¿Porqué deberías saber que fue “Universo 25”?

Éste experimento arrojó pistas que sorprendieron a los científicos en su momento y que formaron muchas de las bases para los estudios sociológicos modernos

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  2:10 minutos    

  A mediados del siglo XX algunos etólogos (estudiosos de la conducta animal) quisieron hacer un experimento que permitiera realizar la simulación de una superpoblación humana.

  Resulta que un científico norteamericano llamado John Calhoun lideró un equipo que diseñó un “mundo ideal” en el que cientos de ratones podrían vivir y prosperar como especie en un ambiente “felíz”.

  Éste “Paraíso de ratones” se diseñó de forma tal que los animales tuvieran una ración permanente de comida, agua, lugar para anidar, protección contra depredadores, etcétera.

  El paraíso fue habitado, en un principio, por cuatro parejas de roedores y al poco tiempo de vivir en ésta abundancia comenzaron a reproducirse.

  Como todo sistema natural, experimenta un crecimiento logístico (muchas veces mencionado erróneamente como exponencial), así que la población de ratones aumentó rápidamente.

  Después de 315 días la reproducción comenzó a declinar (cosa totalmente esperable en un sistema logístico, ya que comienza a llegar a un límite natural de crecimiento).

  Algo muy interesante ocurrió cuando los ratones llegaron a ser 600 porque se formó una jerarquía entre ellos y así fue como aparecieron algunos ratones a los que los científicos llamaron  “miembros miserables”.

  Estos individuos eran más grandes físicamente y comenzaron a atacar al grupo, con el resultado que muchos machos “colapsaron” psicológicamente.

  Las hembras se protegieron y a su vez se volvieron agresivas con sus crías.

  A medida que el tiempo transcurría las hembras se volvieron más y más violentas, se empezaron a aislar y perdieron ánimos reproductivos.

  Así fue que la tasa de natalidad bajó estrepitosamente y también aumentó la mortalidad entre los miembros más jóvenes.

  Luego apareció una nueva clase de machos a la que los científicos denominaron “ratones hermosos”, los cuales tenían como principal característica el no querer aparearse con las hembras ni tampoco luchar por su espacio. Lo único que les interesaba era comer y dormir.

  Posteriormente los “ratones hermosos” y “las hembras aisladas” constituyeron la mayoría de la población.

  Después la mortalidad infantil alcanzó el 100% y la reproducción llegó a cero.

  Entre los ratones en peligro de extinción se observó homosexualidad y al mismo tiempo aumentó el canibalismo ¡a pesar de haber comida en abundancia!

  A los dos años de haber empezado el experimento nació el último “bebé ratón”.

  En el año 1973 murió el último ratoncito del “Universo 25”.

  El doctor John Calhoun repitió el mismo experimento 25 veces más y el resultado se repitió cada vez.

  En teoría la población debía colapsar cuando se alcanzara el límite físico en el que vivían los habitantes, sin embargo, inexorablemente la vida de la especie colapsaba mucho antes.

  El espacio de 6,8 m2 estaba previsto como ideal para una población de hasta 3.500 roedores, pero no se estaba ni siquiera cerca de ese número al momento de extinguirse.

  La razón de dicha “apocalipsis roedora” se debió a múltiples factores que no fueron tenidos en cuenta.

  Los síntomas más llamativos, de acuerdo a los resultados, fueron: movimientos erráticos (durante los cuales se cruzaban en los caminos que llevaban a la comida o a la madriguera) dando lugar a  situaciones agresivas entre miembros. Debido a esto un número de creciente de individuos se volvió apático. Éstos dejaron de interactuar con los demás y perdieron un papel significativo en la sociedad de ratones (los que anteriormente conté que llamaron “ratones hermosos”). El doctor Calhoun llamó a éste fenómeno “drenaje conductual” o “hundimiento conductual”.

  Aquellos individuos que comenzaron a copular con miembros del sexo, pasaron a hacerlo indistintamente con machos o hembras y luego pasaron directamente a no tener relaciones sexuales con ninguno.

  La población de ratones llegó a ser de 2.200 en el momento en que colapsó y empezó a declinar (recordemos que el máximo previsto era de 3.500, es decir que aún quedaba espacio para 1.300 roedores más).

  Éste trabajo científico se ha utilizado para interpretar el colapso social y su investigación sirve como punto focal para el estudio de la sociología urbana.

  El doctor Calhaun buscó paralelismos entre lo observado en la población de roedores y la humana.

  Autores como Jonathan Freedman realizaron sus propias investigaciones sobrepoblando los espacios de trabajo de estudiantes que se habían ofrecido como voluntarios. Las conductas agresivas y el estrés de los participantes aumentó en la medida que lo hacía la densidad de individuos.

  El factor desencadenante que terminó con los individuos fue el exceso de interacción entre miembros, ni el espacio, ni la disponibilidad de alimento, ni el recurso del agua.

  Si bien es muy difícil establecer una comparativa con los seres humanos porque nuestra sociedad es mucho más compleja y porque aún no se cuenta con una cantidad poblacional tal para que se genere el drenaje conductual, existen algunos países donde podría decirse que hay un cierto indicio de dicho drenaje (como podría ser en Japón con el llamado “Hikikomori”, el cual se ha descripto como un fenómeno psicopatológico y sociológico en el que las personas se retiran completamente de la sociedad durante al menos 6 meses y se recluyen en el hogar con el objetivo de evitar cualquier compromiso social como la educación, el empleo y las amistades).

  Para aquellas mentes inquietas que quieran averiguar más sobre éstas investigaciones les dejo a continuación el material bibliográfico que sirvió para elaborar éste pequeñísimo resumen:

  Calhoun, J.B. (1971). Space and the strategy of life. Behavior and environment. Springer.

Calhoun, J.B. (1973). Death squared: the explosive growth and demise of a mouse population. Proceedings of the Royal Society of Medicine.

Freedman, J. L. (1975). Crowding and behavior. W. H. Freedman.

Ramsden, E., Adams, J. (2009). Escaping the laboratory: the rodent experiments of John B. Calhoun & their cultural influence. Journal of Social History.

Arq. Jorge Hugo Figueroa.

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