María Eugenia Vidal avanza en la reforma policial y profundiza en la herencia de Daniel Scioli
Está casi lista la norma por la cual todos los comisarios y subcomisarios de La Bonaerense deberán desnudar su patrimonio. El plan es dinamitar la gestión de su antecesor y no dejar rastros, incluso en los colores
La Policía provincial, cuentan desde el la gobernación, está desbordada. No hay chalecos y las armas son viejas, y miles de efectivos ni siquiera tienen la placa policial que los identifica. Desde la fuga de los tres condenados a reclusión perpetua por el Triple Crimen de la efedrina, la administración bonaerense la emprendió con una purga de comisarios generales en varios distritos del Conurbano bonaerense que aún no terminó: varios de esos jefes fueron ascendidos por el ex ministro Alejandro Granados y el ex jefe policial Hugo Matzkin, en la mira de la actual gestión.
El plan de Vidal es dinamitar la gestión de su antecesor y no dejar rastros. En unas semanas presentará la nueva campaña comunicacional de su gobierno, ideada por los publicistas Joaquín Molla –que trabaja para la Casa Rosada- y Juan «Papón» Ricciarelli, creador de la agencia DON y ligado al macrismo, y comandados por Federico Suárez, secretario de Comunicación bonaerense. Desaparecen por complejo el naranja, color insignia de la gestión sciolista, y «BA», las siglas que identificaron aquella administración.
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