Del fervor del 83 al desprestigio del 2023

Cuarenta años después del regreso de la democracia y la asunción de Alfonsín como presidente, la política y sus máximos representantes atraviesan una actualidad basada en el descrédito generalizado. Análisis, reflexiones y opiniones a cargo de referentes políticos locales.


Tomás Kessler – Agencia Comunica

Hace 40 años, 1983 llegaba a su fin y junto con él culminaba la dictadura cívico militar más brutal de la historia nacional que hasta el día de hoy tiene repercusiones. Con este final, inició una nueva etapa en el país. La elección de Raúl Alfonsín como presidente marcó el retorno de la democracia que continúa hasta la actualidad.

2023 marca la celebración de cuarenta años ininterrumpidos de democracia. Un análisis que se desprende a raíz de este 40° aniversario de la vuelta a la democracia, trata de cómo ha cambiado la política en tanto tiempo y la labor de quienes la ejercen. Una de las referentes de la política local, Liliana Schwindt, y un encuestador y analista político, Luis Mosquera, profundizan en el tema.

“Hoy en día, la política atraviesa un marcado descreimiento. Y se debe principalmente a los fracasos de los distintos gobiernos en todo orden y a las promesas incumplidas que se dan muchísimo. Otro punto que genera esto, es lo que ve la gente. Suele observar a los políticos peleándose entre ellos en vez de proponiendo cosas que es lo que debería pasar”, establece el encuestador.

A su turno, la ex diputada Nacional expresa: “hay un gran desprestigio de la política, un salto importante acerca de esta figura. En primer lugar, es culpa de nosotros los políticos que no hemos estado dando respuestas y se ha defraudado a la sociedad en muchos aspectos. Por otra parte, también influye el poder económico y mediático que pretenden ejercer política a través de su injerencia en los grandes medios”.

“Antes un político era muy respetado, yo viví durante esa etapa. Hoy no pasa”, es la frase de Liliana Schwindt que resume en pocas palabras la situación actual. En sintonía, Mosquera explica que “en Latinoamérica y en Argentina más que nada, surgen dirigentes políticos que no vienen del ámbito, y esto colabora para que la política siga perdiendo imagen”.

Llegada de la democracia: expectativas, sentimientos y temores

Cuando llega el momento de recordar la situación política allá por 1983, ambos referentes sonríen, rememoran sus inicios de jóvenes militantes y enaltecen la figura de Raúl Alfonsín.

“Los que éramos jóvenes, teníamos muchas ganas de participar. Veníamos de ocho años de silencio, no podíamos actuar y era como si estuviésemos en una cárcel. No te podías expresar y había muchísima represión. Eso hizo que dentro de las juventudes surgiera una militancia con mucha fuerza”, comenta Luis Mosquera.

Por su parte, Liliana Schwindt afirma que “de adolescente, a todos nos enamoró Alfonsín. Si bien yo soy de cuna peronista, a todos nos encantó y teníamos mucha expectativa. En ese momento lo voté y luego empecé a militar. Era todo un mundo desconocido para mi generación. Habíamos vivido el proceso militar, no conocíamos nada y salimos a la vida política a ciegas pero con un entusiasmo desmedido”.

Si bien la llegada de la democracia marcó el fin de una etapa y el comienzo de otra, los temores del pasado seguían latentes. “La dictadura militar había sido muy dura entonces había mucho entusiasmo en mucha gente, pero también había personas que no se querían meter, básicamente porque ya habían ocurrido en el país cuestiones parecidas y luego volvía un golpe militar. El miedo que sembró la dictadura quedó un tiempo. Pero de a poco la gente fue viendo que la democracia llegó para quedarse. De hecho, ya van 40 años. Nunca vivimos un período tan largo sin golpes militares”, declara el analista político.

La principal razón para celebrar

La existencia de un régimen democrático hoy en día está completamente naturalizada por toda la comunidad. Pero no siempre fue así. Es por eso que hay que tener presente el pasado para que no vuelva a ocurrir y rememorar lo que se ha logrado. Respecto de esto, Liliana Schwindt asegura: “primero que nada, hay que celebrar la libertad y destacar la posibilidad de expresarse y actuar, más que nada en el ámbito político. Celebrar el hecho de poder elegir y ser elegido”.

“También hay que tener presente el valor de la expectativa que genera poder elegir, militar y apoyar las convicciones que uno sigue. Es importante que esto siga así para que podamos conservarlo”, continuó la ex funcionaria Nacional.

Por su parte, al hablar de este eje, el consultor Luis Mosquera alude al intento de golpe de estado que tuvo lugar en 1987. “En Semana Santa, Aldo Rico lidera un movimiento militar y la reacción que hubo a favor de la democracia por parte de todo el pueblo argentino fue espectacular. Eso creo que es el principal punto para festejar, la elección de los argentinos de mantener esta democracia”, recapitula.

De igual manera, destacó que “más allá de que los gobiernos sean buenos o malos, la democracia y la posibilidad de cambiarlos está” y remarcó el accionar de Alfonsín y sus sucesores: “Hay que destacar cómo él protegió la democracia más allá de otros fracasos. Además, los que vinieron después supieron mantenerlo. Siempre hubo aciertos y errores en cada uno pero todos con la idea democrática presente y buscando evolucionar”.

Contexto político actual, la diferencia entre ayer y hoy

Una diferencia muy marcada que surge al instante de comparar la manera de hacer política de hace cuarenta años, se encuentra en la poca redundancia de los partidos políticos. “Hoy importa más el candidato que el partido”, expone Luis Mosquera y sigue: “Antes no era así, el partido a quien uno representaba era lo más destacado, no el quién sino a quién”.

Por su parte, Schwindt sostiene algo muy similar y habla de la necesidad de “recomponer los partidos políticos” y hace referencia a la fragmentación que existe en cada bloque, algo que años atrás no ocurría.

Por último, ella misma es quien observa que “es muy complejo el panorama, ha cambiado de 40 años acá, y mi conclusión es que los políticos no hemos estado a la altura porque se han hecho mal las cosas. Es como todo, hay gente buena y mala, y siempre muchos se han aprovechado de su posición para realizar actos de corrupción o incumplimiento. Y los grandes medios aprovechan esto, y bombardean con esta información. Por todo esto y más, el desafío que queda ahora es el de recomponer la relación de la política con la ciudadanía”, concluyó .

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