Relatos para En Línea Noticias: «El viaje de noche», de Gustavo Ciuffo

Ediciones Independientes delaltillo ofrece la lectura de su catalogo: hoy, en exclusiva, el inicio de la novela «Una especie de insomnio», de Gustavo Ciuffo.


Este sábado Ediciones Independientes delaltillo invita a compartir relatos, cuentos, poemas y fragmentos de los libros de su catálogo.

En esta ocasión ofrecemos el inicio de la novela «Una especie de insomnio» de Gustavo Ciuffo, editada en el año 2020. La ilustración de tapa de esta obra es de Natalia Schumacher.

«El autor nos conduce a paso cansino en un principio y luego nos propone ir aumentando el ritmo hasta terminar con la lengua afuera, aturdidos por esa insondable noche pampeana, por el insomnio y por la certeza de haber sido testigos de una revelación» Carlos Verucchi en su reseña para En Línea Noticias.

El viaje de noche (fragmento)

El universo de esta noche tiene la vastedad del olvido y la precisión de la fiebre. En vano quiero distraerme del cuerpo. Y del desvelo de un espejo incesante. Que lo prodiga y que lo acecha. De “Insomnio”. J.L. Borges

La noche debería acabar de una vez por todas. El caso es que Bruno sabe que la noche debería acabar de una vez por todas. Pero hay un cielo limpio que se come toda la ruta allá afuera y es justamente esa remota profundidad de estrellas lo que lo mantiene despierto. Al conductor del remise solo le importa llegar cuanto antes a Buenos Aires y las dudosas condiciones de seguridad con la que toma una nueva curva dan cuenta de eso. En el asiento del copiloto Bruno baja la ventanilla, cierra los ojos y respira bien hondo. Es algo más que una pulsión física y sabe que podría pasarse la vida abandonado a esa sustancia de silencios que hace a la noche. No le caben dudas de que después del día intenso que le tocó, este es el momento más placentero de la jornada. Entonces levanta la vista, decide que definitivamente es lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo y quiere que el viaje no termine. Hay una claridad de neón débil que anticipa algún pequeño territorio urbano aunque también queda un resto de puro cielo hipnotizando a Bruno, que ahora quiere retroceder algunas horas y disparar un recuerdo cercano y nítido, un relámpago que dentro de poco dejará de estar latente en la superficie de su memoria. El flashback le devuelve una copia algo imprecisacon los preparativos de la serie de entrevistas que le tocó cubrir hoy en la pequeña ciudad de Cuatrovientos, con casi una veintena de testigos oculares, fuerzas vivas locales y varios charlatanes vernáculos que jamás presenciaron los hechos pero que no quisieron perderse sus cinco minutos de gloria en la prensa nacional. El cronista trata de organizar el recuerdo de los testimonios que escuchó a lo largo del día sin poder reconstruir un rompecabezas coherente. Procura inventariar las piezas más relevantes cuando el cimbronazo de las ruedas del remise que muerden la banquina en plena curva lo despabila de sus pensamientos.

-Qué bárbaro, ni un cartel de aviso, después se quejan cuando se mata tanta gente en la ruta -exclama el chofer que ha perdido toda posibilidad de resultarle seguro al periodista.

-Podemos ir más despacio -protesta Bruno, mientras trata de acomodarse en su asiento para recuperar la posición anterior.

El chofer frunce el ceño. Es un hombre bajo de apariencia compacta, uno de esos petisos macizos con talento para las distancias cortas y que parece ganar solidez cuando despliega su manejo sobre los controles del vehículo. El petisono hace ningún intento por bajar los ciento cuarenta kilómetros con los que ya comenzó a desandar una recta y susurra una pormenorizada puteada a alguien o a algo. El periodista esquiva la mirada del conductor, otorga un silencio conciliador y sus ojos planean por el paisaje raso que se extiende más allá del asfalto de la carretera. Miles de hectáreas que en otro tiempo fueron algo más que pasto fangoso y grandes laderas anegadas van quedando atrás en los fotogramas relámpagos que las luces del coche proyectan a gran velocidad. La intermitencia de este campo visual expulsa la mirada de Bruno muy lejos. Su vista recorre el contorno de la llanura cerrada y ese horizonte inmenso le da el efecto rebote que busca para que su cerebro pueda ordenar la información. Lo consigue. Después de casi una hora de viaje desde que salieron de Cuatrovientos, al fin logra hacer un croquis del estado de situación. Entonces se sitúa a unos noventa kilómetros de allí, en ese poblado de apenas un millar de almas que va dejando atrás y en el que pasó toda la mañana y la tarde recogiendo datos. Escarba en el fondo de su mochila y encuentra el pequeño bloc de tapas negras y hojas cuadriculadas que le viene siendo de tanta utilidad.

La libreta le sirve al periodista para aclarar las cosas y comienza a escribir aprovechando los destellos de los vehículos que avanzan de frente por el otro carril de la ruta:

CUATROVIENTOS — MADRUGADA DEL SABADO –

INTENTO DE FUGA EN   NEUROPSIQUIATRICO

POCOS TESTIGOS –

SAQUEO DE LA FARMACIA DEL PUEBLO –

INCIDENTES VARIOS —

INTERVENCION DE LAS AUTORIDADES –

0 VICTIMAS-

SITUACION CONTROLADA

  FIN DE LA NOTICIA

Continúa..


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