Allanamientos en la cárcel de Sierra Chica en una investigación a barras bravas

Para el procedimiento en la cárcel de Sierra Chica prestó colaboración el Fiscal Moyano


La Policía Bonaerense desbarató una banda criminal mixta integrada por barras bravas del club Los Andes, presos y un policía porteño, acusados de una serie de delitos como homicidio, asociación ilícita, secuestro, robo y venta de drogas.

Los operativos se concretaron en la zona sur del conurbano, en la Unidad N° 2 de Sierra Chica y en otras dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Tras los procedimiento detuvieron a seis integrantes de la banda, tres hombres y tres mujeres. Secuestraron drogas, autos, dólares y armas.

Los operativos estuvieron a cargo del del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, titular de la UFI N°1 descentralizada de Presidente Perón.

En el caso de los allanamientos y procedimientos en la Unidad N° 2 de Sierra Chica fue “vital” la colaboración de la UFI N° 19 de Olavarría a cargo del doctor Lucas Moyano quien coordina la Unidad Fiscal de Delitos Carcelarios.

Los sospechosos se hacían llamar “La banda de la V6″.

En Olavarría, se indicó, la mirada estaba puesta en Elías Paz, quien ya se encontraba alojado en la cárcel de Sierra Chica.

El caso

El caso comenzó el 5 de octubre de 2021, cuando encontraron el cadáver de Ezequiel “Canino” Emanuel Santana, de 31 años, completamente calcinado, prendido fuego, en un descampado en la localidad de Guernica. La causa por el crimen cayó en la fiscalía de Condomí Alcorta, quien dio inicio a la investigación para develar lo que había ocurrido.

Y lo que descubrió fue un enredo de traiciones y ambición entre un subordinado y su jefe, Luciano Leonel Gómez, alias “León”, hoy detenido. La historia es así, “Canino” trabajaba para una banda que mejicaneaba narcos, es decir, robaban la droga a otras bandas y luego la vendían por su cuenta. Una vuelta, Santana se cortó por su parte, vio una oportunidad y jugó. Según determinaron los investigadores, “Canino” robó un lote de drogas a su propia banda.

Una vez que el robo llegó a oídos de “León”, el epílogo de “Canino” estaba escrito. Lo citaron en una quinta en Guernica. Allí, lo torturaron para que confesara. Mientras lo golpeaban sin cesar, otros miembros fueron a su domicilio y se llevaron todo lo que encontraron, seguramente la droga que les había robado. Tras horas de golpes, trasladaron el cadáver de “Canino” a un descampado por la zona y lo prendieron fuego.

En diciembre pasado, el fiscal Condomí Alcorta descubrió la trama y ordenó 11 allanamientos donde detuvo a las cabezas de la banda. “León” fue detenido en Temperley, Jorge Ezequiel Salgado, “El Negro Sombra” fue encontrado en una comisaría de Lomas. Facundo Ariel Ledesma, preso en la Unidad N°24 de Florencio Varela, fue allanado en su celda y le encontraron cuatro celulares. José Torres, otro jugador, supuestamente dedicado a las pastillas y a las drogas sintéticas, fue detenido en su casa en el country Náutico Escobar.

En esos operativos, el fiscal Condomí Alcorta secuestró varios teléfonos celulares. Así, comenzó la segunda etapa de la investigación. En las conversaciones de WhatsApp aparecieron dos mujeres claves en la banda: Cinthia Inés Paz, hermana de uno de los líderes, y Agustina López. Ambas estaban encargadas de comercializar la droga que la banda controlaba. Ahí es donde aparece la barra brava del club de Los Andes, llamada La Gloriosa Nueva Banda de Los Andes. La banda estaba integrada por parte de los líderes de la facción llamada “La descontrolada- Los Paz”. Así, además de controlar los negocios mismos de la organización, también presuntamente ingresaban droga y la vendían los días de partido.

Algunos de sus mensajes ilustran la modalidad: “Podés separar 5 kilos de asado”, en referencia a cocaína. O también mensajes como: “a cuánto está lo que quedó en casa”, o “pasale a los que vos quieras”. Todo en alusión a la venta de cocaína que la organización conseguía por robar a otras bandas.

Incluso, a partir de los análisis de los teléfonos, se llegó a otro miembro clave de la organización: Alan Britez Paredes, agente de la policía porteña. Estaba encargado, según la acusación en su contra, de realizar “carpetas de inteligencia”. Es decir, utilizaba su rol de policía para ingresar a las bases de datos policiales, daba aviso si los estaban investigando y realizaba perfiles de posibles clientes.

De esta manera, en las últimas horas, el fiscal Condomí Alcorta realizó 11 allanamientos en los que detuvo a las mujeres miembros de la banda acusadas como las organizadoras:

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