La literatura que viene


Libros / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

Pablo Andrés Rial es un poeta, dramaturgo y docente argentino nacido en Buenos Aires en 1984. Es hijo, por lo tanto, de lo que todavía hoy podríamos llamar incipiente democracia, incipiente no por una condición de inestabilidad o falta de madurez sino porque todavía, los argentinos, seguimos aprendiendo a ejercerla en toda la dimensión y alcance que puede tener.

Después de publicar sus poemas en algunas antologías, inició su recorrido literario con dos poemarios: La casa de barro (Arroyo Ediciones, Argentina), y Aves desplumadas (Ópera Editorial, Brasil). Justo por estos días está a punto de publicar su tercer libro, Forzado a Viajar (Paserios Ediciones, México), motivo por que el que se prepara para viajar a Ciudad de México para el nuevo lanzamiento.

En diálogo telefónico con En Línea Noticias, el autor asegura: ”la idea de publicar en México surgió a partir de haber notado una buena recepción de mi poesía en los lectores de aquel país, sumado a que tengo un vínculo estrecho y muy afectuoso con algunas personas de allá. En esa búsqueda, fue la editorial Paserios Ediciones la que me abrió sus puertas y depositó su confianza en el material. Publicar en otro país, significa sin duda, un enriquecimiento del ámbito intercultural, en este caso, específicamente de la poesía. Lo que promueve y boga al intercambio de las distintas voces poéticas. De ahí que mis expectativas respecto de la visita y presentación del libro en México, es la de lograr aunar con el público lector, el bagaje sentimental y vivencial que me atraviesa”.

La poesía de Pablo Andrés Rial transita el recorrido que ha tomado la poesía desde tiempos inmemoriales. Una permanente búsqueda, búsqueda ya no de certezas sino de nuevas preguntas, de interrogantes que despierten emociones, pero que también nos incomoden, nos pongan en problemas.

Tengo miedo

por eso siempre

llevo una lapicera

en el bolsillo.

Confiesa en uno de los poemas del libro que está a punto de publicar. La literatura aquí, o la poesía más bien, como camino de salvación, como herramienta imprescindible para soportar el absurdo de la existencia.

Extraída de este mismo libro encontramos la que tal vez sea una de las mejores definiciones posibles de poeta:

La necesidad de testificar mi existir

ya casi es nula.

Soy un nadie. Un alegre nadie

a quién todos olvidan.

Y eso me hace sentir bien.

Un tipo invisible

debajo del árbol

que sin dar signos

de existencia

se siente vivo.

¿No es acaso el poeta, un “tipo invisible” que mira y se mira desde afuera, desde el anonimato más irredimible?

Detesto mi cuerpo

pero amo mi sombra.

Nunca envejece

nunca enferma

nunca duele.

La poesía se renueva permanentemente y redobla la apuesta, sigue persiguiendo lectores, con calma, pacientemente, sabe que todos en algún momento, nos volcaremos a ella como intento último de salvación.

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