Tres canciones y una película para reflexionar sobre nuestro pasado y presente.

Obras del arte audiovisual actuales que, a mi gusto, mejor cuentan hechos reales.

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  3:00 minutos

     Tras algunos meses de cuarentena, con miles muertos y ninguna vacuna, la canta autora española, Lucía Gil, escribe y canta la canción que se me hace más hermosa sobre el 2020. Tanto es así que dicho tema se viralizó y se lo ha podido usar para musicalizar cientos de videos caseros filmados, sobre todo, en centros de salud para recordar los esfuerzos ciclópeos que se hicieron, a veces con muy pocos insumos (en algunos casos se debieron confeccionar delantales con bolsas de consorcio y así una serie de improvisaciones).

  Volveremos a Brindar

  Días tristes, nos cuesta estar muy solos

Buscamos mil maneras de vencer la estupidez

Meses grises, es tiempo de escondernos

Tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez

Pero son las ocho y has salido a aplaudir a tu ventana

Me dan ganas de llorar

Al vernos desde lejos tan unidos, empujando al mismo sitio

Solo queda un poco más

Volveremos a juntarnos, volveremos a brindar

Un café queda pendiente en nuestro bar

Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo

Ya no habrá una pantalla entre los dos

Y después de pasar la cuarentena

Habremos hecho un puente que unirá

Mi puerta al empezar la primavera

Y la tuya, que el verano me traerá.

Volveremos a juntarnos, volveremos a brindar

Un café queda pendiente en nuestro bar

Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo

Ya no habrá una pantalla entre los dos.

El siguiente es el video original del tema de Lucía Gil

  Con la muerte de Maradona aparecieron varias canciones que le cantan a un ídolo futbolístico indiscutible. La gran mayoría de ellas las conocía y son muy bellas, por cierto, sin embargo encontré una que no es tan conocida y que por las características literarias que posee, por lo bien que cuenta la historia, y que por la excelente melodía resume la vida de Diego en el fútbol, las hinchadas, la camorra, la infancia en Villa Fiorito y demás.

Para verte gambetear

Con un par de lienzos crotos,
esperando por el bondi de Fiorito a Paternal
Las pisadas, las rabonas,
son los chiches que los viejos
no te podían regalar

Y en la villa
se juntaban los pendejos
para verte gambetear

Del Riachuelo para el mundo,
desde el cielo hasta el infierno,
patadas en catalán
Ya más nadie iba a manguearle
milagros a San Genaro
porque entrabas a jugar

Y se juntaron
el jetset y la camorra
para verte gambetear

30 millones de negros
transpirando en tu remera
para jugar un mundial
Más regalos que un cumpleaños,
más premios que la quiniela,
más baile que en carnaval

Y en los barrios
faltaban televisores
para verte gambetear

Olé olé, olé olé,
olé olé olé olá,
para verte gambetear

Barrilete, pecho inflado,
con el sol de nuestros sueños
te volviste a iluminar
Empachado de ilusiones,
cuando vos eras el dueño
te fueron a desterrar

Y en las calles,
cada lágrima fue el precio
para verte gambetear

Gordo, cara de galleta,
caminando medio chueco,
siempre echado para atrás
Como no te daban pase
te piantaste de los muertos,
¿cómo te iban a parar?

Y rezamos en La Habana
y en Buenos Aires
para verte gambetear

Con la sonrisa de pibe,
con el brazo guerrillero
y el corazón de arrabal
La zurdita endemoniada
y el martillo en el garguero,
cada día te quiero más

No hace falta
más que entrecerrar los ojos
para verte gambetear
Tomado de AlbumCancionYLetra.com

Olé olé, olé olé,
olé olé olé olá,
para verte gambetear

  Un youtuber llamado Iván Iglesias creó ésta recopilación de videos para ilustrar el tema.

 En el año 1950 se jugaba la final del mundial en Brasil. En el recién inaugurado estadio Maracaná se enfrentaron en esa mítica tarde el equipo local contra la selección uruguaya que había tenido un desempeño muy bueno. Con dos goles, los uruguayos ganaron el partido y el propio mundial.

  Injustamente no sólo el plantel completo, sino la gran mayoría de la opinión pública culpó a Moacir Barboza Nascimento, el arquero del equipo brasilero, convirtiéndose en el “chivo expiatorio” de un fracaso del que en verdad fueron responsables todos los jugadores y el técnico.

  Ésta derrota de Brasil fue llamada “El maracanazo”.

  Barboza fue “sentenciado” al olvido y hasta alguien le regaló el arco en el que le hicieron los dos goles. El arquero aceptó el regalo y lo tuvo en su casa hasta que un día decidió quemarlo.

  Con los años creció el rumor que traía mala suerte y fue tan así que 44 años después, en el mundial del  94, Barboza quiso pasar a saludar a la selección brasilera en los vestuarios pero le prohibieron la entrada “por yeta” (yeta, del lunfardo argentino, “el que trae mal suerte”).

  Moacir vivió en la total pobreza, subsistiendo apenas con la pensión de uno de los equipos que lo vió crecer y murió en el año 2000. Injustamente ignorado.

  Durante una entrevista diría “La pena máxima en Brasil por un delito son 30 años, pero yo no maté a nadie, sin embargo fui condenado para toda mi vida”.

  Conmovido por la historia el canta autor uruguayo, Tabaré Cardozo, compuso un tema hermoso, que eterniza una de las injusticias más grandes que se han cometido contra un deportista.

Barbosa

La noche esta de luto
La fiesta termino
El mundo no comprende que paso
Con el campeón

La calle esta desierta
El sueño se perdió
El llanto de un borracho es un botón
De maldicio

Cuida los palos Barbosa
Del arco del Brasil
La condena de maracaná
Se paga hasta morir

Quema los palos Barbosa
Del arco del Brasil
La condena de maracaná
Se pega hasta morir

Un viejo vaga solo
La gente sin piedad
Señala su fantasma sin edad
Por la ciudad

Su sombra corta el pasto
En el maracaná
Retrasa la jugada en soledad
Mil veces mas

Cuida los palos Barbosa
Del arco del Brasil
La condena de maracaná
Se paga hasta morir

Quema los palos Barbosa
Del arco del Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

*coro*
Cuida los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

Quema los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

Cuida los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

Quema los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

Cuida los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir

Quema los palos Barbosa
Del arco de Brasil
La condena del maracaná
Se paga hasta morir.

  En el canal de youtube llamado “EluNico 1950” editaron el siguiente material

En el año 1967 el profesor Ron Jones del Instituto Palo Alto en California, Estados Unidos lleva adelante el experimento junto a sus estudiantes llamado “La tercera ola”.  Durante el mismo se logró demostrar que bajo ciertas condiciones de adoctrinamiento podría surgir una dictadura durante un período democrático.

  Basado en ésta experiencia el escritor Todd Strasser escribe el libro “La ola” en el año 1981 y basado dicho libro se crea la película alemana “Die Welle”(“La ola”) dirigida por Dennis Gansel en el año 2008.

  Casualmente, en una “charla digital”, una amiga decía “hoy no somos tan idiotas como para que nos manipulen” y le recordé que no sólo Hitler asume sin golpes de estado sino con un apoyo popular cercano al 90%. Pero lo que es aún más llamativo es que fue probado que, sin importar ni el partido ni el modelo a seguir, ya sea de izquierda, de derecha o del centro o de cualquier credo; un líder carismático podría generar los mismos efectos en las masas.

  A través de su lema: “el poder mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo” el protagonista enciende la mecha de una bomba que puede explotar en cualquier momento y en cualquier lugar; no sólo en la ficción, sino también en la realidad.

  Me pregunto si acaso no existen hombres y mujeres que en su desesperado intento por ser el centro de atención de sus padres y madres en lo simbólico (y en lo real) no serán capaces de cometer las peores atrocidades.

  Aquí, el tráiler de ésta fantástica película.

Arq. Jorge Hugo Figueroa.

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