Marcelo Aba: “Nuestra Universidad tiene presencia invalorable en programas y políticas extensionistas”
En una emotiva ceremonia que colmó el Aula Magna de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, el profesor de la Udelar, Humberto Tommasino fue distinguido con el título de Doctor Honoris Causa, un reconocimiento a sus valiosos aportes al campo de la extensión universitaria.

El acto, cargado de afecto y compromiso, contó con la presencia de autoridades universitarias, colegas, estudiantes, invitados especiales y amigos que acompañaron al docente y extensionista uruguayo en este nuevo reconocimiento, el cuarto en su trayectoria, tras haber recibido la misma distinción por las universidades nacionales de Rosario (2020), Mar del Plata (2022) y San Luis (2024).
El secretario de Extensión de la UNICEN, Daniel Herrero, destacó que el reconocimiento se trató de una elaboración colectiva, nacida del recorrido compartido con Tommasino en múltiples espacios universitarios de América Latina. “No fue una espera inmóvil, sino una espera desde el verbo esperanzar”, expresó, citando al pedagogo brasileño Paulo Freire, fuente de inspiración clave en la obra y el pensamiento de Tomasino.
Nacido en Montevideo en 1957, médico veterinario de formación, Tommasino ha recorrido más de cuatro décadas integrando docencia, extensión e investigación con una profunda vocación transformadora. Desde sus primeras experiencias en barrios populares junto al cura “Cacho”, hasta su consolidación como uno de los principales referentes de la extensión crítica en América Latina, su trayectoria ha estado marcada por el compromiso ético, la praxis en territorio y la producción colectiva de conocimiento con los sectores populares.
Durante el homenaje se repasó su extensa carrera docente —de casi 40 años— tanto en grado como en posgrado, en Uruguay y otros países de la región. Se destacó también su rol como Prorrector de Extensión de la Universidad de la República (Uruguay) entre 2006 y 2014, periodo en el cual impulsó programas fundamentales como los Centros de Formación Popular o el Programa Integral Metropolitano, además de su vinculación con el Movimiento Sin Tierra de Brasil, que le envió una sentida carta de salutación.
Uno de los rasgos más mencionados durante la ceremonia fue su “obsesión por el territorio”, entendida como un compromiso indeclinable con la realidad social concreta. “En nuestro caso siempre fue una guía, una brújula que orientó nuestras propuestas y nuestras estrategias extensionistas. Recuerdo cuando lo conocimos hace casi una década y tuvimos la alegría de contar con él como capacitador o expositor en jornadas como las de Extensión del Mercosur, más recientemente como director en la Diplomatura Superior de Extensión de esta Universidad. Esa obsesión suya por el territorio nos trajo más de un dolor de cabeza o, mejor dicho, desafíos logísticos. Lo invitábamos a dar un curso y al ver la agenda nos decía ‘a este programa le falta algo, quiero ir a conocer una experiencia en el territorio, alguna organización o movimiento social, hay que ir al territorio’. Y ahí estábamos nosotros corriendo para organizar una visita con alguna cooperativa, con productores, organizaciones sociales, porque Humberto no consigue hablar de Extensión sin pisar el territorio”, expuso Herrero.
A lo largo del acto se evocaron también sus numerosas publicaciones, su rol en la consolidación del paradigma extensionista en CLACSO, su coherencia entre discurso y práctica, y su incansable impulso por articular saberes desde una perspectiva dialéctica y emancipadora.
“Humberto nos representa, nos interpela, nos desafía. Nos alienta a no rendirnos y a seguir caminando colectivamente”, expresó el secretario de Extensión.
La ceremonia continuó con la entrega del título y las palabras del rector Marcelo Aba, quien celebró la incorporación de Tommasino al claustro de Doctores Honoris Causa de la UNICEN, reconociendo su invaluable aporte al pensamiento crítico y a la educación pública latinoamericana. “Quien hoy recibe esta distinción es poseedor de una dilatada carrera en el campo de la extensión universitaria y sus contribuciones excepcionales, tanto en el plano académico como en el interés social de sus aportes en toda América Latina y el Caribe, lo convierten en un indiscutido referente contemporáneo de la corriente teórica y práctica de la extensión crítica. En particular, nuestra Universidad ha realizado aportes por demás significativos tanto en la formación de docentes, estudiantes y no docentes, como así también ha tenido una presencia invalorable en la construcción de programas y políticas extensionistas desde la creación de la Secretaría de Extensión en el año 2011”, remarcó el rector.
Lo “sentipensante” como bandera
Tras la entrega del título y unas décimas dedicadas especialmente por Marcos Pearson, trabajador de la Secretaría de Extensión, Tommasino tomó la palabra y agradeció el reconocimiento y las muestras de afecto. Lejos de asumir el reconocimiento como mérito individual, el homenajeado lo resignificó como un logro colectivo: “Este reconocimiento no es mío solo. Está a mi nombre, pero es de muchísimas compañeras y compañeros que han venido intentando construir alternativas donde antes no las había”.
A lo largo de su discurso, el docente e investigador destacó el valor de la extensión universitaria como herramienta de transformación social, más allá de su papel tradicional. Con gratitud hacia la universidad, su equipo de trabajo, autoridades académicas y especialmente su familia, subrayó que lo esencial de este homenaje es el lugar desde donde se entrega: una universidad pública comprometida con la justicia social, ambiental y económica.
Resaltó los avances de la UNICEN en el proceso de curricularización de la extensión, entendido como la incorporación estructural de prácticas sociales integradas a la formación académica. “Ahí hay un punto muy real y muy desafiante: la construcción de la integralidad a nivel de la formación estudiantil”, expresó, elogiando el papel de las universidades públicas argentinas en liderar este enfoque pedagógico.
También valoró otras iniciativas impulsadas por la universidad, como los procesos de territorialización, que llevan el conocimiento académico a barrios y espacios rurales, fomentando vínculos directos con la comunidad. Mencionó con especial orgullo la revista Masquedós, plataforma académica de la Secretaría de Extensión UNICEN desde la cual se disputa el sentido y valor del conocimiento generado desde la extensión.
En uno de los momentos más personales de su alocución, agradeció a su compañera de vida, Carmen, y a su familia, a quienes definió como su sostén afectivo esencial: “Lo sentipensante está en mi familia, en mis compañeros y compañeras, está en Carmen, sobre todo. Ese apoyo incondicional dado por el amor es inquebrantable”.
Finalmente, repasó con honestidad los desafíos enfrentados en el camino. Confesó haber vivido momentos de “derrotas parciales” en su lucha por una extensión crítica.
“Las dinámicas de la extensión crítica sufren los avatares de la disputa política a nivel de las instituciones. Eso, nosotros lo hemos escrito con algunos compañeros en algunos lados, pero lo quiero traer porque estos dos lugares en donde trabajo en los últimos tiempos me han alimentado el alma y me han podido sacar de una cuestión en la cual yo pensaba que estábamos semiderrotados, porque el academicismo había puesto algunas cuestiones en juego que habían bloqueado aquella idea y propuesta que fue la segunda reforma universitaria. Nosotros hicimos desde 2006 a 2014, un proceso en el cual terminamos la reforma universitaria. Y la renovación de la enseñanza y la curricularización de la extensión era uno de los ejes centrales, junto con la descentralización y regionalización.
“Lo que promovemos es una formación crítica y sentipensante”, concluyó. Su intervención fue un potente llamado a repensar la universidad como espacio vital de transformación social, reivindicando la extensión no como actividad complementaria, sino como pilar esencial en la construcción del conocimiento.