Carlos Balcedo es el dueño de las calles de Olavarría
Por las calles de Olavarría el lapridense Carlos Balcedo se siente como en hábitat natural. De punta a punta, desde que tomó la subida del puente Lucio Florinda hasta la llegada, se adjudicó este martes la XXV de la prueba pedestre “Día del Trabajador”, con un tiempo de 31m 04s para cubrir los 10 kilómetros de un recorrido que tuvo largada y llegada en el interior del Parque Carlos Guerrero.
Balcedo llevó una pelea sin cuartel con el keniata Julius Rono hasta los últimos 2000 metros; el africano quedó segundo con una marca de 31m 23s; tercero el pampeano Cristian Alfonsín (que conformó el trío de punta hasta el kilómetro siete) con 31m 25s, y cuarto fue Gustavo Fernández, el mejor olavarriense, con 32m 17s.
Entre las damas se también repitió la ganadora, la lapridense representante panamericana Nadia Rodríguez, con una marca de 34m 55, y Rosana Luisetti con su quinto lugar volvió a ser la atleta local mejor clasificada en la prueba.
No siempre un atleta elige como estrategia de carrera tirar en la punta desde el mismo disparo de largada y Carlos Balcedo así lo hizo. Antes de subir al puente ya se había desprendido del pelotón para encabezar un reducido grupo de atletas que conformaban el marplatense Ezequiel Monín, Cristian Alfonsín, Gustavo Fernández, Jorge Stud y el keniata Julius Rono.
En el turno de doblar hacia Chacabuco se produjo un leve distanciamiento de Balcedo, Monín y Alfonsín con el resto de los escapados, y en el codo de Bolívar se mezcló el africano Rono. Este cuarteto llevó el peso de la primera parte de la competencia, y así estaban las posiciones cuando pasaron a la altura de la calle San Martín y el Arroyo Tapalqué, con más de cincuenta metros de distancia sobre Fernández y Stud.
El circuito propuso curva y contracurva primero en dirección a Colón y enseguida para tomar una larga recta sobre Cerrito. En los primeros metros los líderes ya habían equiparado la marcha de los punteros en la prueba para atletas en sillas de ruedas.
Cuando les tocó pasar a espaldas de la tribuna de cemento sobre la Cerrito, el físico de Cristian Alfonsín dio el primer indicio de que no iba a resultar fácil seguir el ritmo de Balcedo y Rono. Un ostensible movimiento de cuello y un par de estirones de brazos encendieron la primera alerta.
Los punteros llegaron a los 3 kilómetros de carrera, en Sarmiento y Riobamba, con un parcial de 9m 8s, en un lote compacto que formaban Balcedo, Monín, Alfonsín y Rono. Cuando los atletas dejaron el borde de arroyo para tomar el puente de Trabajadores, el ritmo de la punta se cobró la primera víctima: el marplatense Monín.
Con los tres de punta afirmados en el tránsito por Brown, la distancia con el cuarto (Monín) y el quinto (Fernández) se había estirado a unos cien metros. Sin novedades pasaron frente al edificio del Colegio Nacional, con Rono uno centímetros por delante de Balcedo y Alfonsín.
La llegada al cruce con Colón supuso el primer momento desprolijo del recorrido, con demasiados autos delante del paso de los atletas. En los pronósticos, el rostro de Rono sacaba alguna ventaja sobre Balcedo, y otra vez debieron sacudirse y estirarse los brazos de Alfonsín, que definitivamente se bajó de la pelea por la punta casi al llegar a la dársena de Brown y Bolívar.
La carrera entregó por los próximos quinientos metros sus imágenes más bellas; el codo a codo entre Balcedo y Rono y como escenografía una multitud agolpada contras las vallas metálicas. Así volvieron a cruzar el arroyo, con Alfonsín en otra historia, y así recibieron el saludo un trompetista a la bajada del puente.
Doblaron en Chacabuco, pero a la izquierda. El momento más esperado de la carrera fue cuando los atletas pasaron por la cancha de hockey sintético. Con 7 km de carrera, un “tiempo compartido” de 21m 27s el lapridense cambió el paso, y Rono ya no lo pudo seguir.
Al doblar por el ingreso a la cancha de rugby el africano miraba a cinco metros la espalda del puntero y en el tramo de carrera sobre Independencia Balcedo remató la faena. Al cruce con Avellaneda llegó con una marca de 24m 29s y Rono recién pisó la avenida con 24m 45s. Hasta la penúltima curva, antes de enfilar por Lavalle hacia el ingreso al Parque Carlos Guerrero, las distancias siguieron estirándose.
Balcedo accedió a Lavalle con 26m 40s, Rono con 27m 01, con Alfonsín a un poco más de 20 metros. Al llegar a los 9 kilómetros Balcedo miró que el reloj marcaba 28m. exactos y se dio cuenta de que iba a ser imposible mejorar su marca ganadora de la pasada edición (29m 55s), cuando debió esforzarse al mango para quebrar a Comba en los últimos doscientos metros.
Acá no hizo falta. Entró al Parque Carlos Guerrero y pasó la meta casi a paso de desfile, para inscribir por segunda vez consecutiva su nombre en el Día del Trabajador.
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