Resistir desde la mentira

Libros / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

¿Quiénes son estos vanidosos personajes que se juntan todos los años en la Rural de Palermo a jactarse de su sabiduría?, podría preguntarse un distraído transeúnte que pasara por Santa Fe y Sarmiento uno de estos días.
Como todos los años, cuando el otoño amaga con abandonarnos a la amenaza de ese invierno que espera a la vuelta de la esquina, se realiza en esta fecha, en Buenos Aires, una de las muestras literarias más importantes del mundo. Una feria que lentamente fue convirtiéndose en símbolo de resistencia cultural, una forma de expresión que pretende sostener estoicamente ese objeto cada vez más distante, más desacostumbrado, menos presente en nuestras vidas: el libro.
Este año, la feria, a través de sus disertantes y sus invitados, ha asumido deliberadamente el rol de barricada contra el avance de un modelo económico que, si bien fue elegido por el voto popular, nos arrastra día a día a niveles de pobreza cada vez más preocupantes.
Diamela Eltit, escritora chilena presente en la feria, viene a alertarnos justamente sobre las consecuencias negativas que sobre la vida de las personas presenta el neoliberalismo, sistema económico que rige en su país desde hace varias décadas. Sin embargo, “El arte es tremendamente resistente…”, aclara la autora de Falla humana, “…sabemos que no hay régimen que no tenga una fisura por la cual se cuele”. Tal vez esa capacidad de colarse para resistir sea lo que temen personajes como la diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, quien afirmó muy suelta de cuerpo que la Feria del Libro es un “evento rehén del Marxismo Cultural”.
En el discurso de apertura de esta feria, la escritora argentina Liliana Heker se preguntaba “¿tiene sentido celebrar esta nueva emisión de la Feria del Libro en un país en el que día a día crecen la pobreza y la indigencia, hay millares de despidos sin fundamento, la salud y la educación pública están en emergencia, la obra pública fue cancelada, nuestras universidades son desfinanciadas al punto de correr el riesgo de cerrar sus puertas, la investigación científica y tecnológica y el ejercicio de la ciencia y la tecnología están siendo devastados, toda institución o medio que favorece el desarrollo y la difusión de la cultura ha sido desvirtuado o borrado, se entregan nuestras riquezas naturales y el Estado parece ausente aun en caso de epidemia?”
¿Cómo resistir a las mentiras de un presidente que promete bienestar para los argentinos dentro de treinta y cinco años con más mentiras? Porque en definitiva los escritores mienten, inventan historias, intentan hacernos creer cosas que nunca sucedieron, nos cuentan como si fueran verdades hechos que sólo existieron en sus imaginaciones de trasnochados.
Aunque la diferencia es obvia, claro. Cuando alguien lee una novela sabe que va a leer una ficción. Y no sólo eso sino que, además, sabe que esa ficción, esa mentira, se construyó con el fin de buscar alguna que otra verdad, porque de eso se trata el arte, no de encontrar verdades sino de buscarlas, de perseguirlas. Mientras que lo otro es una mentira flagrante e inconsistente que fue concebida de manera infame para ganar votos, porque, como dice Heker, ¿dónde está el estudio que estimó que el tiempo que debemos esperar los argentinos para estar bien, es de treinta y cinco años? Sospechoso, ¿no? Sería como decir que vamos a estar bien el año verde.
Hoy más que nunca la resistencia debe ser cultural, y empezar en el libro.

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