Segunda parte: Nunca olvides estos consejos

Segunda entrega de consejos que recopilé a lo largo de los años y otros varios que me han enviado algunos lectores.

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  1:30 minutos    

  Luego de la publicación del domingo anterior varios lectores me enviaron algunos consejos con su debida explicación y me gustaría compartirlos con ustedes.

  “Si vas a tomar algo a un bar o boliche, asegurate de ver que abran la botella delante tuyo”.

  Mi prima, Lorena Nicolino, me recuerda éste importante consejo. Lamentablemente ocurren hechos en donde, sobre todo las mujeres, son víctimas de éstas estrategias delincuenciales para lograr drogarlas y someterlas a hechos aberrantes. Justamente estaba recordando que en el caso del asesino Dahmer, él usaba éste método para quitarles la vida a sus víctimas.

 “Vaca que cambia de querencia, se atrasa en la parición”.

  Del libro del Martín Fierro, Gustavo nos recuerda que cambiar de lugar hace que se tarde más en lograr las metas. El hecho de alejarse de los ámbitos conocidos, de los amigos y familiares puede afectar negativamente al momento de emprender un negocio, por ejemplo. Posiblemente por cuestiones de la falta de confianza hacia los extraños o forasteros.

“No hay que poner todos los huevos en la misma canasta”.

  Claramente se refiere a diversificar las inversiones para que en caso que alguna de las propuestas no funcione, la pérdida económica sea menor.

“Procura siempre pagar los trabajos prolongados, proporcionalmente según se vayan realizando o “por avance de obra””.

  Esto es sumamente importante en trabajos como los de albañilería, pintura de propiedades, etcétera; porque, salvo que se trate de alguien de extrema confianza, una vez que se haya abonado más que lo que se haya trabajado podría ocurrir que dicho trabajador por una razón u otra decida retirarse o no venir más y así dejarnos con un trabajo incompleto, con errores y además sin nuestro dinero. 

“Cuando vayas a hacer un viaje largo, no comas por demás, mantenete hidratado y maneja a una velocidad cómoda”.

  Comer en demasía nos produce sueño, sobre todo después del mediodía y ésto, combinado con estar deshidratado y una velocidad alta, puede hacer que terminemos en un accidente. Detenerse cada cierta cantidad de tiempo a estirar las piernas y hasta beber un café puede hacer que podamos ir más relajados en la gran responsabilidad que implica el conducir un vehículo que involucra no sólo la vida nuestra, sino las de nuestros pasajeros y otras personas con las cuales nos pudiéramos topar en el camino.

  “El viaje forma parte de las vacaciones”.

  Nunca olvides que el viaje forma parte de ese tiempo hermoso en el que podemos dedicarnos a ampliar los lazos con las personas que nos rodean. Aprender a disfrutar lo que nos tome llegar al punto de veraneo es algo que calma la ansiedad y, créanme, viajando con una casa rodante a cuestas, con una velocidad crucero de 85 km/h he pasado de la intriga por ver como iba a soportar ese viaje a darme cuenta que en realidad se llega muchísimo más relajado. No estás preocupado por “ese camión que va a dos por la ruta” o “¿vendrá alguien de frente justo cuando me tire a pasar a alguno?” y así decenas de ejemplos que ya se deben estar imaginando. Cuando te acostumbras a ir a una velocidad (por el carril indicado) en la cual todos te pasan, tu nivel de ansiedad baja y personalmente lo pude comprobar.

“No confudas lo urgente con lo importante”.

  Pasar tiempo con la gente que amas debería ser una condición prioritaria. Poner un alto en el trabajo, poder decirnos “hoy me voy a ir a jugar con mis hijos”o con quien sea, es una de las cosas más hermosas que no puede pasar o que podemos hacer que pasen. Porque, si bien “somos inmortales hasta los 20 o 30 años” luego empezamos a sospechar que quizás no lo seamos y a eso de los 40 o 50, uno alcanza la certeza de no serlo. No somos inmortales, no queremos envejecer pero tampoco queremos morirnos y así de complicados parece que somos la mayoría de los humanos. Esa fantasía de la inmortalidad se nos diluye delante de un espejo, en los 15 minutos de tintura, en las cataplasmas de pepino y en las cremas que alguien desde una pantalla nos asegura que nos darán la juventud eterna.

  Luego de éste último consejo me acordé de un hermoso cuento que una vez escuché y me gustaría compartirlo:

Esperando que les haya gustado les envío un abrazo digital.

Arq. Jorge Hugo Figueroa.

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