Libros | Tiempo de lectura


Libros / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

El encierro al que nos obliga la cuarentena nos invita a claudicar, sin atenuantes ni condicionamientos, frente al abominable y al mismo tiempo irresistible vicio de la lectura. Leer sin sentir culpa por no estar ahí afuera, contribuyendo a mantener en movimiento la infame pero imprescindible maquinaria del mundo, constituye una oportunidad de la que la humanidad no gozaba desde los tiempos anteriores a la Revolución Industrial. Disponer, libre e ilimitadamente de tiempo improductivo, pareciera ser uno de los efectos colaterales más apreciables de la tragedia que nos azota, porque, convengamos en que nada puede haber más estéril en el mundo capitalista-comunista que la lectura de una novela.

Son varios (y obvios) los títulos que han tomado la delantera en este inesperado regreso de la humanidad a la lectura. El primero de ellos, record de ventas en Europa, es la clásica novela de Albert Camus, “La peste”. Como todo gran libro admite múltiples lecturas. La más superficial se limita a los acontecimientos que suceden en la ciudad de Orán cuando una epidemia implacable azota a sus habitantes. Detrás de lo anecdótico de la peste, Camus despliega su notable capacidad para dejar al desnudo las miserias y las virtudes más entrañables a la condición humana. Con un tinte kafkiano, el autor se vale de la epidemia para reflexionar sobre la condición humana y el carácter absurdo de la existencia.

Una lectura más desconfiada, sin embargo, considera a la peste como una metáfora de la invasión Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, la reacción que presentan ante la peste los distintos personajes de la historia sería, de manera elíptica, el compromiso de los franceses con el movimiento comúnmente conocido como “la resistencia” o, en caso contrario, la actitud “colaboracionista” de algunos otros. Teniendo en cuenta que “La peste” fue publicada originalmente en 1947, es probable que haya sido escrita o concebida antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, en tal caso, no resulta improbable que el autor haya pretendido denunciar la ocupación Nazi a través de su texto.

Otro fenómeno literario actual gira en torno a “Ensayo sobre la ceguera” publicada por José Saramago en 1995. La novela de Saramago narra una pandemia de ceguera blanca que se extiende por todo el mundo. Ensayo sobre la ceguera fue definida por el propio autor como “la novela que plasmaba, criticaba y desenmascaraba a una sociedad podrida y desencajada”. Ante una situación crítica e inesperada, los personajes responden de maneras completamente diferentes. El miedo que paraliza, el recurso de la violencia como justificación burda y extrema del privilegio, el altruismo incondicional, la estupidez, que como afirmaba Borges es a veces más perniciosa que la maldad.

Para aquellos que aún no han leídos estas novelas, resultan sumamente recomendables para estos tiempos, dos grandes autores y dos de sus obras más emblemáticas. Aquellos que ya lo han hecho, pueden, perfectamente, reencontrarse con los personajes inolvidables de una y otra. Caso contrario, podemos sugerir “La montaña mágica” de Thomas Mann o la más cercana en tiempo y espacio “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez.

No hay excusa ni pretexto, a ¡leer!, entrañables seguidores de esta modesta pero obstinada columna.

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