Inundación del 80: A 42 años de la mayor tragedia de Olavarría en su historia
30 mil evacuados, muertos, desaparecidos, pérdidas económicas incalculables en Olavarría.
Fue en abril de 1980 y el mes había comenzado en Semana Santa. El clima benefició esos días, para que el fin de semana de la festividad religiosa viajen a distintos puntos del país. Quienes llegaron a costa Atlántica, hasta pudieron entrar al mar.
Fue el último coletazo vacacional, tras un verano que se había despedido con una ola de calor tan demoledora como para que se suspendieran las clases el 20 y el 21 de marzo, luego que la actividad escolar se venía arrastrando, desde hacía días, de manera realmente intolerable.
Hay una noticia que convoca menos la atención de los olavarrienses: lluvias en la Provincia e inundación en la zona: hay corte de vías a la altura de la estación Pardo y en la cercana Cacharí se pasaron momentos de zozobra ante la irrupción de un torrente. Hay cientos de evacuados en el área central bonaerense.
Por el desborde del Canal XIl se afecta la zona de Tapalqué, Rauch y Belloso. Esta última población está seriamente afectada por la altura de las aguas. Las comunicaciones son normales y, si bien el servicio ferroviario opta por el ramal de General Alvear para llegar a Olavarría, la ruta 3 está habilitada, sin dificultades.
Olavarría contaba hasta con noches estrelladas; luego el tiempo desmejoró; la noche del sábado 26 al domingo 27 llovió torrencialmente. Antes, por estación López, en el partido de Juárez, habían llovido 130 milímetros nada más que en seis horas. Por la zona de Sierra de la Ventana comienzan las dificultades y los trenes a Bahía Blanca optan por la vía la Madrid, dejando de lado la vía Pringles. Hacia el norte se señala el desplazamiento de las aguas rumbo a la bahía de Samborombón.
Ya en Cacharí se advierte mejoría en la situación y se piensa en el regreso de los 260 refugiados que están en Azul, buena parte de ellos en `, galpones del Ferrocarril Roca y contando con la asistencia de la Cruz Roja y aprovisionamientos por la vía de la cocina volante del Regimiento de Tanques «Húsares de Pueyrredón».
La mañana del domingo 27 los madrugadores, especialmente los residentes en el área aledaña al Arroyo Tapalqué advirtieron la fuerte subidas de las aguas, además de incontenible, creciente. La expectativa no da para mucho, no deja margen. La voz de orden, impartida por la realidad, por la necesidad, no es otra que evacuar.
El doloroso éxodo de los olavarrienses comienza con los vecinos del Tapalqué; prácticamente sin tiempo procuran salvar lo que es más elemental; pero nunca puede ser mucho. La invasión de las aguas apura el abandono de hogares o locales comerciales. El arroyo crecido deja de ser un espectáculo para la curiosidad, por cuanto debe recordarse que era algo así antes de mediodía.
Pero ese 27 de abril de 1980, el Tapalqué se desbordó en magnitud. Los vecinos continuaban la retirada. Ya no eran solamente los de la avenida Brown, los de Vergara, Riobamba y Cerrito. También los de Lavalle y Alsina… Sin embargo «nadie creía» lo que estaba pasando. Hasta que no le pasaba. Cuando llegó la noche gran parte de la ciudad estaba cubierta; al día siguiente, la mañana dejó ver un lento retroceso que persistió. Pero, a la tarde del lunes 28, comenzó a llover copiosamente, llegó la noche y fue la más trágica por cuanto el martes 29 el aumento tenía niveles increíbles.
Para ese entonces ya estábamos solos, incomunicados. Solamente había aprovisionamiento de gas. El agua se había llevado todo. Era otra Olavarría la que se veía, la que estaba quedando. (Olavarría Increíble, Pedreira Publicidad – Fotos Chino Merlos)
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