Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad (TDAH): el rol fundamental que desempeña el diagnóstico médico

Buenos Aires, 13 de julio de 2023 – Cada 13 de julio se conmemora, con motivo de
sensibilizar y concientizar a la población mundial, el Día Internacional del Trastorno por
Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Se trata de un trastorno del neurodesarrollo
que afecta el aspecto conductual, social, emocional y el rendimiento académico de niños,
jóvenes y adultos, dado que si bien suele comenzar a manifestarse en la infancia, algunas de
sus características pueden persistir en la adultez.


“El TDAH es un cuadro de origen neurobiológico que se puede presentar en aquellos que
tienen la predisposición genética, la cual se expresa por cuestiones vinculadas con el
embarazo, parto o período perinatal. Algunos de los signos que pueden presentar los niños
que desarrollan el trastorno son: dificultad reiterada para concentrarse, dificultad para
jerarquizar los temas relevantes a focalizar, falta de atención en los detalles, dificultad para
escuchar, impaciencia, impulsividad, entre otros”, expresa la Dra. Andrea Abadi, Directora
del Departamento Infantojuvenil de INECO.


“Sin embargo, es necesario aclarar que no todo niño que se dispersa o es inquieto presenta
este cuadro. En ese sentido, el diagnóstico médico resulta fundamental para poder despejar
dudas y tener una mayor certeza sobre cada caso en particular”, agrega Abadi.


Es importante entender, además, que el TDAH no sólo impacta en el desarrollo escolar de
un niño o adolescente, sino también en los diferentes ámbitos de inserción. De este modo,
puede afectar su posibilidad de rendir adecuadamente, su capacidad para sostener
actividades recreativas o hobbies, y sus vínculos con pares por tiempos prolongados. Frente
a estas dificultades, las familias se agotan, los vínculos familiares se resienten y el tiempo y
esfuerzo que esto conlleva afecta la calidad de vida del niño o adolescente y de su familia.


Con respecto al TDAH en adultos, son frecuentes las consultas de personas que presentan el
trastorno en esa etapa de la vida y que no tuvieron diagnóstico en la infancia. “Incluso, esta
población suele llegar a la evaluación por las consecuencias que tiene el TDAH en su vida
cotidiana o por otros problemas que suelen presentarse de forma simultánea, tales como los
trastornos de ansiedad y la depresión”, afirma el Dr. Pablo López, psicólogo y Director
Académico de Fundación INECO.


En línea con ello, el profesional plantea que el TDAH es un síndrome con una alta carga
hereditaria. En ese sentido, los estudios indican que la presencia de antecedentes familiares
de este trastorno en los padres y madres de los niños diagnosticados con este problema es
siete veces mayor en comparación con las personas que no presentan este trastorno. Por
este motivo, en muchas ocasiones, los adultos arriban al diagnóstico tras haber consultado
por alguno de sus hijos.

“Al igual que en niños y adolescentes, los síntomas del trastorno en adultos tienen una intensidad tal que provoca serias consecuencias en la vida de las personas, entre las cuales se encuentran: problemas económicos de gran magnitud debido a las dificultades que tienen en la planificación y en la organización, conflictos interpersonales por continuos olvidos de compromisos, llegadas tardes, respuestas impulsivas, dificultades para mantener empleos, entre otras”, explica el Dr. López.


Uno de los problemas que se presenta al momento de realizar el diagnóstico en personas
adultas es que la hiperactividad suele decrecer con la edad, pudiendo expresarse como una
sensación subjetiva de inquietud. No obstante, ante la presencia de algún tipo de síntoma
compatible, poder consultar con un profesional es clave para poder trabajar en ello y
controlarlo.

“Para lograr diagnosticar adecuadamente el TDAH, es sumamente importante realizar,
además de una entrevista clínica con un especialista en psiquiatría, una evaluación
neuropsicológica completa, la cual incluya una prueba de las funciones cognitivas, ejecutivas
y de la cognición social. De esa manera, se podrá conocer el perfil cognitivo del paciente y
establecer objetivos de tratamiento de acuerdo a lo que precise”, menciona la Lic. Mariana
Vicente, integrante del Departamento de Neuropsicología de INECO.


Asimismo, la profesional agrega: “Teniendo en cuenta las dificultades que presentan las
personas con diagnóstico de TDAH, es necesario que se incluyan pruebas específicas que
evalúen también la atención dividida, la memoria de trabajo, el control inhibitorio, la
anticipación, la organización, la flexibilidad cognitiva y el multitasking. Asimismo, es
relevante incluir una evaluación específica de cognición social en donde se evalúan aspectos
tales como la toma de decisiones”.

Las pruebas ecológicas también resultan de gran utilidad dado que se asemejan a tareas que
la persona realiza en su vida cotidiana, motivo por el cual ayudarán a detectar una actuación
que sea similar a la que el paciente suele desarrollar, sintiéndose en un entorno que le
resulte familiar y conocido.


Al arribar a un diagnóstico adecuado, se podrá llevar adelante un tratamiento personalizado
en función de los resultados alcanzados en el paciente. Generalmente, se suele realizar un
entrenamiento ejecutivo, con el fin de incorporar estrategias para disminuir las dificultades
observadas en su vida cotidiana.

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