Una recorrida por el rock nacional


Opinión / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

El viernes pasado se presentó en el Centro Cultural Universitario de Olavarría el músico Fernando Samalea. Samalea es percusionista, bandoneonista y escritor, y presenta una rica trayectoria que lo llevó a tocar con músicos como Charly García, Gustavo Cerati y Andrés Calamaro entre muchos otros.

En la tarde del viernes, ante un nutrido público en el que abundaron músicos jóvenes, Samalea ofreció un rápido recorrido por algunas de sus experiencias musicales, giras con Charly, discos grabados en estudios de primer nivel mundial, colaboración con músicos extranjeros y, lo que resulta muy interesante para los que están comenzando, la experiencia de vida en sus inicios, la perseverancia, la habilidad para rodearse de buenos maestros y la receptibilidad siempre sensible para aprender de todos.

La charla, totalmente amena y distendida y en formato de ronda (Samalea se negó a hablarle al público en modo aula convencional en el que el profe habla de frente a la clase), resultó muy enriquecedora para todos los concurrentes, a los que prácticamente hubo que pedirles por favor que dejaran que Samalea se fuera al Teatro Municipal para hacer la prueba de sonido del recital que daría por la noche.

La posibilidad de espiar en la intimidad de músicos admirados por todos, como el propio Charly por ejemplo, permite comprender que detrás de las posturas más visibles, desdén por cualquier tipo de formalidad, carácter bohemio, descuido en la forma de vestir, aparente delirio mental en las declaraciones, etc., existe una faceta sumamente profesional que implica prolongadas horas de ensayos, la rutina horaria para los encuentros, la búsqueda permanente de la armonía perfecta entre cada instrumento y la firme convicción de que nunca se termina de aprender.

El músico destacó que el rock, como movimiento cultural, ya no es sinónimo de filo delincuencia como lo era en sus inicios, al contrario, hoy pasó a ser algo no sólo bien visto sino incluso aceptado con agrado por gran parte de la sociedad.

Cuando alguien del público plateó la inconveniencia de hacer música desde Olavarría, aislados, lejos de la capital y del movimiento musical más destacado, Samalea desestimó esa condición como limitante para el crecimiento de un músico. Ustedes tocan en Olavarría y sueñan con ir a tocar a Capital, pero los músicos de Capital también sueñan con ir a Nueva York, porque entienden que no pueden crecer como músicos si no lo hacen. Todo es relativo, todo es cuestión de perspectiva, no hay excusas para dejar de hacer música.

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