Jorge Mario Galdos: «Haber podido ejercer la función judicial durante 37 años fue una tarea hermosa»


Días atrás se conoció que el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof aceptó la renuncia del Juez olavarriense Jorge Mario Galdos quien durante años se desempeñó en el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires culminó su exitosa carrera como miembro de la Cámara de Apelaciones en lo Cívil y Comercial con asiento en la ciudad de Azul

Galdos fue entrevistado por Fabián Sotes para el Diario El Tiempo de la ciudad de Azul donde desarrolló interesantes conceptos sobre su paso por el Poder Judicial de la Provincia.

De 66 años de edad y nacido en Olavarría, Jorge Mario Galdós señala que «laboralmente soy azuleño». Esa definición tiene que ver con que, desde que ingresara al ámbito de la Justicia allá en el año 1984, primero como titular del Juzgado Civil y Comercial número 1 y después como miembro de la Sala II de la Cámara Civil y Comercial, siempre trabajó en Azul. Oficialmente dejó el Poder Judicial el 1 de junio pasado, cuando el Gobernador bonaerense aceptó la renuncia que se tradujo en su retiro de la función pública.

A modo de balance, su paso por la Justicia también forma parte de los temas tratados en esta entrevista. Y Galdós, al respecto, confiesa: «En este momento me deja un poco de nostalgia que, creo, me va a acompañar no sé si toda la vida pero durante mucho tiempo. Me deja también una gran gratificación y una satisfacción fenomenal. Haber podido ejercer la función judicial durante 37 años fue una tarea hermosa. No por eso quiero decir que no tiene sinsabores ni momentos difíciles, como en todas las actividades y en todos los trabajos. Pero he sido muy feliz, tratando de cumplir de la mejor manera posible y con el mayor entusiasmo esta función. Poder hacer lo que a uno le gusta y tener para eso entusiasmo, vocación y pasión es casi un privilegio porque uno es feliz haciendo su trabajo. Haber pasado once años en una primera instancia y luego por la Cámara implica una acumulación de experiencia y aprendizaje muy rico».

«Decidí retirarme de la actividad judicial para poder seguir ejerciendo a full la académica. O sea, las clases. También, para seguir escribiendo y compartiendo todo este aprendizaje y experiencia desde lo que los autores llamamos la doctrina, que es lo que se dice desde los libros, los trabajos, las conferencias y las charlas». A favor de eso Galdós también tiene para mostrar, teniendo en cuenta lo que fuera su condición de juez, lo que él sostenía desde la jurisprudencia.

La confluencia de la doctrina y la jurisprudencia le ha servido para darle forma a ese tratado que presentará este jueves. También, para que durante todos aquellos años en que estuvo en el servicio de justicia pueda «tener esas distintas visiones de los fenómenos jurídicos de la realidad. Y sobre todo, de la búsqueda de soluciones judiciales para los problemas civiles, comerciales y de familia, que son muchos, se presentan cada vez más complejos, son más frecuentes y en mayor cantidad».

«Un antiguo juez de Azul ya fallecido, el Dr. Víctor Julio Borghi, que fue juez de la Cámara Civil y Comercial, una vez me dijo que lo importante para un juez es poder ‘dar en el clavo’. Es decir, encontrar la solución justa, la mejor. O como decían los romanos, ‘dar a cada uno lo suyo’. Y esa es una actividad apasionante», admite sobre aquello que siempre buscó y trató de conseguir mientras se desempeñó como juez.

El nombre de Jorge Mario Galdós quedará para siempre asociado a la reforma más reciente del Código Civil y Comercial argentino.

En vigencia desde 2015, para participar en la confección de ese nuevo código fue convocado por los ministros de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y Helena Highton de Nolasco y por la jurista mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci, quienes fueron los miembros de la Comisión de Juristas que redactó la propuesta del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

Su participación en el anteproyecto de reforma estuvo ligado, obviamente, a lo atinente a la Responsabilidad Civil.

Su aporte a través de los grupos que se conformaron sirvieron para darle forma a lo que el ex camarista considera que ha sido «una obra magnífica».

Durante casi un año, en esos equipos que integró -de los que también formó parte el azuleño Fernando Sagarna- «trabajamos con entusiasmo en el armado de los proyectos y las explicaciones», lo que incluía no sólo un activo intercambio de mensajes por correo electrónico con los demás especialistas convocados desde diferentes lugares del país, sino también varias reuniones presenciales.

«Fue un trabajo muy fecundo» dice ahora sobre aquella reforma que, más allá de que le dé pudor admitirlo, no deja de tener su impronta y seguramente será para él su mayor alegría y orgullo a la hora de hacer un balance sobre su paso por la función pública a través de su desempeño en el Poder Judicial de Azul.

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