Los enjuagues de la democracia

Por: Carlos Paladino

Doctrina; principios morales y de los otros; lealtad, la intransigencia de valores auténticos; en fin, cosas que se van perdiendo en la nebulosa política.

En esta breve nota, expondremos algunos miramientos, que nos ha planteado cierto sucedido ocurrido un tiempito atrás. Días pasados la UCR de Olavarría, propuso a sus afiliados un familiarizado acaecimiento democrático. Tal vez, uno de los más simples y puros que un partido político consiga poner a consideración de sus adeptos.

En el radicalismo es tradición. Éstos, eligieron – sin recurrir a las malas artes -, a una de las dos listas que confrontaban. Bien y aplausos al respeto republicano de la centenaria doctrina, de depositar en la libre voluntad de sus afiliados, quienes los conducirán por un limitado tiempo, también y de antemano ya escrito y precisado.

Hemos aprendido a fuerza de reflejarnos en el escenario político argentino, como las constantes especulaciones (¿democráticas?) que las doctrinas precursoras y, sobre todo, la intransigencia, han ido quedando relegadas en favor de otras conveniencias, que pasan más por el triunfalismo y la obtención de cargos importantes, que por la de seguir a pie juntillas la esencia de su carta fundacional. Esta estrategia electoral se viene usando desde que se ha comprendido que ciertos enemigos políticos son imposibles de vencer, si no es mediante una coalición entre facciones, que invoquen un ideario similar en lo que incumbe a lo posible por hacer con un Estado, tanto en lo económico, en lo social; en lo gubernamental. Recurrir a este tipo de alianza entre distintos ¿es ilegal?; creemos que no; en situaciones no queda otra iniciativa viable para salvar el destino de la patria, aun pecando de impertinencia a los correctos principios ¿Está bien; está mal; está más o menos? Para los radicales comunes, tradicionales, “radichetas” por convicción hereditaria a las consignas de sus fundadores; diríamos que el problema recién empieza. La compulsa interna es un acontecer incierto, que nada fija, ni consolida lo que se busca concretar. No afirma, de ninguna manera, enfoques claros a los cuales atenernos.
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Ponemos ahínco en la UCR de Olavarría, por tratarse de una situación a todos vista: no obstante estar cumpliendo con acuerdos predeterminados por la estructura superior que así lo determinó. El partido radical, integra y acompaña a otros allegados en la liga política anti kirchnerista, “Juntos por el Cambio”, que casi nada tienen en común entre sí. Nos atrevemos a decir que se parece más a una “bolsa de gatos”, que a un plan de gobierno concentrado en resultados positivos que solucione las desgracias de la sociedad argentina. En el oren local adhiere al pacto con el intendente municipal Ezequiel Galli, militante del PRO, ascendido al poder comunal representando al Frente Cambiemos. La integración cuenta, asimismo, con grupos de escaso predicamento en la comunidad; como el del señor Mario Cura; que, precisamente, por esa falta de inserción, siempre se las rebusca para estar presente con los principales mandamases del momento. Que coherencia política lo une a las boinas blancas; es una cuestión a dilucidar; más allá, claro, que el de conservar un cachito de hegemonía al lado de quien convenga y piense como piense. Hay gente que no soporta la vida desde la posición de un ciudadano común.
En una breve reseña, el señor Mario Cura, comenzó su trayectoria política, desde el espacio que le concedió Coopeletric; siendo un importante funcionario de esa entidad. En todo momento, lo hizo invocando el Partido Peronista. Así, fue como lo vimos en un santiamén, designado por Felipe Solá, Contador General de la Provincia de Buenos Aires. Su currículum, nos dice de haber sido “candidato a Intendente de Olavarría en las elecciones de 2003 y aspirante a la intendencia en 2011”. También “representante de Peronismo Federal, ex Diputado Provincial, integrando el bloque “Unión Peronista”. Fue elegido como tal en el año 2007, ocupando un lugar en las listas del Frente para la Victoria” Algún motivo lo alejó del kirchnerismo y se integró a otro bloque. Para el caso, se trataba de correr su banca unos metros. “Desde 2019 se acercó a la gestión de Ezequiel Galli, en Cambiemos” Al día de hoy se encuentra alineado con su viejo conocido de andanzas en la funesta vertiente kirchnerista, don Miguel Pichetto (ahora macrista). A “ambos dos”, rápidamente, de militar, defendiendo la causa kirchnerista, los hallamos trabajando por los nobles principios del mal parido capitalismo. Y lo hacen sin desparpajo alguno, sabiendo que nadie les preguntará por tal asquerosa decisión. ¡¡Que descaro por favor!! Nacimos para ser mandados al matadero por esta calaña.
Mientras tanto, el pueblo radical (de a pie) pasó, internas de por medio, por conocer quiénes serán los que negociarán su dignidad dentro de Juntos x el Cambio; o si es lo mismo que pedirle “peras que olmo” Dicho de otra manera: los nombres y apellidos surgidos por la democrática participación interna, ¿los faculta para juntarse y armar programas trascendentales con el primer corrompido que se cruza por la calle? Por un si acaso; no estén tan confiados.

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