Lo que Borges no dijo
Opinión / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)
En uno de sus libros sobre fútbol, el argentino Jorge Valdano (ex jugador del Real Madrid y campeón del mundo con Argentina en el 86), cita a Jorge Luis Borges. “Todos somos iguales hasta en la pretensión de sentirnos distintos”, dice Valdano que dice Borges.

La frase tiene, obviamente, un tono borgeano por su ironía y por esa especie de crueldad con la que Borges permanentemente intenta hacernos notar nuestra irrelevancia. Le pido al Chat GPT que busque de qué texto proviene la cita y su respuesta me sorprende, después de revisar toda su obra, todas sus conferencias y entrevistas y las cartas que se hicieron públicas, la frase no aparece. Borges nunca dijo eso, nunca lo escribió, Valdano cayó (o tal vez nos hizo caer a los lectores) en uno de los juegos que más le gustaban al propio Borges, el de las citas falsas o incomprobables.
Hay, sin embargo, algo que me debería haber hecho sospechar desde un principio, “Todos somos iguales hasta en la pretensión de sentirnos distintos” no responde a ninguna métrica convencional, algo impropio en Borges. Tampoco tiene una respiración cómoda. Contando las sílabas en métrica española y considerando las sinalefas, la frase, si hubiera querido ser un verso, tiene 18 sílabas.
Lo mismo podría haber dicho Borges con un verso Alejandrino: “Todos(2) so-mos(4) i-gua-les(7) // en(1) la(2) ma-ní-a(5) de(6) ser-dis-tin-tos(14). Cumple con las 14 sílabas (7 más 7), mantiene el sentido, la sonoridad más limpia y sigue siendo borgeanamente irónico.
O bien podría haber sido un verso endecasílabo a riesgo de perder claridad: So-mos(2) i-gua-les(5) por(6) sen-tir-nos(9) o-tros(11). Cumple con las 11 sílabas, es más sutil y poético, pero pierde el sentido.
En fin, esto de repasar la métrica clásica de la poesía española me remite a otros versos maravillosos de Borges (estos sí son auténticos y están en “El oro de los Tigres”):
“No haber caído,
Como otros de mi sangre,
En la batalla.
Ser en la vana noche
El que cuenta las sílabas.”
No deja de ser para Borges el mero hecho de escribir poemas una especie de fraude del destino. Atendiendo a una lógica medieval, el autor de El Aleph, se lamenta de no haber justificado su vida siendo atravesada su garganta por el acero de una espada.
Hasta el domingo que viene.