Por la luz que nos alumbra

La importancia de la luz natural en los lugares que habitamos.

Tiempo de lectura estimado:  5 :11 minutos

Audio nota: https://soundcloud.com/jorge-hugo-figueroa/por-la-luz-que-nos-alumbra

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

  Luego de la nota sobre los “Home Office” (te recomiendo verla u oírla clickeando en éste link Home Oficce ) me escribieron varios lectores interesados en como mejorar las condiciones de iluminación natural en sus casas.

  Antes que nada voy a explicar mejor los gráficos en donde se puede verificar que el rango de luz visible en el cuadro de luz natural es increíblemente amplio respecto de los demás tipos de luz. Eso quiere decir que nuestros ojos son totalmente compatibles con la luz proveniente del Sol. Por el contrario, los espectros de luz artificial tienen un rendimiento mucho menor o alto, pero sólo en un solo área del espectro.

Fuente: Alexander Dickens.

Literalmente nuestros ojos reciben una mayor variedad y cantidad de luz cuando tienen por fuente de dicha luz, al Sol.

  Antiguamente las mesas, los escritorios y todo lugar que fuera a ser destinado a la lectura o trabajo minucioso se ubicaban cerca de las ventanas. Llegado el caso, se controlaba el ingreso de los rayos solares por medio de toldos, parras, enredaderas o “parasoles”. En el caso que se necesitara más espacio para ubicar más lugares a ser iluminados, se resolvía haciendo enormes ventanales y/o utilizando grandes claraboyas (en las cuales se aprovechaba, a veces, para colocar preciosas imágenes hechas en “vitroux” .

  A continuación veremos algunos ejemplos de cómo eran dispuestos los espacios interiores cuando no existía la luz eléctrica (y quizás podamos repensar en nuestros propios lugares de ocio y trabajo, en un punto mixto entre la energía eléctrica y la energía solar).

Fuente: «Old Baltimore and Its Merchants,» Harper’s New Monthly Magazine, Nov. 1880. (www.officemuseum.com)

  En la imagen anterior observamos el papel preponderante de las ventanas.

Fuente: Illustrated London News, June 29, 1844. (www.officemuseum.com)

Aquí  observamos que, al haber una sola gran ventana, la falta de luz se la suple con una gran claraboya en el cielorraso.

Fuente: Jacob Abbot, The Harper Establishment, or, How the Story Books are Made, Harper & Brothers, New York, NY, 1855.  Courtesy of Pat Pflieger. (www.officemuseum.com)

Cuánto más grandes los espacios, tanto más grandes los ventanales. También se pueden observar las cortinas para controlar la iluminación (para controlar el calor, generalmente, se ubicaban en el exterior los ya mencionados toldos).

Fuente: Illustrated London News, Dec. 1855. (www.officemuseum.com)

Nuevamente podemos notar las dimensiones de los ventanales y de las claraboyas.

Fuente: Western Union Telegraph Co. (www.officemuseum.com)

  Por último, vemos un escritorio típicamente ubicado para aprovechar la luz natural.

  Además de la clásica claraboya contamos con variadas formas de llevar la luz solar al interior de nuestras construcciones. Una de las más económicas se llama “lámpara moser” . Se realiza tomando una botella plástica vacía, se la llena con agua y cloro o lavandina, se la tapa y realizando una perforación en el techo procedemos a colocarla considerando sellar perfectamente las unión en todo su perímetro. A continuación pueden ver el procedimiento.

Fuente: Canal Youtube En Órbita.

Fuente: Canal Youtube En Órbita.

  La capacitación en éstos sistemas, entre otros,  los está llevando adelante una organización internacional llamada “Un litro de luz.

  Para iluminar zonas más complejas existen empresas que fabrican éste tipo de equipos que funcionan llevando los rayos solares por dentro de tubos espejados como se puede ver a continuación.

Fuente: reformacoruna.com

Voy a mencionar algunos ejemplos más de formas de aprovechar la iluminación natural:

  La inventora Diva Tommei y su producto llamada Lucy, capaz de seguir la trayectoria del Sol para reflejar los rayos y llevarlos a la ventana que se desee.

Fuente: Diva Tommei

  Y yendo a una escala gigantesca podemos ver el caso de un pueblo llamado Rjukan, en Noruega. Resulta que éste pueblo está en fondo de un valle, donde casi no llegan el Sol directo y por ello es que tomaron la decisión (para algunos imposible) de colocar espejos gigantes que brinden la saludable luz de Febo.

Fuente: edukavital.blogspot.com
Fuente: edukavital.blogspot.com

    A veces pienso que hay tanta oscuridad en nuestra vida tan iluminada y tanta desconexión en ésta vida tan desconectada que nos olvidamos de algo tan sencillo como ver como otros resolvieron y resuelven los problemas que, al final, también son los nuestros. Y no se trata de copiar sino de “re – crear” como decía mi madre que dijo Foucault (aunque nunca lo pude comprobar).

Arq. Jorge Hugo Figueroa.

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