Fiesta de San Maximiliano Kolbe: “No olviden el amor”
Escribe María Habjan, Voluntaria de la Inmaculada Padre Kolbe – Tandil

María Habjan (*)
Hoy, 14 de agosto, celebramos la fiesta de San Maximiliano Kolbe, invocado como “patrono de nuestros difíciles tiempos”. ¿Quién es Kolbe? En el campo de concentración de Auschwitz tan solo un número entre miles: el Nº 16670. Llega allí a fines de marzo de 1941, junto a otros 700 compañeros. En ese lugar de exterminio será recordado como el hombre que salió de las filas, el que dio un paso al frente y ofreció su vida por otro prisionero, un padre de familia que pedía no morir para volver a ver a su familia, su esposa y sus hijos. Nos situamos en el hecho… En el campo se produce una fuga entre los prisioneros, la ley, ya estaba dictada: por uno que se escapara, diez debían “pagar” y bajar al “bunker de la muerte” condenados a morir de hambre y de sed. El oficial a cargo elige al azar. Alguien llora, es un padre de familia, que se desespera al haber sido señalado para morir; Kolbe escucha y su corazón se conmueve y habla – cosa no permitida en el campo-: “Yo ocupo su lugar, quiero morir por él”. Para los oficiales cambiar uno por otro no significó nada, en cambio, para el prisionero salvado significó volver con los suyos, su familia; para los otros nueve, ser acompañados y ayudados a bien morir. Aquel 14 de Agosto de 1941 necesitan la celda para ejecutar a otros. Kolbe está con vida, entra el verdugo con una inyección letal y así quiebra la vida del Nº 16670,
Maximiliano María Kolbe, el sacerdote católico, el franciscano hijo dilecto de San Francisco de Asís, el santo de la solidaridad y mártir de la caridad el que había dejado como legado a sus frailes de la Ciudad de la Inmaculada de Polonia: “No olviden el amor”.
Kolbe tuvo un gran ideal: “hacer conocer y llevar a la Inmaculada a todos los hombres, para que por medio de Ella lleguen a Jesús”. Eso lo escribió, lo vivió y lo propagó fundando dos ciudades en Polonia y en Japón desarrollando una amplia labor editorial con la creación de una revista “El Caballero de la Inmaculada”para sostener la fe del pueblo polaco y animar siempre más a expresar su devoción a la Virgen.
Fundó el Movimiento de la Milicia de la Inmaculada, movimiento católico, mariano, misionero en 1017 en Roma, difundido hoy por todo el mundo. Sus miembros se consagran en total entrega, sin límites a María, la Virgen Inmaculada siendo en sus manos – como lo fue Kolbe – instrumentos del amor que ella en beneplácito y total misericordia de Dios derrama sobre el mundo.
Este gran santo, patrono de las familias, nos vuelve a decir hoy a nosotros que transitamos nuevos desafíos: “No olviden el amor”, no tengan miedo de entregar sus vidas a María y dejar que ella los vaya guiando a alcanzar la santidad en el deber de cada día y en la donación y servicio a los demás, para proclamar al mundo la verdad y el amor sobre el error y el odio que en estos tiempos son los males que asfixian al hombre y no lo dejan crecer y mirar a lo alto”.
(*) Voluntaria de la Inmaculada Padre Kolbe – Tandil – [email protected]
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