Política de tránsfugas y leales

Escribe: Carlos Paladino.


Los problemas ciudadanos se suceden sin tregua. Al parecer la COVID-19 irá desapareciendo y dando sosiego – no con la premura deseada – a la salud social. Tal vez la Sputnik V no sea la más efectiva dentro del mercado (91,60%);  pero, por fin empezamos y en esa tarea está el gobierno nacional.

La vacunación avanza muy lenta; las negociaciones para la compra se retrasaron, ante la prioridad gubernamental de atender otras cuestiones políticas de mayor envergadura. Chile, según datos públicos, encabeza el número de vacunados de la región. La inflación gana la pulseada desde tiempos pretéritos, el desempleo arremete sin pronta solución, los generadores de capital no encuentran salida a la malaria, el gobierno apremia con más y más impuestos en vez de achicar el Estado y, así la economía argentina se encuentra en un callejón sin salida. 

Continuará en esta situación, hasta que se convenza que la revisión de la burocracia estatal, la disminución del inmenso gasto político democrático y la facilitación de recursos para el desarrollo de la riqueza y del trabajo; son esenciales y urgentes de tratar. Entendemos que para la clase dirigente no es conveniente avanzar en estos temas; sin embargo, hay que hacerlo. Para el emprendedor crear trabajo es un desafío diario y constante, en eso se asienta gran parte de su éxito: esto, claro, siempre y cuando pueda producir.  

El espíritu y la decencia de la república y de la democracia, lo demandan. El año pasado y el que vamos transcurriendo, es la consecuencia de 200 años de frustraciones continuas. Aquella clase media ascendente, “Comparada con América Latina, nuestra sociedad era distinta por tener un sector medio grande poderoso y pujante”; ahora, pertenecer a la clase media, es factible solo para algunos agraciados. .Atorados por las urgencias cotidianas descuidamos que es tiempo de elecciones. Son internas partidarias que, en principio, deberían impactar sólo en el ánimo de los afiliados a las diversas corrientes políticas.  Pero, al ser convertidas en una mezcolanza de criterios democráticos, finalizan siendo un medio legítimo de conservar el poder o cambiarle el poder a otros, y, a la corta, logran ascender a altos cargos, transformándose en un problema para todos. Generalmente, los aspirantes  – hay excepciones que lo hacen por los ideales – no van detrás de grandes cometidos: se persigue el rédito que emana del posicionamiento político.

Los beneficios suelen ser incontables. Cómo desconocemos que saldrá de esa alquimia, creemos que debemos preocuparnos.
El pobre Nicolás Maquiavelo (1487-1527) es fuente de inagotable sabiduría al tratar sobre el realismo político, los buenos y malos artilugios a que debe recurrir un mandatario para gobernar (entendemos que observando el bienestar de sus gobernados). Por catorce años fue secretario de la República florentina. Para él “La relación entre moral y política se plantea en la verdad fáctica, es decir, en su realidad de hecho, y no según principios abstractos”. La realidad del Príncipe no funda argumentos respecto del “transfuguismo político”, (al menos así lo observamos nosotros), porque lo calificamos como un principio abstracto. Méjico abusó de esta concepción política, también lo hace el parlamentarismo español. Nuestra democracia lo ha incorporado para ser usado como si se tratara de un mecanismo usual y de buenas costumbres
El transfuguismo político parlamentario cambia en un solo movimiento de banca partidarias y de camiseta. Inferimos que cambiar de bando por conveniencia, es modificar la ideología política (político converso); ¡craso error!, el transfuguismo criollo da por sentado que el salto parlamentario no es para siempre, al igual que en el ámbito  laboral privado, es una mera circunstancia que conviene a ambos contendientes; por acérrimos que sean. Un tiempito a la derecha, otro a la izquierda – sin dejar de percibir haberes –  uno defendiendo el capitalismo y otro contra el despreciable capital, uno en favor del diálogo y otro de la insurgencia. Son  medidas que no manchan las traiciones. más bien ennoblecen las virtudes del legislador sacrificado en aras de su organización política. Hemos escuchado que son actitudes que se adoptan temporalmente para evitar la extinción del Partido (Partido en extinción). 

Se anticipan los candidatos

La puja, que se pone a consideración, muestra la poca renovación de sus actores. Son viejos conocidos que insisten en protagonizar el movimiento político que se avecina. Por ahora, la UCR se acomoda a Gustavo Posse (intendente de San Isidro) y a Martín Lousteau. Éste fue funcionario del gobernador Sola (entre otros cargos) y llegó a Ministro de Economía de la presidente Cristina Kirchner, con quien no terminó en buenas relaciones- Después, Mauricio Macri lo designó embajador en Estados Unidos; pero, renunció para competir con su partido. Hoy según sus expresiones, quiere poner en la misma vereda a los radicales para una nueva patriada. Son respaldados por radicales de larga trayectoria. Federico Storanim y Juan Manuel Casella. Ricardo Alfonsín, otro paladín radical, emigró al kirchnerismo.

El Partido Justicialista, y de acuerdo a su tradición combativa, presentará pelea en varios frentes: La señora Cristina Kirchner, alienta a los afiliados a apoyar a Alberto Fernández en la conducción del partido a nivel nacional. El presidente le retribuye aconsejando a los acólitos a trabajar en favor del señor Máximo Kirchner en la presidencia del Partido Justicialista Bonaerense. El poder de la mayor concentración peronista bajo la tutoría de una familia. El kirchnerismo busca simplificar las cosas, única manera de sobrellevar las dificultades judiciales que lo acosan. Veremos si lo logran. Ya salieron a jugar en la interna, Alberto Rodríguez Saá, junto a Gabriel Mariotto y Milagro Sala, En el frente “quieren que el PI apruebe su lista para competir o para negociar una lista unificada”. ya que cuentan con 85.000 avales certificados. Una cifra que mete presión al más pintado.

En la compulsa, también interviene el funcionario Sergio Berni y seguidores. Nuestro país tiene anotado en la libreta a mucha gente que quiere ser guía de nuestro porvenir.

¿Un porvenir mejorado, y lleno de esperanza. o que pasa por confirmar el destino que avizoramos? Los candidatos son los de siempre Hay tránsfugas y leales.

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