1983. ¿Democracia?

Opinión / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

El profe de matemática de la Escuela Industrial era uno de los que más se prestaba a dedicar parte de su clase a hablarnos de política. Nosotros sentíamos la agradable sensación de que estábamos siendo testigos de un cambio histórico de grandes proporciones. Nos mataba la ansiedad por saber quién ganaría en las elecciones convocadas por el Proceso para el 30 de octubre.
Cansado de nuestras preguntas, el profe nos propuso un experimento muy sencillo para averiguarlo. Tomen un papel y anoten en él el nombre del candidato que ustedes votarían si tuvieran que hacerlo. Los papelitos se fueron apilando sobre el escritorio del profesor, prolijamente doblados para esconder el nombre que cada uno había escrito. De inmediato empezó el cómputo de votos. Alfonsín le ganaba a Luder por un voto de diferencia.
Después de la guerra, los militares se tomaron un tiempo para desarmar ciertas estructuras terroristas que funcionaban desde el Estado y para esconder pruebas o evidencias de la represión. Unos meses después habilitaron a los partidos políticos y llamaron a elecciones. Nunca voy a olvidar ―y nunca volví a vivir― la efervescencia y el optimismo que se sentían en las calles ese año.
De pronto se empezó a hablar de desaparecidos y se conocieron las atrocidades perpetradas por el Proceso en defensa de la patria, la moral y las buenas costumbres. Con la complicidad, obviamente, de eso que hoy llaman el “poder real”, es decir el poder económico que se mueve en las sombras y decide el futuro del país. Es decir, el verdadero poder, o el poder a secas, los mismos que tiempo después aplaudían, en nombre de la democracia, que Videla fuera encarcelado. Anchorena abandonando a Rosas en el exilio después de haberse valido de él para construir su fortuna. Una vez más… la historia se repite primero como… No, mejor no lo digo: hay lectores que se horrorizan porque un humilde columnista confiese haber leído a Marx.
Ese año Charly García sacaba Clics modernos, posiblemente uno de sus mejores discos, con canciones que hacían referencia directamente a los horrores de la dictadura.
Independiente ganaba el metropolitano de ese año y Estudiantes de la Plata se quedaba con el Nacional. Bilardo se hacía cargo de la selección nacional y con jugadores de ambos equipos, Independiente y Estudiantes, comenzaría a delinear un ciclo muy exitoso para nuestro fútbol.
El aire de la primavera tenía otro aroma; las miradas eran distintas, las sonrisas más espontáneas: volvía la democracia. ¿Sería realmente así? Dentro de algunos domingos daremos nuestro punto de vista, por ahora a recordar esa primavera inolvidable del 83. Aunque muchos ya no estaban.

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