyo para presidir el PJ en un contexto en el que, dado lo que ocurre con la Corte, siente que puede ir presa. En el kicillofismo creen que es una excusa cínica: “lo que no quiere es el Axel deje de ser bonsai”, dicen en alusión a lo que juzgan una negativa a permitir su crecimiento político autónomo. Rumian dos datos: 1) Ningún gobernador del PJ se pronunció por CFK, pero ella solo se lo reprocha a Axel. 2) En 2023, con una condena en primera instancia, decía estar proscripta y hoy, con una en segunda instancia, dice que será candidata.
Sergio Massa reunió a la dirigencia de su espacio en San Fernando y pidió dejar de lado “vanidades, egos y caprichos” y “contribuir a que haya unidad” porque el electorado propio no perdonará una división que favorezca un triunfo de Milei en la Provincia. El momento “amerita que no haya vanidades, egos, ni caprichos”, dijo. Pero tanto él como Kicillof podrían estar apenas intentando no aparecer como los responsables finales de la ruptura. De ahí también que Kicillof haya evitado anunciar el desdoblamiento en el acto que encabezó el jueves en el Teatro Argentino. Esa omisión, además, contribuyó a abrir la rendija para el último intento de acercar posiciones.
Pero el tiempo se agota. “Tenemos que lanzar licitaciones, poner en marcha el proceso electoral, no podemos estirar más esta discusión”, advierten en el entorno del Gobernador. La posibilidad de una fractura es concreta. Lo que asoma en el horizonte es la posibilidad de una disputa con listas separadas, que podría ser en una PASO -si finalmente la primaria no se suspende- o en una elección general, el formato aún es difuso. “Nos parece una locura que haya dos listas, pero si quieren que haya dos frentes, será inevitable”, dicen en Gobernación.
En ese escenario, la disputa interna para dirimir el poder en el peronismo relegaría la pelea contra La Libertad Avanza al menos hasta octubre, cuando se realice la elección de diputados nacionales. Los aprestos ya se activaron. Quienes vieron a Cristina en las últimas horas aseguran que está decidida a presentarse como candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral, una jugada muy llamativa para alguien que fue dos veces presidenta, que apunta a quitarle respaldo de los intendentes a una lista de Kicillof en el distrito más populoso de la provincia, además de acaparar la atención de la campaña.
En La Plata creen que es un aprete para que el gobernador no desdoble, y dicen que en todo caso revela que le importa más derrotar a Kicillof que a Milei. Pero no temen al desafío: aseguran que podría haber sorpresas: “hay muchos intendentes que están cansados de los aprietas, quieren el desdoblamiento para que nos les impongan más las listas sin consultarlos y están dispuestos a asumir personalmente el desafío electoral, incluso encabezando las boletas municipales”, aseguran. (DIB)