Tiempo de pantallas


Escribe Lic. Marcela Blaufuks

Cierro los ojos y recuerdo mis días de estudiante. Sentir el sol en la cara, las manos en el césped y mis amigas charlando eran de los momentos más placenteros. Parecía que todo se detenía. Años más tarde, mi maternidad combinó mi trabajo como Directora de una escuela enorme y las demandas familiares. Mi relax era contemplar  el paisaje camino al campo. Disfrutaba de la música mientras el tiempo pasaba lentamente .El tiempo vuela o el tiempo es dinero, parece que nada ni nadie escapa a la exigencia de su optimización  tan arraigada en nuestras vidas que hasta parece natural y sin lugar a dudas no lo es. De hecho, me levantaba a la madrugada a escribir, a planificar, a organizar cada espacio de mi agenda. Viví con el celular veinticuatro por veinticuatro. Siempre disponible a cualquier hora y en cualquier lugar. La era del nómade volvía dejando el teléfono de línea y dando soluciones a la vida moderna a partir del teléfono móvil. Las rutinas en las que crecí ya no eran suficientes.  Pekka Himanen escribe: Linux, Internet y el ordenador personal no se desarrollaron en una oficina, de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Cuando Torvalds programó sus primeras versiones de Linux solía trabajar de madrugada y cuando se cansaba, dejaba de elaborar la codificación y se dedicaba a jugar con el ordenador. Esta relación libre con el tiempo es típica de los hackers personas que les gusta seguir su propio ritmo. Cuando pensamos en la sociedad red, interconectada globalmente por tecnologías de la información y comunicación descripta por Manuel Castells,  las redes constituyen la estructura de la sociedad moderna y pareciera que hay una especie de relajación del tiempo. Sin embargo su relación con él, no difiere con la construida en la sociedad industrial.

   En la era de la información y la economía informacional el paradigma aflora, los rápidos cambios tecnológicos hacen urgente llegar  a los consumidores con lo nuevo antes que la competencia. Ejemplos de ellos son Amason.com, Netscape y Dell Computer.  Recorrer sus historias de aciertos y fracasos nos acercan a comprender la relación. En este sentido Jeff Bezos expresa que cuando algo llega a crecer 2300 por ciento en un año es preciso moverse de prisa. En comparación con la Ley de Moore y sus incrementos constantes cada dieciocho meses estos datos sumados a la irrupción de la Inteligencia Artificial parecen lentos.

   Actualmente la comprensión del tiempo consiste en muchos casos  en traer el futuro al presente. Se tarda mucho en adquirir habilidades por lo que trabajar en aquellas que consideramos nucleares es de importancia. Castells se concentra en ellas y en establecer redes según las necesidades cambiantes enmarcados en un “proyecto” destacando que en la cultura de la velocidad, la inmovilidad es aún peor que la lentitud.

  En una vida “optimizada” hasta el tiempo libre se vive como una agenda empresarial.  Vemos como el tiempo de los niños se programa. Arlie R. Hoschschild en Time Bind describe cómo la vida cotidiana se ha taylorizado o automatizado entrando en la gestión de la vida cotidiana el trabajo en red.  Aparece el “tiempo de calidad” agendando cada evento que debemos compartir evitando lo ineficiente. Hemos interiorizado la cultura de la velocidad y creemos que los niños lo viven como natural. En este sentido Hoschschild comenta que la atención prestada al tiempo que se pasa con los hijos encierra la idea de que programar períodos intensos en común puede compensar la pérdida general del tiempo de modo tal que una relación no sufra pérdida alguna de calidad.

  Lejos de ser liberadora   la vida modera se  nos representa en permanente movimiento ocupándonos a todas horas de asuntos que no pueden esperar. Honore cita a  Larry Dossey, médico estadounidense que acuñó el término «enfermedad del tiempo» para denominar la creencia obsesiva de que «el tiempo se aleja, no lo hay en suficiente cantidad, y debes pedalear cada vez más rápido para mantenerte a su ritmo». Hoy, todo el mundo sufre la enfermedad del tiempo.

   Parece que el futuro está escrito pero cuando algo nos inquieta merece que apelemos a la libertad de elegir, de pensar. La ética del trabajo se ha desmadrado y la ética en las relaciones no queda exenta. Confiar en la incomodidad y atenderla, es crear conciencia, es pensar los procesos y educar en nuevas posibilidades. Naturalizar la velocidad, la ausencia y permanente disponibilidad que nos desconecta de lo importante es sucumbir ante la imposición de modos que nos dañan como personas y como sociedad. Retomo a Honore: vivir como adultos muy atareados deja poco tiempo para la actividad propia de la infancia: ir por ahí con los amigos, jugar, soñar despiertos… También tiene efectos nocivos sobre la salud, ya que los niños son aun menos capaces de adaptarse a la privación de sueño y el estrés que constituyen el precio de llevar una vida apresurada, frenética. Los psicólogos especializados en el tratamiento de adolescentes que padecen ansiedad ven ahora sus salas de espera con  niños de hasta cinco años, que padecen trastornos estomacales, dolores de cabeza, insomnio, depresión y trastornos alimentarios. La salud es un área sensible e impacta en las demás como mal de época. El multitasking lejos de ser una ventaja es un mito probado por la neurociencia y ellas…las pantallas,  eternas estimulantes que nos proponen maratones de series, reels e historias que escalan hasta consumir gran parte de nuestra atención son parte del paisaje cotidiano.

   Vuelvo a los hackers y su relación con el tiempo. Ellos no suscriben al lema “el tiempo es dinero” sino más bien “mi vida es mi vida” como escribe Castells. Intento pensar profundamente en una era atiborrada de datos, ruido y distracciones. Elijo construir lentamente, recuperar la espera, disfrutar las relaciones y gozar de los logros, aprender de los errores alejándome del fast thinker. En tiempo de pantallas “el tiempo” es un valor en sí mismo. Pausar, pensar y elegir cómo seguir es parte del futuro que deseamos vivir.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Content is protected !!