Relatos para En Línea: Los versos en el espejo
Desde Ediciones Independientes delaltillo Guillermo Del Zotto nos trae ejemplos de la poesía que se mira el ombligo. La metapoesía: ¿el poema se explica a sí mismo?
A veces la misma poesía es la que toma al poeta para decirse. Descendiente de las estructuras griegas clásicas, “arte poética” sigue siendo el título con el que aún aparecen poemas en los que su autor busca que ese poema se explique y justifique al mismo tiempo.
Se podría aprobar a Vicente Huidobro como uno de los hacedores de arte poética más certeros:
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
El metapoeta por excelencia de nuestro país fue Alberto Girri. Es tentador decir que toda su obra es arte poética. Sin embargo, hasta él tiene el correspondiente poema con ese título. Y en una especie de meta-metapoema, concluye cada frase con un verso revelador sobre este quehacer. Dice Girri que cuando se construye un “arte poética” queda:
la ambigüedad a expensas de la convención
la materia a expensas del lenguaje
la imaginería a expensas de tormentos.
Borges, el gran invasor de mesas de luz, sea cual fuere el tema, también ha establecido lo suyo:
El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de uno mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Si bien para Nicanor Parra el interrogatorio a la poesía no escapa a su mirada irónica,
1% de inspiración
2 de traspiración
& el resto suerte
para Juan Gelman esa indagación lleva a descubrir una fatalidad:
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
Pablo Neruda, acaso uno de los amantes más constantes de la poesía, utiliza su “arte poética” para autorretratarse como:
un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores.
Y luego:
de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos.
La polaca ganadora del Nobel, Wislawa Szimborska, sabía responderse, preguntando:
La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.
Y la gran poeta rusa Anna Ajmátova inmortalizo en una cuarteta:
No repitas –tu alma es rica-,
Lo que ya se dijo antes
Puede ser que la poesía misma
Sea la única cita admirable.
Quizás sea especial la intervención de Roque Dalton, quien sale disparado de culpa luego de penetrar en los versos para decir:
Poesía: perdóname por haberte ayudado a comprender
que no estás hecha sólo de palabras.
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