Dueño de su cuerpo es encarcelado por intentar venderlo

  Una discusión que en apariencia es sencilla deja al descubierto que las excepciones a éste principio natural en realidad se trata de excepciones propiciadas por un invento jurídico.

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  3:00 minutos

  El día jueves pasado, en diálogo con Jorge Lanata, en su programa radial “Lanata sin filtro” que se emite por radio Mitre, entrevistó al candidato presidencial Javier Milei y como nos tiene acostumbrados éste desarrolló una idea que parece tomar por desprevenidos a todos aquellos que detentan algún tipo de puesto de poder, y sobre todo, a quienes ocupan históricamente un cargo estatal.

  En ésta oportunidad Milei planteó que, siendo dueños de nuestro cuerpo, también somos libres de vender y comprar partes que son de nuestra propiedad (que como veremos más adelante, podría serlo por “partes” o por “entero”).

  Todo esto que podría tomarse a la ligera en verdad deja al desnudo que para el estado la propiedad de nuestro cuerpo se trata solamente de una cuestión teórica puesto que lo consideraron como propiedad del individuo sólo en el caso de la llamada “Ley del aborto” y también en la no punibilidad en el caso que un individuo decida amputarse el pene (órgano sexual) para efectuarse el procedimiento llamado “vaginoplastía”. Y visto y considerando diversos casos de intervenciones extremas que van más allá de los tatuajes también llegan a amputarse dedos, la nariz, las orejas, etcétera (uno de los ejemplos más claros de éstas modificaciones es el de el llamado “Black Alien”).

  Entrevistado por el periodista Feinman, el actual director del INCUCAI, claramente basa su opinión contraria a los dichos de Milei, diciendo que es absolutamente ilegal la compra – venta de órganos, tanto de personas vivas como de personas muertas. Alega que en ese sentido, es el estado quien regula que es lo que hacemos con nuestro cuerpo, aunque a la vez subraya que él está totalmente a favor de la Ley del aborto y también a favor del deseo de una persona de efectuarse una vaginoplastía.

  Es decir, siguiendo el razonamiento teórico, el estado es siempre responsable de nuestro cuerpo excepto en los casos anteriormente descriptos. Esto abre también la interrogante sobre si efectivamente queremos que esto sea así, si estamos dispuestos a permitir que el estado decida sobre nuestro cuerpo. De hecho, tenemos una legislación que indica que los órganos de una persona fallecida pueden ser factibles de ser extraídos si el fallecido no manifestó su oposición a ser donante de órganos. Por lo tanto dadas esas condiciones, el estado está habilitado para disponer de esos órganos libremente (lo que en la práctica puede producir una innumerable factibilidad de conflictos muy importantes con el entorno de la persona fallecida). Imaginen que si ya era complejo asistir a las familias en la decisión de donar o no los órganos del muerto lo que es comunicarle a la familia que no sólo murió la persona sino que además le van a extraer los órganos. Sé de primera mano que algunos están a favor y otros absolutamente en contra.

  Como pasa en otros casos se toman los hechos absolutamente demostrados por la ciencia sólo cuando éstos coinciden con los fundamentos políticos y/o jurídicos. Por ejemplo, se pone en duda cuando se produce el comienzo de la vida independiente (independiente del padre biológico y de la madre biológica) pero sin embargo la ciencia lo ha demostrado ampliamente. La vida se produce cuando se unen el espermatozoide y el óvulo y eso está fuera de discusión ya que está absolutamente demostrado, sin embargo se trata de llevar la discusión a un ámbito más “filosófico”, imbuirlo de una cierta relatividad, como si éste hecho fuera objeto de una simple opinión subjetiva.

  Ahora sí, yendo directamente al caso en particular que da título a la nota, se trata de una persona nigeriana de 26 años que fue arrestado recientemente por la policía islámica por venderse al precio de 49.000 dólares.

  El nombre de ésta persona es Aliyu Na Idris y cobró trascendencia cuando fue visto circulando por las calles de la ciudad de Karo con un cartel que decía “éste hombre está en venta, 20.000.000N” (20.000.000 naras nigerianas, es decir, unos 49.000 dólares).

  Según consta en las noticias, primero se ofreció en la ciudad de Kaduna y luego en la ciudad de Karo. Explicó que quería venderse a sí mismo por pobreza, alegando que planeaba dar la mayor parte del dinero a sus padres.

  Luego de darse a conocer la noticia, fue ubicado y detenido por la policía ya que el venderse está prohibido por el Islam, sea cual sea la razón.

  Al día siguiente de haber sido arrestado fue liberado, sin embargo deja en muchos ésta duda acerca de la real pertenencia de nuestro propio cuerpo.

  ¿Mi cuerpo, mi templo? Si el estado nos deja…

¡Abrazos digitales!

Estudio eseverri desktop movile
Comentarios
Cargando...